Se discute el Aborto Terapéutico. Aborto tiene muchos significados. Etimológicamente a-borto significa no nacer; impedir que un zigoto, embrión o feto humano llegue a vivir fuera del útero.
En clínica aborto es la interrupción del embarazo con embrión o feto no viable ex-organon (fuera de la madre); embarazo es entendido desde la implantación.
Para la ética y las leyes debe haber intención de matar al feto humano para que sea aborto, un golpe casual que termina un embarazo no será un aborto punible.En esta acepción legal o ética no importa si se produce la interrupción del embarazo. Matar al feto es aborto, aunque el embarazo continúe. La intención es crucial para legislar y juzgar éticamente.
La intención divide a los embarazos en deseados y no-deseados. Un embarazo deseado que pone en riesgo severo la salud de la madre y su vida fue llamado aborto terapéutico (está obsoleto).
La gran mayoría de estos casos en la actualidad son manejables y decidibles en la práctica médica y no necesitan ley; la ley puede complicar la práctica clínica.
En la práctica clínica nadie quiere matar al feto, sino que salvar a los dos o al menos a uno, esto no es aborto ni para la ética ni para la ley, aunque el proceso técnicamente (sin intenciones) sí lo sea.
Quedan casos de aborto terapéutico, en menos de uno por un millón, por ejemplo matar selectivamente a un trillizo que esta matando a la madre y dejar que continúe el embarazo con los otros dos.
Existen los todavía mal llamados abortos terapéuticos como el aborto séptico (infección ovular con fiebre sobre 40º que exige el vaciamiento uterino con feto vivo o muerto), el aborto en caso de embarazo tubario y en general la interrupción del embarazo por amenaza inminente de muerte de la madre.
Por la intención real de salvar a los dos la investigación médica desarrolla numerosos proyectos en todo el mundo. Antes se morían los fetos de 7 meses ahora ya se mantienen fetos de 5 meses y medio.
Embarazo no deseado. Caso de lo que se espera es anómalo. En este caso se habla de aborto eugenésico, que no está dentro de la práctica ética médica, por mucho que se aplique en casi todos los países del mundo. Matar a un feto con síndrome de Down es ajeno a la medicina u obstetricia. Es una decisión social, legal que ocupa la tecnología de la medicina pero fuera de su ética por lo que no es medicina.
Hay embarazos con embrión o feto no humano y en esos casos no sería un aborto ni para la ética ni para la ley. El embarazo molar, aunque se trata de un ser con genoma humano completo, su genoma no es funcionalmente humano; constituye un tejido invasivo que puede colonizar hasta el cerebro de la madre si no se vacía a tiempo.
Hemos propuesto que el triploide no es un ser humano, lo que ha sido acogido por la comunidad científica; también que los anencéfalos no son humanos (en discusión). En estos casos no sería aborto la interrupción del embarazo.
Los casos de embarazo con feto anómalo son muy variados y complejos y no constituyen una situación sistemática; difícilmente pueden ser motivo de ley; lo más prudente es dejar que la pareja con el equipo de salud (con obstetras y neonatólogos tratantes) tomen las determinaciones correspondientes.
La ley puede amparar cualquiera decisión tomada por el equipo médico y los padres (como antes). La intervención del comité de ética asistencial tiene complicaciones de difícil manejo en caso de discrepancias con el equipo medico y los padres.
El embarazo no deseado en la violación o fracaso de anticoncepción nos enfrenta al verdadero dilema. Una mujer embarazada que no desea su embarazo ¿Es lícito o ético que aborte? ¿Puede exigirle a la sociedad que termine su embarazo? Al parecer nadie excepto personas pertenecientes a sectas satánicas está por matar directamente al feto.
Algunos padres de niñas violadas y algunas niñas violadas quieran terminar con su estado e indirectamente matar al feto. Ningún médico estará con el aborto en este caso ya que al menos en Chile y en muchos Códigos de Ética matar al feto es una falta grave a la ética.
Se habla en este caso de despenalizar; esto introduce una complicación mayor porque despenalizar incluye reconocer que es una falta al menos ética y entonces debe tipificar exactamente que casos se despenalizarán; esas definiciones han tenido discusiones eternas para no caer en la pendiente resbaladiza; la simple discusión de cuándo el embarazo indeseado se justifica (ética y legalmente) es insoluble.
Por otra parte obligan a legislar sobre la existencia de centros abortivos estatales o privados con lo que se sanciona una conducta institucional que es reñida con los códigos deontológicos de los profesionales que laboran en esas instituciones.
Más complicada aún es la situación resultante de continuar los embarazos en los casos de violación o de fracaso de la anticoncepción. No es raro que la mujer embarazada en estos casos, aún la violada, cambie de parecer y un feto que esperaba de indeseado se transforme en deseado, por las inducciones de hormonas del vínculo o apego como la oxitocina y otras relacionadas y en el padre (caso de fracaso de anticoncepción) de hormonas como la vasopresina y otras relacionadas. El llamado de la especie parece ser más fuerte que ciertas situaciones psicosociales ¿Puede decidir abortar sola la mujer sin el padre?
La indicación de gíneco-obstétrica de aborto tampoco es simple ya que puede tener riesgos muy superiores al simple parto. Muchas veces cualesquiera que sea la situación causal y condicional del embarazo por motivos técnicos médicos es mejor esperar el parto que puede ser prematuro o no.
Lo que si podría despenalizarse es la obligación de denunciar a las mujeres que ingresan a clínicas públicas o privadas con abortos incompletos o infectados. Los profesionales no tienen porqué indagar las intenciones.