Los habitantes de Aysén se movilizan por sus derechos.
En Melinka, Aysén, Chacabuco, Coyhaique, los ayseninos agrupados en “Aysén, mi problema es tu problema” demandan bajar el precio de los combustibles y los alimentos básicos; estabilización laboral, asignación de zona y sueldo mínimo regional, salud de calidad, universidad pública, aprovechar sus recursos naturales, consultas ciudadanas sobre la construcción de represas; rutas de acceso, derechos de pesca y nuevas políticas para evitar la desaparición de la alicaída pesca artesanal, políticas de comercialización de leña, políticas públicas para los pequeños productores.
Iván Fuentes, vocero del movimiento social, explica el sobreprecio de la gasolina así: “el pescador debe extraer dos kilos de merluza para pagar un litro de combustible”.
El 6 de febrero en la Plaza de Armas de Coyhaique, los pescadores encontraron al subsecretario de Pesca, Pablo Galilea y le pidieron cambios en las políticas de pesca, el subsecretario dijo sentirse “mariconeado”, cuando ante su negativa, los dirigentes le advirtieron que convocarían a movilizaciones.
Éstas, las iniciaron los pescadores artesanales el 7 de febrero en el puente Presidente Ibáñez y desde allí no han parado, a pesar, que la prensa recién les dio cobertura el día 13 de febrero porque bloquearon el aeródromo de Melinka.
Ese día, Antonio Horvath, senador RN de la región, envió un e-mail al ministro Longueira diciéndole: “Pablo, estas son la causas de las movilizaciones de Aysén. Los dirigentes estiman que tú puedes resolver gran parte de los temas. Con los mejores saludos. Antonio Horvath”, luego, enumeró las peticiones.
Al masificarse las protestas el ministro Longueira declaró: “No tienen ninguna razón para protestar”, y agregó que eran “dirigidos” desde Santiago; al mismo tiempo, el senador Horvath fue aislado de las conversaciones.
Sin embargo, las movilizaciones crecieron y el Gobierno estuvo obligado a enviar al subsecretario Ubilla y los ministros Mañalich y Errázuriz, eso sí,…cuidándose de no tocar el modelo económico y los intereses de las empresas de la región, como las salmoneras.
Hoy, las movilizaciones crecieron y son coordinadas por organizaciones de pescadores artesanales, trabajadores, taxistas, colectiveros, agrupaciones indígenas, ecologistas y estudiantiles, además, de alcaldes y autoridades comunales.
Las movilizaciones de Aysén, Bío Bío, las que se anuncian en Calama y otras zonas, son sólo uno de los síntomas del daño causado por el modelo económico de libre mercado en los sectores más vulnerables.
Con motivo del Día Mundial de la Justicia Social el 20 de febrero de 2012, Juan Somavía, director de la OIT, envió un mensaje llamado: “Una nueva era de justicia social”.
Allí dice que las protestas sociales no son impulsadas por ninguna ideología, sino por “el sentimiento más humano de todos: la búsqueda de dignidad y justicia”, resalta que “el trabajo no es una mercancía y que la justicia social permanente sólo puede basarse en la justicia social. Hoy debemos comprometernos con una nueva era de justicia social”.
La “globalización es cada vez más ineficiente” agrega, pues “la desreglamentación del sector financiero y la liberalización mundial del comercio, están en crisis”, con lo cual, “el mundo del trabajo se ha convertido en fuente de muchas injusticias”.
“Las causas profundas de esta situación pueden variar de un caso a otro, pero la impresión general es que demasiada gente, demasiadas economías y demasiadas sociedades han perdido mucho porque han sido estafadas”.
Efectivamente, es urgente luchar por: “Una nueva era de justicia social”.