A días de la toma de mando de la Presidenta Michelle Bachelet se hace cada vez más próximo el desafío de encantar y cumplir con las altísimas expectativas que tiene la ciudadanía puestas en el primer Gobierno de la Nueva Mayoría.
Simbólicamente la primera mujer Presidenta del Senado le tomará juramento a la primera mujer Presidenta de la República, y en ese gesto democrático se encierra la clave del sello que debe tener este nuevo Gobierno: una gestión más humana, más sensible, más conectada con la ciudadanía, no sólo conscientes de sus demandas sino también atenta a abrir espacios reales de participación y decisión.
Más allá de los complejos escenarios económicos e internacionales que influirán en el nuevo Gobierno, el principal desafío debe ser el hacer los máximos esfuerzos por cumplir las expectativas de quienes confiaron masivamente en la propuesta de la Nueva Mayoría.
Para eso se deben aunar alianzas y criterios que permitan lograr, lo más temprano posible, una reforma tributaria que recaude los fondos para una profunda reforma del sistema educativo, donde el derecho a la educación de calidad esté garantizado y se avance hacia una educación gratuita pero principalmente de calidad.
El Chile que asumirá la Presidenta Bachelet es un Chile consciente, atento, demandante, que quiere que sus autoridades los escuchen, consideren y hagan parte de la toma de decisiones.
La Nueva Mayoría no sólo debe ser una nueva alianza de partidos y fuerzas políticas, sino una nueva formar de ejercer el poder, mucho más conectada a los movimientos ciudadanos y a las demandas de una ciudadanía exigente.
El Chile que asumirá la Presidenta Bachelet es uno de los cinco países con mayor concentración de la riqueza, donde los que concentran mayores ingresos son los que pagan menos impuestos.
Es un país profundamente desigual, que reclama una nueva Constitución que garantice derechos fundamentales como el derecho a la salud, a la educación, al medio ambiente, una Carta Fundamental que recoja el sentir ciudadano y no sólo el de la elite política.
El Chile que asumirá la Presidenta Bachelet es un país donde, según la última encuesta de Derechos Humanos realizada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, el 26% de la población cree que su derecho más vulnerado es el acceso a la salud.
Un país donde, según datos de la Fundación Sol, 9 de cada 10 trabajadores asalariados no negocia sus condiciones de trabajo de manera colectiva.
Es un país de grandes desafíos, de una inequidad que golpea y de una ciudadanía ansiosa de que el Gobierno de Michelle Bachelet cumpla con las expectativas de cambio, de igualdad y solidaridad anunciadas en campaña.
Y en ese contexto el desafío de gobernar comienza primero con el desafío de cumplir las promesas y banderas de campaña, que son las que permitirán construir el Chile más justo, equitativo y solidario que todos queremos.