Pienso que los ex presidentes Lagos y Frei podrían referirse a este tema, que tanto está influyendo en el desarrollo de nuestra economía.
El Banco Central, por su parte, sólo diagnosticará la situación, sin entrar, dada la obligada orfandad de su análisis, a las causas políticas que la provocan.
Todos somos testigos del siguiente mensaje, explicitado o encubierto:“Es Bachelet la causante de la desaceleración”. El mensaje se repite y se expande. Por diarios, TV y radio.¿Qué está detrás?
Se han propuesto reformas civilizatorias, propias del desarrollo actual del capitalismo. Se propone “una sociedad inclusiva”, no una sociedad socialista. Se propone un sistema tributario parecido al de otros países manejados por la burguesía.
Una educación no tan desigual. Una previsión (la actual de aquí es única en el mundo) donde no se nos obligue a entregar nuestros ahorros a los mercaderes, que hacen lo que quieren y entregan miserias para los viejos. Una atención de salud para la mayoría, que hoy casi no la tiene.
No, pero ellos no quieren que se cambie esta Sudáfrica algo así como por Portugal o Grecia o Irlanda. O Polonia o Escocia o Chipre. Quieren mantener una distribución del ingreso como la de Hong Kong, Panamá, Brasil, Haití, Papúa Nueva Guinea.
Perdieron las elecciones, y lejos, pero no les importa. ¿Qué se han imaginado? dicen.Se arriesgan a perder más lejos en las próximas, pero ya verán qué hacer para anular el mandato democrático, esa cosa que en verdad nunca les ha gustado.De sus filas surgieron las ideas de que en democracia ellos estaban perdidos, la vieja teoría de Guzmán.
Ante las propuestas y la buena voluntad del gobierno actual han respondido con la falacia del pánico: si siguen así, construyen, nos hundiremos en los infiernos de la recesión. Y, en la medida de lo posible, crean la recesión. “Ya vamos en el 2% y podemos llegar al cero…y menos de cero, ¿por qué no?”Buscan, con su actitud, sumar razones a las de la baja en los precios de los commodities y las menores demandas chinas.
Todos los países latinoamericanos (Brasil, México, Uruguay, Perú, Paraguay y otros) han bajado sus perspectivas de desarrollo en 2014.
Esta es una perla entre miles. El Mercurio de 29 de agosto dice en titulares:
“Ex Presidente del Banco Central prevé que el país crecerá 2% este año y no descarta cifra aún meno, desaceleración hace caer 20% las ventas de los restaurantes durante primeros meses de invierno; sector prevé año en rojo por desaceleración”; “Mineros advierten que más de la mitad de su cartera de inversiones está detenida”, y “Nuevo Presidente de CChC anticipa que sector tendría nulo crecimiento”.
¨Prevé”, “advierten”, “no descarta”, “anticipa”, “tendría nulo”. Todo en potencial.Campaña de falacias que construye realidades económicas en el aire, sepultando expectativas, y con eso bajando el crecimiento.
Todo ello es fruto normal de la resistencia y el conflicto que desatan las fuerzas reaccionarias cuando resienten los cambios.
¿Cuánto bajó la producción en Haití cuando se eliminó la esclavitud?
¿Cuánta la de EEUU en el gobierno de Lincoln?
¿Cómo se vino abajo la economía con la Revolución Francesa?
¿Se bajó la producción de trigo en Chile cuando se declaró la independencia?
¿Qué pasó en los latifundios de Santiago bajo el gobierno liberal de Santa María, en 1885, en días en que las beatas rezaban… “Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores…” sin pronunciar, por nada, las palabras primeras “Santa María…”?
¿Qué no se dijo en Chile contra la Reforma Agraria de Eduardo Frei M., atacada por los poderosos de siempre como se ha atacado ahora la Reforma Educacional?
¿Los ejércitos libertadores de San Martín y Bolívar no produjeron a su paso graves problemas a la economía tradicional de América del Sur?
Y etc., etc.
Todos los grandes cambios producen, en sus inicios, conflictos como respuestas, y luego los pueblos gozan de sus beneficios. Los costos de esos conflictos pesan menos que los beneficios de los grandes cambios. Se mantiene el fin de la esclavitud, el fin de las monarquías absolutas en Europa, la independencia de Chile, la separación de la Iglesia y el Estado en Chile, el fin de los latifundios medievales improductivos.
Aquí, en este país donde la derecha económica controla y abusa, en todos los campos y poderes de facto ¿se podía esperar que nada sucedería si se llevaba adelante una reforma tributaria, una reforma educacional, una reforma constitucional y etc., aprobadas por la ciudadanía?
La reacción (nacional e imperial) hizo aún más contra Allende, en 1972, y creó una crisis de la que el país no salió hasta nuestros días.
Las reformas de Michelle Bachelet no son las de Allende pero la derecha económica y comunicacional se ha enfrentado a ellas como si lo fueran.
Ahora, como entonces, nazis y neonazis escriben en periódicos internacionales contra “el colectivismo” del gobierno chileno, a pesar de la buena recepción que la Presidenta tuvo en la Casa Blanca y el FMI. ¡Cómo será de fuerte el instinto reaccionario que El Mercurio trata a la Presidenta de manera opuesta a como la trata EEUU, que históricamente ha sido su patrón!
Es verdad que los Estados cada vez pesan menos en un mundo globalizado y que cada vez dependemos más de las comunicaciones, las empresas y los comercios de los grandes consorcios que manejan el mundo y de los que manejan Chile, pero ¡aún tenemos gobierno, ciudadanos! Que se note.