Delación, revelar por la propia voluntad a la autoridad un delito para que sea castigado; descubrir, poner de manifiesto algo oculto y por lo común reprochable.
Compensación, compensar las pérdidas con las ganancias, los males con los bienes.
Delación compensada, revelación de quién hacía el mal contra el bien común de forma oculta, con la ganancia de un bien personal o común
Auto acusación, auto revelación de haber hecho el mal, para que actúe la justicia, según los “marcos de la ley”.
¿Debe existir la “delación compensada” para que se revele y castigue el mal social, económico y político?
¿No sería más ético, plantear que junto con la auto denuncia, debiese revelarse también la acción destinada a compensar con una acción de bien común, el daño producido sistemáticamente a las personas ciudadanas – y además consumidores-, de forma intencional y sistemática al parecer durante más de una década?
¿Acaso los pollos, los buses, las farmacias y la Polar no obligaban ya a los altos ejecutivos de las empresas y sus directorios a aplicar medidas de control y gestión del riesgo ético y moral para evitar que emerja en sus negocios?
O, el “siempre ha existido” ¿llevó a una “ceguera moral” que impidió considerar anormal estafar de esta manera a las personas consumidoras?
¿Por qué las instituciones que supervigilan el funcionamiento “correcto” del mercado no fueron y no han sido, capaces de pesquisarlas?
¿O no refleja más que el habitual desprecio por los más débiles de parte de los poderosos cómo planteaba Tony Judt?
¿O simplemente no refleja más que la cultura de la actual educación “ética” de los negocios, de toda una generación?
¿O sólo que los nuevos guardianes y héroes de la ética comienzan a ser los delatores que se auto denuncian?
Si es así, en ese pobre mundo ético y moral, ¿no quedaría más que la delación de la delación compensada, pero obviamente, mejor compensada?
Para terminar, creo que debiera instalarse en un lugar visible de cualquiera empresa y negocio, que esté destinado a servir y generar el bien social y común, la máxima de Levinas: “Todos somos responsables de todos, (especialmente de los más débiles y pobres) ante todos, pero el primer responsable sigo siendo yo, antes que los demás”.
“Somos los guardianes de nuestros hermanos” (especialmente si tenemos poder sobre ellos).