27 sep 2012

Me hubiese gustado ser hombre

Desde la más tierna y temprana infancia nos enseñan cómo debemos comportarnos según el sexo que traemos de nacimiento. Tanto es así, que desde la gestación comienzan a identificarnos con estereotipos que nos esperaran al salir de la guata de nuestras madres, para entrar a un mundo rosado o celeste, según sea la circunstancia.

A medida que vamos creciendo y comienza nuestro proceso de socialización, se nos orienta a través del juego los gustos, las costumbres y las determinantes sociales. Las niñas adquieren habilidades maternales que se expresan por medio de interminables juguetes que nos vinculan con la maternidad, y a los niños se les alienta a convertirse en buenos deportistas o expertos constructores, que promueven sus futuras habilidades de competidores exitosos y potenciales creativos.

Cuando entramos al sistema escolar, nos enfrentamos al primer medio social con el cual debemos lidiar, en el que debemos construirnos como sujetos relacionales y establecer vínculos sociales significantes.

A este contexto muchas veces ingresamos encasillados por un uniforme, que entrega más movilidad a los niños que lo que permiten las falditas y jumpers de las niñitas, lo que nos recuerda tempranamente que deberemos comportarnos de manera diferente y que tendremos diferencias en nuestro campo de acción, dejando la libertad de movimiento a los niños y el recato y decoro a las niñas. ¿Cuántas veces una menor durante su infancia escucha frases como: “siéntate como señorita” y los niños frases como “párate como hombre”’?

Hasta ahí, podríamos decir que sobreviven con mayor facilidad quienes logran adaptarse a esta forma predefinida de vivir el hecho de ser mujer y el ser hombre. Sin embargo ¿qué sucede cuando el niño/a no quiere jugar a la pelota y más bien prefiere quedarse en el salón de clases a piernas cruzadas, jugando o conversando “in door”, o cuando una niña deja el maquillaje y el pelambre de la adolescencia para jugar un partido de fútbol con los compañeros?

Lo que sucede en ese contexto es lo que se conoce como bullying homofóbico, y atiende a cuando este niño o niña que no obedeció a los cánones preestablecidos debe padecer burlas, ofensas e incluso agresiones por no representar “como se debe” a su género.

Esta situación no la padecen solo quienes presentan una orientación sexual diferente a la heterosexual: la padecen todos aquellos niños, niñas o adolescentes que no fueron lo suficientemente femeninos o lo suficientemente masculinos en su accionar, en sus gustos, en sus preferencias.

Los estudios efectuados por GLSEN en EEUU y analizados por Todo Mejora, muestran que el 80% de los niños/as que sufre este tipo de bullying termina definiéndose a sí mismo como heterosexual; sin embargo, prácticamente todos los niños/as en etapa escolar (97%) escuchan en forma reiterada (hasta 22 veces diarias) insultos homofóbicos.

Por lo tanto, atacar el bullying homofóbico es promover la igualdad de género, generar mejores condiciones tanto para niñas como para niños, permitir a todos y todas actuar, sentir y vivir con libertad y por sobre todo comprometernos con una real generación de igualdad de oportunidades para todos y todas sin distinción.

Si se me hubiera permitido escoger, yo hubiese preferido haber nacido hombre.Seguramente, en ese caso, hubiera sido gay.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=516519334 Vicky Cintora

    Excelente articulo Caro. Es impresionante como el genero con el que nacemos tambien y las maneras de comportarnos establecidas por la sociedad tiene un gran impacto en nuestra vida profesional. En cuantos paises las mujeres tienen que pasar por un test de embarazo antes de ser contratadas en un empleo, en cuantos paises si eres mujer y decides estudiar Ingenieria Civil o algo por el estilo es porque tal vez eres “machorra”, en cuantos paises todavia la mujer gana mucho menos por el mismo trabajo solo por el hecho de ser mujer.

  • http://www.facebook.com/Valeverbal Valentina Verbal

    Carolina: 

    Piensa lo que sufren los niños y niñas transexuales y transgéneros, quienes derechamente necesitan expresarse según una identidad de género diversa al sexo biológico e identidad legal asignada. 

    La regla general en los colegios es que estos estudiantes, incluso después de iniciar terapias de reemplazo hormonal, son obligados a cumplir con el rol de género que se estima de acuerdo al sexo biológico. 

    Conozco un caso de una niña trans, que a todas luces tiene apariencia femenina, a quien se le obliga a ir con uniforme masculino y a usar los baños de hombres, siendo víctima de violencia psicológica de parte de profesores y, además de ésta, de violencia física (por ejemplo, en baños y camarines) de parte de sus compañeros. 

    Si bien es verdad que el bullyng asociado al no cumplimiento de los “roles de género” afecta a niños y niñas homosexuales o no lo suficientemente masculinos o femeninos, según su sexo biológico, de manera radical afecta a niños trans. Nos nos olvidemos de ellos. 

    Saludos, 

    Valentina Verbal

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=524547562 Julio Cezar Dantas

    Gracias Carolina. Me encanta poder ver, a través de tu columna, las finas distinciones de como sociedad, seguimos perpetuando dicha cultura de discriminación.  Y, el hecho que necesitamos actuar ahora.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=524547562 Julio Cezar Dantas

    Gracias Carolina.  Me encantó la claridad de tus distinciones.  Y, me preocupa que como sociedad seguimos perpetuando la discriminación.  Gracias por ofrecer tu experiencia personas y también ideas de lo que podemos hacer para cambiar las cosas.