Se filtraron preguntas en la prueba nacional para egresados de medicina y médicos que revalidan el título. Gran escándalo y alboroto.
El ministerio de Salud decide no tomar en cuenta por este año la prueba para el ingreso al ejercicio profesional en instituciones públicas. Se inician auditorias para identificar responsabilidades, correcciones y sanciones.
El Contralor General de la República emite un informe sobre irregularidades no tan sólo por la filtración sino que por el manejo de la prueba; una de sus objeciones es cómo puede aceptarse que particulares (universidades privadas) manejen una prueba nacional para todo Chile.
¿Hasta dónde ha llegado nuestra degradación ética y moral? Todo lo enumerado y argumentos que se han dado son pelos de las patas de los parásitos de la cola del perro.
Un médico-cirujano (o cualquier profesional) recién egresado que se consigue preguntas de la prueba que le otorgará una ventaja evidente sobre los que no tuvieran acceso a esas preguntas y que hace uso de ese conocimiento ¿es confiable para el pueblo chileno en su ejercicio profesional?
Está haciendo uso de información confidencial, necesaria para que el país deposite en el su fe pública de ejercicio ético de la profesión, para su interés narcisístico y ventaja sobre sus colegas y varios amigos y compañeros de estudios.
¿Cómo manejará la información confidencial de sus pacientes? Se ha ganado el repudio nacional y la negación del ejercicio profesional en Chile.Mucho mas grave es la situación de los académicos que tenían acceso a las preguntas y que directa o indirectamente contribuyeron a su filtración.
En tiempos de la tuición Ética de los Colegios Profesionales, tanto egresados como académicos filtrantes de preguntas hubieran sido acusados ante los Tribunales de Ética del Colegio Médico y afiliados o no a él su ejercicio profesional hubiese sido severamente cuestionado y sancionado seguramente con su privación definitiva.
Esto no es ninguna sanción desproporcionada, sino simplemente lo que se ha anotado: no son confiables en la confidencialidad de su ejercicio profesional.
Ya mencionamos otra falta gravísima: atentado contra la colegiatura común con sus colegas. Se usa el conocimiento fraudulentamente obtenido para liquidar a sus colegas y pares en la competencia mercantil, de acceso a becas y de postulación a cargos.
Más todavía los que han participado en este fraude se hacen cómplices de un sistema corruptible que con su participación y éxito en ella se transforma en un sistema irremediablemente corrupto, hasta que no se transparente toda su realización y no se deje en manos de una institución del Estado de Chile, independiente de los Poderes Públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), de los capitales o de las empresas incluidas las Universidades privadas no-estatales y de los Gobiernos (Ministerios) de turno.
Gravísima es la responsabilidad de las universidades que formaron a esos egresados o tienen esos académicos. Acreditan como teniendo o formando personas corruptas y fracasaron en su formación ética por lo que no acreditan como universidades (no necesitamos CNA).
El EUNACOM nació como una prueba de retroalimentación para que cada universidad ajustara su educación médica según fuera detectando ventajas y falencias en sus procesos formativos.
El ministerio de Salud introdujo una perversión de su sentido al declarar que era un examen habilitante para el ejercicio público en caso de aprobación, objetivo para el cual no había sido diseñado. Al menos se le dio la calidad de examen cualitativo.
El ministerio de Salud no tiene atribuciones para pronunciarse sobre un proceso educacional que compete al ministerio de Educación (otra perversión más; al parecer en Chile a nadie le importa que los pescadores artesanales desarrollen programas de física cuántica y estos sean aprobados por ley).
No contentos con esta perversión, al publicarse los resultados cuantitativos, las universidades empezaron a utilizarlo como marketing y rango de su eficiencia formadora de médicos (aquí la perversión es mayor porque menos sirve para ese fin).
Se da el caso que una universidad que estaba en un rango muy bajo contrató a una persona preparadora de la prueba y en un año pasó al segundo puesto en el ranking.
Se pervirtió definitivamente el sistema cuando todas las universidades gastaron tiempo en sus programas de formación para preparar esta prueba con lo que el objetivo inicial del examen se perdió totalmente.
Pero no es tan solo EUNACOM, estamos viendo la corrupción del sistema de acreditación de la educación superior en Chile. También allí se necesita un organismo estatal independiente de los poderes del Estado, empresariales o fácticos. El turbio y personal manejo de la Ciencia en Chile que necesita de una política de Estado.
Se necesita una revolución, al menos ética, en Chile el único país del mundo donde por Constitución y por las leyes la ética, al menos la profesional, está prohibida.
Ninguna de estas perversiones hubiera ocurrido, ni tampoco los fraudes en las empresas como “La Polar”, con una ética profesional acompañada de drásticas sanciones como la privación del ejercicio profesional.
Si falta la Ética nada se saca con las superintendencias, las acreditaciones, las fiscalizaciones legales, pues la ley es un pálido reflejo de la ética profunda de las personas y de la sociedad.