Nuevamente el Presidente del PPD, senador Quintana nos sorprende con sus declaraciones. Ahora nos dice que “lo peor que puede hacer la Nueva Mayoría es apretar el botón de pánico”, agregando que es riesgoso que “terminemos haciendo un nuevo gobierno de la Concertación”.
Ambas expresiones con tan lamentables o más que la famosa frase de la retroexcavadora, que marcó a fuego y en forma muy lamentable el primer año de gobierno.
En primer lugar, los que apoyamos a la Presidenta Bachelet deberíamos estar orgullosos, que tras una profunda reflexión, ella haya definido la segunda etapa de su gobierno mirando y sobretodo, escuhando al país actual para efectuar las transformaciones planteadas en su campaña, con realismo político lo que le permitirá cumplir gran parte de su programa de gobierno, pero haciéndolo como corresponde y no a base del tan nefasto concepto”avanzar sin tranzar” que nos llevó a una crisis institucional sin precedentes.
En segundo lugar, me parece insólito que ahora reniegue de los gobiernos de la Concertación del cual fue parte y nunca lo hizo en ese periodo, durante el cual fue varias veces parlamentario elegido con los votos de quienes formaban parte del conglomerado.
Y sobretodo, porque quienes hemos sido parte de la Concertación, nos deberíamos sentir orgullosos de lo que hicimos durante 20 años, uno de los periodos más prósperos de nuestro país, tanto institucional como económicamente.
No hay que olvidar que redujimos la pobreza existente en 1990, más de 40% de nuestra población a casi un 12%, época en que la indigencia superaba el 20% y hoy se encuentra en niveles mínimos.
¿O acaso deberíamos estar avergonzados del país que hoy tenemos, respecto de lo que era cuando terminó la dictadura?
Habiendo sido siempre el PPD un partido de gobierno, leal con todos los Presidentes de la Concertación y también con el actual, uno debería esperar de su Presidente una actitud que contribuyera de verdad, en hacer posible los sueños que tenemos quienes apoyamos el actual Gobierno: mayor igualdad y solidaridad entre todos los chilenos.
Ese camino no es fácil ni puede detenerse, pero para tener logros consolidados debemos hacerlo con solidez y realismo, que es precisamente lo que nos ha indicado la Presidenta, sin renunciar para nada a estos objetivos, que no serán sólo de este gobierno, sino sin duda el eje central de los que vienen.
Por último, no puedo menos que solidarizar públicamente con mis camaradas Ignacio Walker y Andrés Zaldívar, especialmente por el tenor de los dichos de la carta del senador Alejandro Navarro, publicada el domingo pasado en El Mercurio de Santiago.
Por eso debo preguntar ¿hasta cuándo?