Cuando irrumpieron los malls en las ciudades, con el objetivo de modificar los hábitos de consumo del mercado, sus propietarios determinaron la gratuidad de los estacionamientos, lo que cambió radicalmente cuando los compradores de mercancías, después de algunos años, se transformaron en cautivos de tales centros comerciales. Es decir, los inversionistas emplearon la maña de crear dependencia para lograr el fin perseguido.
Ahora bien, en razón a que el cobro por el uso de los estacionamientos en el mall Alto Las Condes del empresario Horst Paulmann era muy oneroso, las redes sociales de facebook y twitter empezaron a funcionar masivamente denunciando con fuerza ese abuso, lo que significó la inmediata reducción de la tarifa a un monto más moderado.
A raíz de ello, la situación en general fue analizada por los abogados del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) con el propósito de que se estableciera un criterio uniforme en la materia, compatibilizando los intereses de los inversionistas de estos centros comerciales con los de sus clientes y proveedores.
Ese servicio del Estado, dependiente del ministerio de Economía, recientemente anunció que el uso de los estacionamientos en los malls debía ser gratis porque la legislación de Vivienda y Urbanismo exige que estas instalaciones comerciales dispongan de los mismos, con lo cual se entendía que sin esos necesarios espacios los malls no podían funcionar, hecho indiscutible más aún en ciudades que están llenas de automóviles con un aumento vertiginoso del parque vehicular.
Asociado a lo inmediatamente anterior, recordemos que los Planes Reguladores Comunales estipulan densidades habitacionales máximas (cantidad de habitantes y o viviendas por hectárea) para los distintos sectores de sus territorios jurisdiccionales, pero nuestra debilucha institucionalidad permite el ingreso indiscriminado de todo tipo de vehículos al país, lo que está produciendo graves problemas en ciertas vialidades en los horarios punta.
Pues bien, algunos políticos de derecha, como el senador Novoa, han desechado la posición del Sernac calificándola de populista y en la misma línea, a favor de los intereses de los inversionistas, el ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez, manifestó “la ley señala que los establecimientos tienen que tener un mínimo de estacionamientos, pero no señala que no se puede cobrar” (sic). Pero este ministro tiene que saber que la ley tampoco dice que se puede cobrar.
Hemos sabido que en esta materia de interés público, Pablo Longueira, ministro de Economía, apoya a Juan Antonio Peribonio, director del Sernac, y como la organización gremial de los empresarios se opone a la medida, se ha conformado una mesa de trabajo para llegar a un acuerdo, no solo respecto de los malls, sino también de las otras edificaciones que reciben clientes o pacientes, en el caso de clínicas. Asimismo se abordará la pertinencia del cobro a quienes utilizan los baños, también exigidos por ley.
La iniciativa del Sernac en ningún caso es populista, como les gusta decir a los políticos que cautelan los intereses de los más poderosos y lo que expresó el ministro de Vivienda es equivocado porque la ley respectiva no aborda temas económicos. La normativa sectorial exige que los edificios habitaciones y los condominios dispongan de estacionamientos de visitas y para discapacitados: le aseguramos al ministro que nadie cobra por el uso de esos espacios.
Si quisiéramos que opere la sensatez y la lógica en la asignación de los recursos en este asunto, es indudable que el uso de los baños en todas las instalaciones que reciben público debe ser gratuito porque quienes recurren a ellos lo hacen por necesidades fisiológicas ajenas a su voluntad.
Los estacionamientos en los malls y en todas las edificaciones afines también tienen que ser de uso gratuito durante el período en que los consumidores o pacientes, según sea el caso, se encuentran dentro de esas instalaciones.
Este plazo podría ser de 150 minutos (2 horas y media) por día y si la ocupación del estacionamiento se prolonga, por los motivos que sean, empezaría a operar en forma automática, a partir del minuto 151, el cobro fijado libremente por el propietario, con lo cual se evitaría el abuso por parte de aquellos que siempre buscan las ventajas.