Hoy la política chilena vive -la que debe ser- una de las peores crisis de credibilidad que ha tenido, y las redes sociales los saben. Crean “memes”, se ríen, patalean, se quejan, pelean con desconocidos, insultan y se enojan. Es la forma como muchos se “hacen parte” de las problemáticas, con un mensaje irónico o un par de chistes, sienten que ya se “involucraron” y pueden quedarse tranquilos. Total, ya reclamaron.
Pero a pesar de que soy un fan de Twitter, me gusta intercambiar opiniones y me agrada la posibilidad de interpelar directamente al político o al rostro de televisión a través de un tuit, no es suficiente.
La queja virtual es un buen comienzo, sirve para iniciar el debate, para plantear la inquietud en otros y hacernos reflexionar, la cultura del “meme” es un buen inicio, pero no es el fin.
Esta crisis de credibilidad es una oportunidad para que lleguen nuevos aires a la política, no podemos permitir que los escándalos desanimen a quienes quieren aportar, no podemos dejar que se siga expandiendo la idea que todo en política es oscuro o turbio, que quienes ingresan a ella lo hacen únicamente buscando beneficios personales.
En las últimas municipales 1.159 personas se postularon a alcalde, de ellos sólo 85 eran menores de 35 años, la gran mayoría de los jóvenes ni siquiera fue a votar, menos aún quiso participar como candidato.
En las parlamentarias del 2013, hubo un total de 470 candidatos a diputados, sólo 94 eran sub-35, ¿y al senado? Nadie. Porque nuestra Constitución dice expresamente que hay que tener sobre 35 años para postular, no pide méritos académicos, experiencia laboral o un curriculum nutrido, sólo ser mayor de 35, nada más.
Necesitamos que los jóvenes vuelvan a creer en la política, que se tomen los espacios, que llenen cada lugar con sus ideas, con sus ganas y con su energía.
Pero ojo, tampoco se trata que todos deben ser candidatos a concejal o a diputado.Necesitamos nuevos líderes y nuevas voces en cada oficina, ministerio y servicio público.
Es momento de aportar desde adentro, aprovechar iniciativas como “Prácticas Chile”, donde cualquier universitario puede postular para realizar su práctica profesional en el Gobierno de Chile.
No queremos que el único vínculo que tengan los jóvenes con la política sea el chiste que publicaron en su muro de Facebook o que la única vez que supieron cual era el nombre del parlamentario de su región, fue cuando crearon un “meme” con su rostro.