El domingo 19 de julio, el partido al cual con mucho orgullo pertenezco, realizó una elección complementaria para elegir al sucesor de un renunciado diputado. Como Juventud siempre estuvimos por la realización de una elección lo más abierta posible, lo mas inclusiva y transparente lograble (ya que del mundo de lo posible hay una infinidad de atajos) es por ello que nos presentamos e institucionalizamos una elección, cosa nunca antes realizada por la JPPD.
Si bien el proceso no fue de lo más sencillo, más bien lleno de complejidades orgánicas, administrativas y políticas, siendo esta últimas siempre las más complejas de soslayar debido a la multiplicidad de factores que las componen, cuando el poder opera se nota y como jóvenes lo notamos enormemente pero pudimos convivir con el, más no derrotarlo pero sí desnudarlo.
Esta tensión inagotable entre las practicas mas éticas y el pragmatismo político dieron paso a lo que en lo personal calificaría como nuestro gran triunfo, la confrontación de la vieja política y #laNUEVAPOLITICA.
Estas dos formas de actuar se vieron absolutamente reflejadas en la pasada elección, con una gran cantidad de candidatos a los cuales me refiero con todo el respeto posible, y los hago entender que la vieja política no es peyorativa sino una forma de actuar de la cual nos diferenciamos y tomamos una enorme distancia, intelectual y práctica.
La nueva política no solo es el antónimo de la vieja, sino que va más allá, es una postura ético-moral del actuar político, es por ello que no solo es hacer las cosas de otra forma, no solo se diferencian que un mete votos en las urnas y la otra no, sino que se diferencian que una no denuncia sino se encarga de que todas las mesas tengan apoderados generando un despliegue monumental sin importar los costos que esto implique para que así la elección y los ciudadanos se vean resguardados en el derecho soberano que tienen de decisión.
Yo me pregunto ¿el inducir a último momento el voto o el ejercer fraude electoral afecta solo a los contrincantes? Negativo, afecta a todo un proceso ya que lo vacía en su fin último, el representar la realidad.
Qué bueno que hablamos de gastos esto es un tema fundamental, la nueva política es capaz sin miedo de transparentar los aportes recibidos, la vieja tiene miedo y vive en la oscuridad del anonimato financiero, generando gasto irrisorios motivados por la falta de cercanía social, creyendo que es más eficiente otorgar dinero a dirigentes sociales, los cuales mediante este incentivo motivarán a sus pares y no me cabe duda que sea de acuerdo a sus mismas inclinaciones, mientras tanto la nueva política convive con la ciudadanía en todo momento siendo esta el principal sustento valórico.
La nueva cree en las estructuras, porque también cuenta con vocación de poder, pero la regulación es clave, no es posible que hoy los partidos estén llenos de cargos y estos a su vez generan divisiones, pero que luego son abandonados generando desolación en las estructuras internas de quienes son por definición los vehículos entre la ciudadanía y el Estado.
Si esto es una práctica común, la nueva política no viene a erradicarla sino mas bien la viene a hacer pública, porque no es posible que en más de 1 año existan órganos técnicos elegidos de manera política, que no funcionen y se vean inundados de inoperancia, es muy claro, no permitiremos que los espacios se copen solo para coartar a otro de usarlo y activarlo, porque aquella acción es fascismo y en un partido que se define por la democracia aquello es una contradicción fundamental.
La nueva política recupera principios de universalidad, la política en particular en singular es la que hoy hace tan voluble esta práctica, como algún día lo escribió Kant “para que una acción sea permisible debe ser posible de aplicarla a todas las personas sin resultar contradictoria”.
Esto llevado a un lenguaje más sencillo es solo buscar un sentido común, lo que la vieja política extravió en un camino sin regreso, Penta, SQM, Martelli, facturas, boletas, son señales inequívocas de la singularidad de la política ya que no existe mas allá de mi terreno y el sentido común no es más que la igualación de yo como político, al pensamiento común de aquellos gobernados.
¿Cómo esto va a ser posible si mi moral es mayor?, bueno, lo anterior desnuda la crisis actual en un buen chilenismo “tener los pies en la tierra”: la nueva política es la tierra, ni siquiera un cuerpo, ya que su actuación es intrínsecamente colectiva y universal- educación gratuita para todos- un buen ejemplo de una posición original, ya que no importa la formación de vida sino la persona imaginando una abstracción social donde las condiciones no operan, es el derecho y el auxilio social el primordial.
La nueva política no es temerosa, inunda los espacios de propuestas y no transa por conveniencia, no solo es joven, sino es también aquella voz de los postergados por el poder anacrónico y que nunca bajaron sus cabezas para ser bendecidos ni goteados por un cuerpo mayor dotado de poder pero hambriento de complacencia que no crea compañeros sino servidumbre, siendo estos solo la extensión instrumental de las acciones pragmáticas del “líder” pero carentes absolutamente de decisiones personales y más aun ausentes de autocrítica.
La vieja política es esa que sin conocer a alguien son capaces de apoyarlo sin saber siquiera a quien están respaldando, sino más bien solo conociendo una orden, son lo más similar a un perro adiestrado al sonido de un silbato, en lo personal quiero que me gobiernen humanos con capacidad de razonar, dialogar, ceder, incluir y decidir .
Sumarte a la nueva política es la opción del cambio real y del pronto desarrollo social esperado, sumarte es un deber de cada uno como ciudadano, indignarte es una opción sin reacción, la nueva política es la acción más reactiva, el principio catalizador de una sociedad cansada de postergaciones, oscuridad y pixelada, es por ello que debemos valorar cada acción que por más modesta o grandiosa lleve el mensaje de #laNUEVAPOLITICA.