22 mar 2013

El genocidio más grande del mundo

Y nadie, o pocos, dijeron algo…

Leo el lunes, que el ministerio de Salud en China informó que en los últimos 40 años, se practicaron en ese país, casi 330 millones de abortos entre 1971 y el 2010.

Sí, aunque usted no lo crea, más de 8 millones de abortos anuales, como política de estado.

En este caso, ni siquiera son los no aceptables, “derechos reproductivos de la mujer” para decidir tener un aborto, los cautelados, sino que estamos frente a la presencia de una dictadura absoluta, sobre la voluntad libre de la mujer y el hombre, para procrear amorosamente.

Aclaro, que los “derechos reproductivos de la mujer” para abortar, estoy convencido, desaparecen radicalmente, frente al derecho anterior primeroy absoluto a la vida de un ser humano en desarrollo, persona en potencia, infinitamente débil del cual es primeramente responsable, junto al padre y a la sociedad completa.

¿Tienen razón las autoridades chinas para desarrollar estas políticas?

Seguramente, tienen muchas explicaciones, en el ámbito, especialmente económico, político y, aún culturales, que apelan al desarrollo y bienestar sustentable de un país que aspira y camina a ser la primera potencia mundial económica antes del año 2050.

Pero, desde el punto de vista de una visión humanista, sus fundamentos, por lo menos en quienes dirigen el país, reflejan una reducción del hombre, a una esencia material-social y económica del ser humano que todo lo justifica.

Aunque es posible, distinguir en China nítidamente una espiritualidad “oriental”, que trasciende hacia una unión con la naturaleza y los dioses, no parece ésta, constituir una dimensión trascendente sagrada del hombre.

Es decir, un absoluto, natural-sagrado, que debiera impulsar al hombre, a proteger la vida del otro desde que es concebido, como un deber y responsabilidad irrenunciables.

Mientras el nuevo Papa, Francisco, mira e insta a practicar la humildad, la bondad, la ternura, la misericordia, y el perdón, y predica sobre el verdadero poder, como siempre estar en un servicio humilde de los más débiles, los pobres y los que sufren, es decir, practicar el Amor y la justicia en la acción, guiados por la fe en el Cristo-Dios, caminamos entre millones y millones de fantasmas, que claman por la justicia y una humanidad perdida.

Cuando se hace el silencio absoluto, justo antes de la oscuridad profunda, cuando llega la hora de la conciencia, es posible escuchar el murmullo de sus llantos, confundidos a veces, con el sonido primordial del misterioso origen y creación del universo.

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  • Ayo Reyes

    Encuentro más aberrante las políticas de nuestro estado chileno, criminalizando y desprotegiendo a las 160.000 mujeres al año que se realizan un aborto en malas condiciones de higiene y con un riesgo real de morir o terminar en la cárcel.

    Además, terminé de decepcionarme con tus dos últimos párrafos, cuando pones como ejemplo de rectitud al Papa, líder de la institución responsable del mayor genocidio de la historia, que no es otra que la matanza de nuestros pueblos originarios de América.

  • http://www.facebook.com/josias.avila.9 Josías Ávila

    Saludos. leyendo su texto, me parece que plantea el problema y su postura, pero no ofrece ninguna solución a la superpoblación grosera que presenta el país en cuestión y cuyo bienestar social depende solamente del control de natalidad. Personalmente pienso que cuando el “procrear amorosamente” se transforma en un problema que afecta a todos, es primordial controlar la natalidad de alguna manera y el aborto en este caso es efectivo ya que solo se aplica a los padres que no puedan o no quieran pagar la multa fijada por ley. Lamentablemente el ser humano es un animal depredador que arrasa los recursos y como tal, cuando estos se agotan, debe extingirse o controlar su poblacion.

  • Hugo

    Si los hombres nos embarazásemos, el aborto estaría aprobado en Chile desde hace años. No tengo dudas. Las mayorías de las personas con mentalidad conservadora en cuanto al aborto, son hombres.

  • http://twitter.com/canales74 rodrigo canales

    El problema de los derechos humanos en China va mucho más allá del punto planteado por el señor Canals, quien sin embargo elige escribir desde una trinchera moralizante acerca de un tema opinable. En buenas cuentas, lo único que nos hace ver con claridad, es su férreo sentido conservador, una autocrítica reducida y la escasa mirada global que tiene sobre la sociedad contemporánea. No sorprende que hacia el final de la columna -y de manera gratuita- haga apología de una institución tan arbitraria como la iglesia católica. Lo “bueno” y lo “malo” están categorizados por este caballero con la complejidad que podría alcanzar un niño de 5 años, de nivel medio. Cualquier mérito que adorne el currículum del señor Canals, y que lo haya hecho merecedor de un espacio tan destacado en este medio, debiera ser reconsiderado tomando en cuenta el limitado vuelo de su reflexión.

  • Juanalexgl

    Y que pasa con cuando nacen y aparece el aborto social,economico, sin derecho a educarse, y su dignidad es aplastada hasta desaparecer y volverse un vagabundo, o delincuente, o en el mejor de los casos trabajar para los mismos de siempre y sumirse en la pobreza.