Una vez más a través de El Mercurio y en un domingo, los militantes DC hemos sido sorprendidos por una apasionada misiva firmada por algunas ex autoridades y otros militantes de base en número cercano a 10.
La carta corresponde a ese sector de la DC que se encuentra en franca disconformidad con las políticas implementadas por el actual gobierno y con la mantención del Partido en la coalición de gobierno.
En ese sentido no tiene mucha novedad, la mayoría de sus dichos los hemos escuchado reiteradamente en boca de alguno de los personajes firmantes y su nostalgia concertacionista, también es repetida; pero lo más inquietante, es que tiende al estilo de las construcciones de la izquierda comunista a hacer de la Concertación un icono de pureza, habilidad y eficiencia que no se condice con la realidad de los 20 años que esa coalición gobernó.
No está de más recordar que la Nueva Mayoría surge de un consenso básico que daba cuenta del agotamiento de la Concertación de Partidos por la Democracia tanto en su estilo como en su fondo político y de políticas, después de 20 buenos años de gobierno algunos de ellos excelentes. Por eso que Ignacio Walker en representación personal y de todos los DC firma con beneplácito la identificación con el nuevo conglomerado.
Digamos además que el mensaje y los mensajeros son una cosa indisoluble y que de nuevo la inmensa mayoría si no todos, además de no votar por este gobierno hicieron manifiesta su oposición desde los primeros borradores de las reformas.
Hay otras opiniones que sorprenden por su inexactitud. La primera tiene que ver con la exigencia de políticas públicas eficientes de las cuales estaría careciendo la actual administración. Sorprende el argumento cuando uno podría clasificar como las peores políticas públicas diseñadas e implementadas en Chile al Transantiago, al crédito universitario a través de los bancos comerciales y a las casas tristemente llamadas “casas COPEVA”, entre otras.Ninguna de estas políticas públicas fueron obra del actual gobierno todas ellas se llevaron a la práctica en distintos gobiernos concertacionistas.
Sorprende cuando entre los firmantes hay varios doctores en Economía.
¿Por qué ese olvido, o intento de sacralizar el pasado reciente? Quizás si porque los ejemplos anteriores no tuvieron en estos firmantes, el efecto diario que ha tenido la reforma tributaria, la reforma educacional o la reforma laboral.
La Democracia Cristiana que conocimos y a la cual entramos a militar, tenía muchos defectos pero una gran virtud que se ha perdido: la opción por los pobres guió siempre al Partido aún en las peores encrucijadas.