Con cierta razón, la Alianza y en particular la UDI han mostrado sus reparos a los resultados de la última CEP en particular a la pregunta sobre el próximo Presidente de Chile, que deja la candidatura Matthei a dos meses de las elecciones y con fiestas de por medio, prácticamente en el suelo.
Ciertamente esta es una discusión de amigos, entre empresarios y la Alianza, por eso no debiera haber existido una intencionalidad política en la decisión de publicar los resultados obtenidos.Nadie puede pensar que los empresarios se hayan disparado a los pies como parece este exiguo 12% de la candidata oficialista.
Ha pasado desapercibido otro importante resultado que resulta un mazazo para las aspiraciones de la UDI de defender el sistema binominal: el 52% de los encuestados expresa su deseo de cambio del sistema.
Coloma, el senador, ha dicho con acierto que no hay mayoría absoluta para Bachelet lo que lo motiva a soñar con una victoria de su candidata; de igual consistencia debiera resultar para el senador, la mayoría absoluta que quiere el cambio de sistema electoral y por lo tanto debiera sumarse a quienes mayoritariamente buscan cambiar el sistema. Obviamente no es así.
Por último a poco más de seis meses del término del mandato, Piñera parece consolidar un escaso 30% de adhesión a su obra. ¿Qué aparece relevante en este caso?
La derrota de una de las más reiteradas obsesiones de la derecha: el crecimiento económico y sus derivados de alto empleo y alto consumo no bastan para transformar una gestión presidencial en una buena gestión de gobierno.
La bonanza es necesaria pero no suficiente y Piñera lo ha sufrido en carne propia.
Las reiteradas deficiencias en áreas claves del quehacer del ejecutivo, la pérdida de la batalla contra la delincuencia, la sensación de impunidad de quienes aprovechan su situación privilegiada para obtener ganancias groseras, la defensa silenciosa de un modelo educacional perverso al perpetuar las diferencias y la manipulación inédita de respetables instituciones públicas como el INE y el ministerio de Desarrollo Social (caso CASEN), nos dan cuenta de una ciudadanía mucho más madura y empoderada de lo que parece.
A juzgar por todo lo anterior pareciera que la publicación de esta encuesta ha sido muy beneficiosa para conocer el ánimo de esta sociedad en las puertas de un proceso electoral que elegirá una buena parte de las autoridades políticas del país.
Los paños fríos los pone Bachelet cuando señala “esta no es carrera corrida” hay que ganarse los votos con responsabilidad y esperanza.