Estos días hemos conocido la denuncia de que en la Posta Central habría un gran número de pacientes infectados por una o dos bacterias, representando esto una situación que sería responsable de la muerte de otro gran número de pacientes. Sin lugar a dudas, de ser todo esto efectivo, se trataría de un escenario muy malo.
Por otra parte la principal autoridad del sector ha respondido ofendida y amenazado con una querella en contra de los denunciantes.
Desde mi punto de vista, cuando parlamentarios por un lado y la autoridad ministerial se ven involucrados en la primera línea en un debate de este tipo, para un salubrista como el que escribe, es una muy positiva situación, porque significa que los problemas de la salud, en este caso de la atención médica, han alcanzado a la preocupación de ellos y es justamente esa la aspiración de la salud pública y la epidemiología como especialidades: que su aporte sea acogidos por los tomadores de decisión.
Sin embargo en esta coyuntura lo que falta, a mi juicio, para acotar el debate a una adecuada preocupación de política de salud, es el aporte técnico y en esta materia nuestro país tiene una no solo larga sino que, exitosa trayectoria.
En efecto, el desarrollo de las Unidades de Infecciones Intrahospitalarias dentro de los establecimientos de salud y actualmente la nueva Norma Técnica Nº 124 del Ministerio de Salud, correspondiente a los Programas de Prevención y control de las Infecciones Asociadas a la Atención en Salud (IAAS) del año 2011, son un estricto marco que permite señalar con absoluta claridad si estamos o no en presencia de un brote epidémico.
También, esta normativa señala las medidas de segregación y/o tratamiento que corresponden a cada uno de estos casos.
Existe una larga tradición en materia de Vigilancia Epidemiológica que podría colaborar hoy día en lo que ocurre en la Posta Central.
Así, finalmente, se podría establecer con precisión lo que ha pasado, las dimensiones del brote, sus impactos en la salud de los pacientes afectos, desde cuando se ha producido, identificar las medidas que deben y debieron ser implementadas, evaluar la gestión de las distintas autoridades y actuar en consecuencia, desde la política de salud que es lo que corresponde hacer por parte de las autoridades.
Afortunadamente la política de transparencia permite pedirle al Hospital que haga público los informes de la Vigilancia Epidemiológica de su Unidad de Infecciones Intrahospitalarias o de Infecciones Asociadas a la Atención en Salud, así como las medidas implementadas.
Esto es lo que espera la opinión pública para dar un adecuado cierre a lo que se ha comentado.