Normalmente este columnista se caracteriza por buscar en la realidad la verdad que se oculta y en esa búsqueda soy normalmente optimista y en ese terreno valoro la actividad pública y la privada, especialmente de los que se esfuerzan por conducir el país, sus empresas y actividades personales.
Sin embargo, los hechos que están acaeciendo en el país me han hecho perder la confianza y el optimismo.En efecto, tenía confianza en las cifras que entrega la autoridad.Siempre tuve dudas de cómo se medía la pobreza y admitiendo que el tema es difícil, creo que los estándares utilizados hacen aparecer las estadísticas sobre la materia como un sarcasmo.
Por ello, no creo en las cifras de la encuesta Casen y deploro adicionalmente que las autoridades se vanaglorien de éxitos que no existen.
También perdí la fe en la transparencia y limpieza en la bolsa de comercio. La actuación de corredores de bolsa, las conexiones entre ejecutivos de la Bolsa y empresas que venden acciones en ellas; las trampas en las contabilidades, el uso abusivo del poder económico sobre los más pobres para hacerlos rehenes de sus deudas, las truculencias para disfrazar aumentos de capital y tantas otras me han hecho perder con razón la fe en la transparencia de los valores de nuestras acciones y debo agregar a ello que me preocupa de sobremanera que en ella estén gravitando rentas mono u oligopólicas, que son producto de la concentración de los mercados en Chile.
Por si lo anterior no fuera grave para mí he ido perdiendo la confianza en las instituciones democráticas, en los cabildeos parlamentarios y en los acuerdos bajo tierra que se hacen a diario para asegurar posiciones en las listas de los futuros pactos que escudados con el ropaje del binominal, esconden una de las peores prácticas del actual sistema.
Todo lo anterior quizás refleje algunas cosas que están pasando y otras que pueden pasar.
Hoy día hay que mirar mucho antes de invertir en acciones y hay que tener extremo cuidado con las cifras que se entregan. Probablemente ello explique que la bolsa chilena no sea la de antes.
Quizás mañana en el ámbito político esa desconfianza sea la respuesta a una votación municipal atomizada, unida a una gran abstención.