En una desilusionante acción el PS ha invitado al Presidente Piñera a conmemorar y celebrar el 5 de octubre, día del triunfo del No.
Hace ya un tiempo que nos parece decepcionante la celebración reservada que hace la Concertación de la fecha más importante para la democracia en los últimos 50 años.
Resulta un despropósito ignorar a las miles de personas que con valentía y coraje desafiaron la dictadura haciendo campaña y fueron delegados en las mesas para defender los votos por el término de la dictadura.
No otra cosa son estos actos en que la clase política se hace claque mutuo y Arriagada conversa con Tironi, y Figueroa con Martner y todos con Correa, mientras la gente, los verdaderos actores de este proceso está relegada a ver por televisión el espectáculo.
A 25 años de este histórico suceso, se pierde una tremenda oportunidad de volver a creer en las personas.
El llamado que hemos esperado por tanto tiempo es a “todos aquellos que hicieron posible que Chile recuperará su historia, a los que desafiaron el temor como apoderados, a quienes desde cada comuna organizaron la campaña, a quienes se ubicaron al comienzo con timidez en las esquinas para entregar propaganda, a quienes con sabiduría y responsabilidad se quedaron en sus casas cuando el triunfo era inminente y Pinochet y sus esbirros se mostraban dispuestos a desconocer el resultado, a quienes con cansancio pero inmensa felicidad fueron escuchando al patético Subsecretario Cardemil en una sala vacía tener que contar región por región lo que ya todos sabíamos y él quería desconocer: habíamos ganado.”
Los políticos están en otra cosa, ahora prefieren celebrar con la misma derecha que después de perder el plebiscito encontró que Buchi era su “hombre” como Piñera.
Por decir lo menos esto es un olvido inexplicable, con características de vergüenza.
Aún queda tiempo para rectificar tan monstruoso horror.