Que para la Democracia Cristiana no son éstos, momentos de calma y tranquilidad es algo evidente. A la permanente interpelación de sus aliados para que adhiera a posturas pos-modernas muchas de ellas alejadas de su raíz doctrinaria, se agrega la discusión sobre necesarias reformas a un modelo económico que ha perpetuado una angustiante desigualdad y falta de equidad.
Cómo introducir modificaciones sin afectar seriamente los grados de libertad necesarios para mantener espacios propios a la persona y la familia es algo que a la DC ocupa más que a sus aliados de hoy. Y siempre ha sido así.
Un nuevo frente de mal tiempo se ha formado con la institucionalización del movimiento conducido por el ex ministro Velasco y que ha incorporado en su Consejo a militantes DC con trayectoria conocida y pública. Ya no se puede eludir el tema, el mismo Velasco ha señalado su intención de convertirse en partido político y ha anunciado para partir, una propuesta distinta a la del gobierno para eliminar el binominal. ¡Si eso no es hacer política de partido!
En lo personal creo, que se dejó innecesariamente que las cosas avanzaran hasta esta situación, cuando desde sus inicios era evidente que lo que buscaba era convertirse en actor político relevante. Hoy ya estamos una vez más ante hechos consumados.
Hace daño al Partido Demócrata Cristiano, confunde a sus militantes y relativiza sus convicciones, el que militantes y peor aún destacados militantes, aparezcan participando en la dirección de otros actores políticos como es este el caso.
Como siempre las opciones son legítimas y las decisiones son personales, quien no se encuentre a gusto en el Partido puede y debe renunciar y queda libre para acercarse a quienes mejor lo representen. Si algo queda de cariño por las ideas tanto tiempo sustentadas esperamos una decisión acorde con la gravedad del problema.
Pero las instancias formales de la Democracia Cristiana, su Directiva Nacional y su Consejo Nacional no pueden obviar los hechos y para tranquilidad y claridad de sus militantes deben enfrentar la realidad e instruir a su militancia.
Nada distingue ahora a Velasco de un movimiento como Revolución Democrática liderado por el diputado Jackson, ¿se va a aceptar que siguiendo el ejemplo de quienes hoy aparecen en el Consejo de Fuerza Pública , otros camaradas puedan ingresar a Revolución Democrática, y sentenciar la doble militancia?
Nuestras instancias oficiales tienen la palabra.