El Partido Por la Democracia (PPD) celebró 28 años de edad, esto no puede dejar indiferente a ningún militante, con el paso de los años se ha convertido de instrumental en estructural, y quien lo quiera negar lo invito a hacer un poco de política comparada y verá que nuestro Partido ha construido una fuerza sostenible en el tiempo.
Solo a modo de ejemplo,hablamos de procesos electorales municipales en el año 1992, el PPD logra 600 mil votos y 169 electos (alcaldes y concejales); el año 1996, 740 mil votos y 235 elegidos; año 2000, el pick más alto de votación contó con 743 mil votos y 243 autoridades electas; año 2004, 610 mil votos, 231 electos; año 2008, 517 mil votos, 200 electos y en las últimas elecciones con menos votos en la historia del PPD, 409 mil votos con el record de 270 Concejales electos y 47 Alcaldes.
Un Partido con estos números está más vigente que en cualquier otro momento de la historia; 6 Senadores, 15 Diputados y una hermosa y colorida Juventud en todas las regiones de Chile, incluido Ñuble.
La pregunta que nos surge es, si esto ha logrado ser una fuerza de base ciudadana que invita a transformar un país. El PPD jamás ha sido un Partido de masas y los que están esperando que llenemos de banderas un marcha de estudiantes, la CUT, la ANEF, etc., podrán seguir esperando por qué no nos definimos como un partido de masas, pero todos aquellos que esperamos que el PPD llene un país con ideas democratizadoras, igualitarias, equitativas , les podemos decir que hemos cumplido.
El PPD ha permeado una sociedad conservadora, hablando de matrimonio igualitario hace muchos años, estando presente significativamente en los debates de infancia, pueblos originarios, medio ambiente, derechos de los consumidores, alimentación, salud, agua y un largo etcétera, pero no podemos olvidar sectores de centro izquierda o social demócrata, no es momento de abandonar parcelas ideológicas.
Hoy no solo Amplitud y Velasco pueden hablar de una pseuda social democracia, el PPD con orgullo debe recuperar este camino inundándolo de propuestas y alternativas, esto no significa abandonar ideas de la izquierda, pero significa marcar nuestra diferencia: no somos PS ni PC y jamás lo seremos, los verdaderos progresistas estamos en el PPD hace muchos años velando por los derechos de una sociedad complejizada por el neoliberalismo agobiante.
¿Son éstas las verdaderas banderas por las cuales lucha el PPD? Claro que sí, aunque no estamos ajenos al discolaje, hemos sabido superar los momentos de crisis tomando buenos rumbos, Schaulsohn, Flores y Rebolledo son parte de la historia pasada de nuestro Partido, esa que no queremos rememorar, pero que tampoco vamos a desconocer, nadie es tan malo como se le señala, ni tan bueno como se auto identifica.
Estas generaciones marcaron los 90 en el PPD, esos estrictamente concertacionistas, de fuerte administración del descontento de la dictadura y legitimado en el fantasma del horror de la misma. Esos tiempos se fueron y llegó el siglo XXI lleno de nuevos desafíos, con sonrisas, muchos por fin veían que un PPD llegaba a la Moneda a cambiar un país lleno de tremendos desafíos.
Mirándolo desde hoy el Gobierno del ex Presidente Lagos pudo tener muchas deficiencias, pero en 6 años logró cambiar Chile, las parejas se pudieron divorciar, las obras públicas crecieron exponencialmente, el acceso a la educación se hizo una realidad, las exportaciones se incrementaron y la pobreza disminuyó considerablemente, Chile comenzaba a acostumbrarse a ganar, de la mano de un PPD.
Las nuevas generaciones que crecimos observando las transformaciones de nuestro país posterior al Gobierno de Lagos, no nos conformamos y estamos exigiendo más y mejor democracia en todos los espacios.
Ya no nos basta con solo hablar de medio ambiente, fuimos capaces de frenar Hidro-Aysén; no nos basta con reconocer las minorías sexuales, exigimos y logramos un acuerdo de unión civil; no nos basta la ley indígena, exigimos un reconocimiento constitucional y mucho más para que de una vez por todas el Estado esté dotado de una verdadera legitimidad con sus pueblos originarios.
Hoy no nos basta la Constitución firmada por Lagos, queremos una nueva, que señale el verdadero sentir de la gente. Para esto y más existe el PPD y aquellas voces desintegradoras con aspiraciones de fusiones anacrónicas, serán siempre acalladas por la voz firme, fuerte y responsable de la juventud que hoy concentra los verdaderos genes PPD formando aquel ADN- PPD de los cuales no muchos cuentan hoy.
Nosotros los jóvenes PPD no somos mestizos políticos, ni ideológicos somos el oxígeno limpio de un partido de futuro y vanguardia.
Debemos dejar de lado los sectarismos, manteniendo las tendencias para que la deliberación interna sea sana, pero aboliendo el esclavismo político, en nuestro Partido se acabaron los dioses y las dinastías. Hoy cada consejo de base, comunal, regional y toda su estructura, debe gozar de autonomía política y libre determinación en sus decisiones.