No queda más que el asombro y la perplejidad, en la búsqueda de este nuevo humanismo, que asoma en los albores de este nuevo siglo, sin contornos claros, o a veces sólo como los dibujos de un ser humano, en sus primeros años de vida.
¿Sólo dibujos de un “viejo” humanismo que evoluciona a saltos,o de un “nuevo” humanismo?
Primero un “garabato” sin forma, seguido luego por un mono “sapo”, figura con forma de ameba, apenas con el esbozo de un rostro, sin tronco ni cuello, desde donde salen todas sus extremidades en forma monstruosa.
Sigamos nuestra búsqueda descriptiva de “humanidad”, en las noticias y titulares de los periódicos.
Ya no tiene sentido volver a las “cosas mismas”, (como dijo Husserl), para des-cubrir la realidad, sino “a las noticias mismas”, para desde allí, intentar descubrir algún tipo de verdad (si es que las hay).
Titulares escogidos:
“Rebeldes, objetores (de conciencia), y desobedientes”.
“Sin crítica no hay libertad”.
La frustración, la rabia, la sensación de injusticia y la impotencia, hoy lanzan a la calle al ciudadano-consumidor solitario, u organizado en pequeños o grandes grupos, convocados por las redes sociales, para generar cambios inmediatos. No importa el lugar o ciudad del mundo donde habiten.
Los acuerdos o compromisos sociales de seguridad, trabajo y certidumbre, ya dejaron de ser monedas de cambio, (porque no pueden, ni podrán ser más garantizadas), para aceptar pacífica y lealmente grandes desigualdades e injusticias sociales, basadas en los grandes poderes de ciertos sectores socioculturales y económicos.
El “activismo social” ciudadano consumidor, a pesar de una gran dosis de individualismo que lo vacía muchas veces de lo comunitario real y la búsqueda masiva y violenta de cambios, (por lo que es tanto sólo, “pseudo revolucionario”), llegó para quedarse y crecer, como un derecho libertario de expresión y de acción.
No más sacrificio de la libertad, por la seguridad.
La ecuación es, justicia y libertad, por un consumo competitivo con seguridad.
Más competitivos, (pero), menos humanistas.
¿Es el germen de un nuevo hombre con pensamiento crítico y global ecológico, que permite intuir la generación de cambios que ya se perciben como irreversibles?
¿Crisis sistémica y cambio de ciclo vital?
Pero volvamos a nuestro terrible hombre de hoy.
En la India, tierra de mil dioses, “lloran a la joven Amanat”, estudiante muerta de 23 años, que fue torturada y violada innumerables veces en un autobús para después ser arrojada a la calle, sin culpables.
Allí, mientras en el mundo global, se celebra, baila y son “trendtopic” el “Gangnam Style” y el “Rap del Pescadero”, cada 20 minutos, se viola a una mujer y los autores casi siempre quedan impunes.
¿Cómo entender la pasión por la violencia sin fin, y el silencio con indiferencia infinita de los asesinos, frente al desgarro doloroso e indecible, de una mujer que muere torturada de esta cruel manera?, que obviamente, no es “trendtopic”.
¿Es el nuevo hombre sólo una “humanidad digital”, un ser-simulacro, violento, absurdo, irreal, vaciado de humanidad?
¿Cuál es la misteriosa respuesta, para afrontar al hombre, con parte de su humanidad fracasada?
Peter Balleis, jesuita alemán que dirige el SJR para refugiados, nos responde: “es la cruz.Tener una fe, da esperanza cuando…se trata con el fracaso…y se afronta el absurdo del mundo”.
Y miro la cara de mi nieta, mientras su madre amorosamente le da pecho, con la fe, y la esperanza confiada de su futuro.
Es el encuentro gozoso con los fragmentos, los jirones, de este terrible y nuevo humanismo naciente.