Los médicos se han declarado “en alerta” por reivindicaciones salariales y de condiciones de trabajo. Se declaran cansados de esperar por respuestas a estas demandas. Ya antes del discurso del 21 de mayo, el presidente del Colegio Médico había declarado que esperaban atención a los temas de salud y después de escuchar a la Presidenta, informaron que no habían quedado satisfechos, porque no había compromisos o bien, la prioridad que esperaban.
Al leer las reivindicaciones médicas, un primer análisis muestra un contenido bien básico, mejoría salarial, por lo que al menos en principio no parece del todo atendible.
El sector se encuentra “en crisis”, así lo ha afirmado la propia Ministra y los antecedentes y la opinión pública, pueden confirmarlo en las listas de espera, el endeudamiento hospitalario, la tardanza en la ejecución del presupuesto de inversiones y la implementación de esas mismas obras, junto con las frecuentes movilizaciones de sus trabajadores, son una indiscutible evidencia de esta crisis. A todo esto habría que agregar la insatisfacción de la población, que reclama por el trato, la burocracia y la desconfianza.
En este contexto, la reivindicación de los médicos parece inoportuna e incluso oportunista, puesto que aprovechando la debilidad de la autoridad, la presiona por mejoras salariales. Pero la demanda, a mi juicio, por el contrario puede ser una gran oportunidad, para abrir un gran debate sobre la situación del sector salud en general y respecto de la relación contractual con el estamento médico.
Me parece que es posible conectar estos dos temas, ya que ambos pueden tener una raíz común y su solución puede ser también una oportunidad, para resolver temas muy importantes.
Por ejemplo, resolver las listas de espera, mejorar el trato y la confianza con la población. Sobre todo mejorar la eficiencia en el uso de los recursos. ¿Por qué creo que esto es posible? Porque podemos confiar en que los médicos cuando junto a reclamar por salarios, dicen también estar preocupados por el sector.
Por esto es posible abrir una mesa donde se traten los temas del sector y las necesidades médicas, es decir, la falta de especialistas que provoca las listas de espera, y algo de la ineficiencia en el uso de los recursos.Es decir, podemos poner por delante la búsqueda de especialistas, como un tema a resolver junto con la discusión de condiciones laborales para los médicos.
Por otra parte, la discusión del salario debe provocar un estudio de la situación laboral actual de los médicos en los sectores público y privado. Por lo tanto discutir acerca de los montos y las formas salariales de los médicos, que se sabe también es una preocupación de los dirigentes médicos.
Hoy los médicos en el sector público disponen de distintas leyes que los regulan y de distintas formas de obtener remuneraciones: sueldo base, asignaciones, bonos, honorarios por sistemas de llamadas, compras de servicios, pago por horas, etc., etc., todas formulas que a ciegas se han ido desarrollando para compensar un mercado desigual, que en el privado es libre al acuerdo entre las partes y en el público marcado por una normativa engorrosa y rígida.
En síntesis, el sector salud pasa por una situación de crisis, a la que se suma el deseo de los médicos de mejorar sus condiciones laborales. En todo esto yo veo la oportunidad de debatir no solo la situación de los médicos, sino que es lo que se debe hacer en el sector, incluyendo la atracción de especialistas, que son un estamento muy importante para la salud; especialmente cuando se revisa la historia de los progresos en la salud pública en nuestro país, que muestra tanto a comienzos como a mediados del siglo pasado una activa participación de los médicos por la medicina social, lo mismo que ocurrió durante la dictadura, cuando el Colegio Médico junto a otros colegios profesionales luchó por la democracia y la salud pública.
Que esta situación sea una oportunidad depende que el Colegio Médico efectivamente se ponga a disposición de una discusión sobre la situación del sector público junto a la propia y por su parte la autoridad, busque integrar a partir de la demanda de los médicos una posibilidad de abordar la crisis que ellos mismo han reconocido.