18 nov 2013

Bachelet versus Matthei

A pesar que  ayer no resultó  electa como Presidenta de la República en primera vuelta, quien puede dudar que Michelle Bachelet es todo un fenómeno en la política chilena que está por encima de la apatía ciudadana y la mala opinión hacia los políticos profesionales.

Ella sigue representando una novedad en la política.Un nuevo tipo de liderazgo definido como más bien propio de las mujeres. Uno más transparente, abierto, sin poses, más genuino y definitivamente, más creíble.

En cuanto a los estilos de hacer política, se piensa que el liderazgo de las mujeres resulta más interactivo, de mayor estímulo a la participación y menos agresivo.

A final de cuentas, las mujeres han sido vinculadas histórica y culturalmente a valores como los de amabilidad, compasión y sensibilidad hacia las necesidades de los demás.

Al respecto, diversas encuestas realizadas en el país muestran que ante la pregunta qué espera la población en un líder político, las respuestas relevan aspectos como los de honestidad, valores y principios, los que tenían poca ponderación en el pasado. Se han ido perdiendo aspectos más propios de la política tradicional, como la capacidad de ser buen gerente, alto desempeño, con autoridad, etc.

Precisamente el gobierno “de los mejores” que proponía Piñera poniendo el énfasis en las capacidades técnicas y no políticas es una fórmula que la propia experiencia de estos 4 años terminaron por desterrar.

En este sentido, Bachelet en la búsqueda de una política “más amable” propone una forma menos cupular de hacer política, más participativa y abierta al diálogo social.

Ejemplo de ello es que desde su retorno a Chile ha ido construyendo su programa de cara a la gente a través de encuentros programáticos, de levantamiento de demandas en regiones y de comisiones técnicas.

De esta manera, puso énfasis distintos a su propuesta programática original escuchando lo que la ciudadanía gritaba en las calles: educación pública gratuita y de calidad y una nueva Constitución se convirtieron en sus ejes principales de campaña. Dichas características personales son reconocidas por la gente. Le creen además porque recuerdan su buen gobierno, con un fuerte sello social y también en base a esta experiencia deciden apoyarla.

Por el contrario, Evelyn Matthei representa más bien otro tipo de liderazgo femenino, el de aquellas mujeres que se desempeñan en ambientes mayoritariamente masculinos y que para sobresalir han adoptado formas y temáticas de fondo similares a sus colegas hombres.

Resulta ruda, demasiado frontal, incluso si se le compara con los políticos, lo que a todas luces para una cultura como la nuestra resulta hasta chocante.Sí se le reconoce como mujer preparada y de gran inteligencia, quizás precisamente por poseer una imagen más bien masculina.

Ayer una vez conocedora de su paso a segunda vuelta señaló: “Ahora tendremos un discurso más moderado”. En sentido contrario, la moderación es precisamente uno de los valores emblemáticos en que las mujeres hemos sido educadas. Matthei parece escapar a dicha socialización y eso tiene un costo asociado.

Por otra parte, Matthei representa la continuación de una administración encabezada por el Presidente Piñera con una permanente baja popularidad y con una escasa credibilidad.

Conocida su trayectoria más oscura ligada a las escuchas y la radio Kyoto y al caso drogas que afectó a renombrados representantes de su coalición, entre ellos, al mismo Piñera, que la dejan en mal pie respecto al atributo de la confianza.Este mismo curriculum es el responsable del poco apoyo recibido por Renovación Nacional y que su candidatura representa más bien a la UDI y no a la coalición de derecha.

En un momento en que la ciudadanía le pide valores a la política como consecuencia, honestidad y credibilidad, resurge Bachelet en una suerte de esperanza de que ejercerá el poder de una forma distinta y que podrá poner fin a su gran reforma de la protección social, pero que escuchando a la calle será capaz además de realizar los cambios estructurales que la derecha y su candidata rechazan.

El liderazgo femenino de Bachelet además posee conciencia de género; busca satisfacer las necesidades económicas de las mujeres, pero además pretende revertir la asimetría de poder entre hombres y mujeres.

En este sentido, se comprometió a fortalecer la red de apoyo a las víctimas de violencia intrafamiliar, en avanzar hacia la despenalización del aborto en tres situaciones (ante peligro de la vida de la madre, inviabilidad del feto y en caso de violación), en garantizar constitucionalmente la igualdad entre hombres y mujeres, en incluir la paridad como norma, etc.

