Desde algunos días, se han producido variadas opiniones y declaraciones, desde la izquierda a la derecha, pasando por el centro, en torno a cómo se debiera llevar a cabo un cambio a la Constitución, hecho que sin lugar a dudas es de importancia fundamental para llevar a cabo el programa propuesto por la presidenta electa Michelle Bachelet.
El abogado constitucionalista, Francisco Zuñiga coordinador del equipo de expertos para la reforma , ha estimado que uno de los caminos es el Congreso Nacional, con un proyecto de reforma total de la Constitución, lo que ha hecho pensar a muchos que Bachelet ha abandonado otras vías, tales como la tan mencionada Asamblea Constituyente y\o Plebiscito
Me atrevo a decir, que estas hipótesis están lejos de la realidad, la Mandataria electa no ha descartado ninguna vía a priori, es obvio que la primera etapa de un trámite legislativo de tal envergadura, que afectará sin duda a las generaciones futuras, debe comenzar en el Congreso que es la instancia institucional
Podemos concordar que su sistema de elección no ha sido el más democrático, pero es el lugar natural, donde gobierno con oposición y en conjunto con la ciudadanía tengan la oportunidad de debatir en profundidad una reforma total a la Constitución.
Esta decisión toma aún mayor validez, cuando hoy se manifiestan públicamente personeros de Renovación Nacional, renunciando a su Partido, cuestionando el liderazgo ultra conservador de su dirigencia, acción que sugiere que es razonable abrir debate con todos los actores sociales por un cambio total a la Constitución.
Esta iniciativa de Bachelet, demuestra su más profundo sentido democrático, que es permitir a la oposición que haga sus propuestas, de cara a la ciudadanía, donde ésta tendrá la oportunidad de aportar para crear una nueva Carta Magna, para un Chile sin desigualdades.
La derecha así, podría demostrar el profundo sentido patriótico del que hace gala, dejando atrás un pasado ignominioso, participando, construyendo y elaborando acuerdos en beneficio de un Chile de todos o quizás, una vez más, tratará de defender sus granjerías, amparándose en un patriotismo Guzmaniano, esto es defender una constitución tramposa y antidemocrática y por ende obstruir las propuestas de la Presidenta y de la Nueva Mayoría.
Si resultara ser esta última opción, obviamente existen las otras alternativas y cualesquiera que ellas sean, Plebiscito y\o Asamblea Constituyente, que al contrario de lo que expresan los agoreros, la Presidenta electa nunca ha descartado.
Además debe también clarificarse que ha sido Michelle Bachelet la que más ha insistido que en esta nueva etapa en la vida política del país, se deberá contar con la más amplia participación de la ciudadanía.
Como lo expresa su Programa , se busca crear un Estado que deberá terminar con la desigualdad existente, con la participación de todas las fuerzas sociales, con una profunda discusión sobre nuestro futuro en la vida política, social, económica y cultural, con especial atención a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.
El desafío es entonces aportar a construir una sociedad más participativa, que conlleva una profundización de la democracia y por ende dispuestos a aceptar que la ciudadanía tiene no solo la palabra sino además el derecho a ser parte de su propio destino.
La sociedad en su conjunto debe participar elaborando propuestas para diseñar políticas públicas con un enfoque de derechos, que obviamente deben ser vinculantes.
Como lo enunciara Thomas Paine, en Rights of Man “una Constitución no es algo de nombre solamente, sino es un hecho. No es un ideal, sino una realidad” y lo más relevante, “ la Constitución de un país no es un acto de gobierno, sino del pueblo que constituye gobierno.”