En la actualidad, según el Código del Trabajo, las guarderías son financiadas por el empleador en los casos de empresas que cuenten con más de 20 trabajadoras.
Lo anterior, ha sido criticado, pues para algunos importa un freno al empleo femenino.Asimismo, se cuestiona que el beneficio se restrinja sólo a empresas de mediano tamaño que superen el umbral exigido.
Por ello se ha anunciado, desde ya hace bastante tiempo, que se promovería una reforma que universalizaría el acceso. El Presidente Piñera acaba de insistir en ello con ocasión del Día del Niño.
El texto se encontraría en las etapas finales de su redacción y, según se ha informado, utilizaría como financiamiento el 1% de la actual cotización de cargo del empleador al seguro de cesantía.
Eso significa en concreto que el gobierno trasladaría el costo de las salas cunas a los trabajadores, a través de una muy grave e inaceptable “letra chica”.
Lo que debe tenerse claro es que la cotización del empleador al seguro de cesantía (1,6% de la remuneración) es descontada, al momento del despido, íntegramente, de la indemnización por años de servicio, por lo que en definitiva es sólo un préstamo o anticipo que hace la empresa al trabajador, pero que luego recupera.
Por lo tanto, cualquier mecanismo que implique echar mano a esa cotización, mal llamada del empleador, implica en la práctica hacer recaer el costo de la sala cuna en el trabajador.
El Ejecutivo ha caído en una total improvisación en estas materias. Sólo en mayo pasado se anunció que este 1% se redestinaría a ahorro previsional, lo que fue incluso justificado públicamente por la entonces ministra del Trabajo y actual candidata presidencial, Evelyn Matthei.