Matthei, en cambio, representa a un sector político que ve a las mujeres como madres o como trabajadoras con empleos precarios a disposición para aumentar la productividad de un país.

Además Michelle es percibida como femenina y maternal, lo que resulta un plus en una sociedad que mantiene casi intactas las expectativas sobre lo que debe ser una mujer y lo que debe ser un hombre.

Esto ha motivado a que Matthei durante su campaña haya intentado cambiar su imagen de mujer dura a una más sonriente y sea más común verla ahora con marido e hijos (a) como estrategia de campaña para “emparejar” en este atributo con Bachelet.

Hemos visto que al menos al inicio de la campaña se ha querido centrar el debate por parte de los medios o del Comando de Matthei respecto a que ambas son mujeres e hijas de generales de la Fuerza Aérea.

Eso es lo único que comparten, porque el país que representan, el proyecto que encarnan y su mirada hacia las mujeres chilenas son absolutamente distintos.

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  • Mario Pasten

    Entonces a votar por la señora Bachelet el 15 de Diciembre.

  • MARTA ELENA MUÑOZ G.

    Cual es la diferencia? Como dijo Parissi, -una dama como Bachelet- con una -mujer ¡¡¡mala!!! como Matthei, que calificativo mas duro, pero es lo que piensa mucha gente, lo escuchamos en los puerta a puerta de la campaña de Bachelet, a quien califican de sincera, transparente y cercana a la gente, con una sonrisa natural.
    Cual es la diferencia? pretender que las mujeres seamos escuchadas porque tenemos los mismos derechos, no estamos solo para tener hijos, hacer el trabajo pequeño, ser obedientes y que otros decidan ¿Cuántos hijos debemos tener? ¿Cuándo debemos tenerlos? ¿Dónde tenemos que trabajar? dejamos de ser la esposa de….y creemos que es lo que justamente Bachelet quiere para todas las mujeres.
    Cuál es la diferencia? Las mujeres debemos ocupar el lugar que nos corresponde, trabajar en lo que hemos estudiado, tomar nuestras propias decisiones con nuestras vidas, ser libres de prejuicios, para lo cual hay que integrarlas en igualdad de condiciones.
    Por último, la gran diferencia!!!, capacidad, control de si misma, sensibilidad social, saber escuchar, ser espontánea y sencilla, esta es la presidenta que los chilenos elegirán el próximo 15 de diciembre.
    La diferencia es; sin atacar, sin descalificar, no ser odiosa, no ser mal intensionada, hacer su propia campaña y dejar que sus opositores hagan lo suya, por tanto, los resultados nos dan la razón.

  • Eduardo Alamos

    Estimada… creo que no sólo los políticos de este país andan “perdidos en el espacio”·, también la prensa. Políticos y periodistas “fans” del sistema político imperante ven lo que no existe y tratan de hacer ver lo que ni ustedes mismos se creen… Se mienten a sí mismos.
    Vaya un botón de muestra a partir de sus propias afirmaciones (y esperanzas):
    “En este sentido, Bachelet en la búsqueda de una política “más amable” propone una forma menos cupular de hacer política, más participativa y abierta al diálogo social.
    Ejemplo de ello es que desde su retorno a Chile ha ido construyendo su programa de cara a la gente a través de encuentros programáticos, de levantamiento de demandas en regiones y de comisiones técnicas.”

    Esto es una mentira. Una mentira contada a la gente… y una automentira. No escuchan a nadie, excepto a sí mismos… “Pecado de autosuficiencia” le he llamado a esa actitud de no escuchar a los demás convencidos de su propia verdad, pero haciendo creer a los demás que son escuchados…

    Un ejemplo personal? He “intentado” presentar un modelo autosustentable de desarrollo social para la erradicación de la pobreza y la delincuencia… entre otros, a Frei, Lagos y al mismo Piñera… y ahora último a Lagos Weber y a la misma Sra. Bachelet… Resultado? No escuchan, no reciben, no contestan, es más, “nadie, jamás lo leyó” ni hizo el intento ¿Qué tal? Ahí está su creencia en que se escucha a la gente, con 3.759.000 pobres en Chile (pobreza que se esconde) y con una delincuencia que ha desbordo lo insólito…

    Estimada Javiera, no se mienta con los fuegos artificiales del equipo Bachelet… a menos que desee un cargo político y en ese caso está muy bien que lo haga. Es la actitud que dentro de un tiempo cobrará costos sociales y políticos muy altos en Chile. De nuevo…

    Mis saludos cordiales

    Profesor Eduardo Alamos