No se puede desconocer que la no inscripción en el Servicio Electoral para primarias parlamentarias de la oposición generó una situación difícil y una desaprobación de parte de la opinión pública. Pero hay que decir que a pesar de ello, nunca se rompió la negociación destinada al objetivo supremo: contar con una lista parlamentaria unitaria de la oposición para tener una mayoría democrática en el Parlamento y derrotar a la derecha.
Lo cierto es que de alrededor de 60 distritos, las negociaciones que efectuamos llevaron a que podríamos haber realizado primarias en ocho distritos, donde no pudo existir acuerdo. En la mayoría de los casos estábamos coincidiendo. Los comunistas estábamos de acuerdo en ir a primarias, nunca nos opusimos y no nos opondremos. Estuvimos por sellar el acuerdo en base a los distritos cerrados y competir en primarias en los otros.
Cada partido tendrá que asumir su cuota de responsabilidad en esta situación y esperamos que las conversaciones de esta semana permitan, realmente, avanzar hacia un acuerdo y materializar las primarias necesarias en condiciones equitativas para todos.
Lo que sí hay que plantear es que las negociaciones deben reiniciarse en donde las dejamos, con un acuerdo que se ha hecho en base al veredicto popular y ciudadano sobre los partidos, como son los resultados de las dos últimas elecciones de concejales y con el claro propósito también de romper el binominalismo imperante.
Por lo demás, los comunistas estamos de acuerdo en que la lista parlamentaria se abra hacia todos aquellos que quieran participar y que provengan de la oposición y compartan las demandas y propuestas fundamentales que se están planteando en un programa de claro sentido democrático, social y popular.
Hay un tema de fondo en todo esto que algunos quieren eludir. Se puso el eje en realizar o no primarias. Eso finalmente puede encontrar caminos. Pero el eje real, el tema de fondo, es la continuidad del sistema electoral binominal, tremendamente inequitativo, vulnerable de la soberanía popular y que no permite la representación proporcional y realmente democrática.
Lo perverso es la existencia del binominal que incluso complejiza y amarra acuerdos electorales entre distintos partidos y conglomerados.
Precisamente, el que nos planteemos tener mayoría democrática en el Parlamento, apunta a que se puedan cumplir objetivos demandados por la ciudadanía, como cambiar el sistema electoral binominal por uno proporcional.
Es imprescindible que en estos días prime el criterio estratégico, la generosidad, la racionalidad democrática, la equidad, el análisis de representación a partir de los resultados de las elecciones de concejales y la consideración de la calidad e instalación de las y los mejores candidatos de la oposición, para lograr un lista parlamentaria unitaria que permita avanzar y concretar un programa único de la oposición de claro contenido democrático, de avance social y transformaciones que requiere el país.-