En el prólogo del nuevo libro titulado Con la Fuerza de la Libertad, escrito por Jovino Novoa, Laurence Golborne nos invita artísticamente a “…evaluar el libro de la misma forma en que se admira una pintura impresionista: con un énfasis en el todo, observando la imagen clara y potente que aparece al mirar detenidamente el conjunto…Ciertamente, creo que habrá más de una interpretación respecto al actuar del actual gobierno, especialmente sobre si este fue fiel a los principios de nuestro sector, si fue el refundador ideológico del país o si será recordado como el primer gobierno de derecha elegido democráticamente en más de cincuenta años, con un destacado rol por haber reconstruido un país devastado por un terremoto y haber retomado la senda de prosperidad y crecimiento deteriorada por los gobiernos anteriores.Pero no dejemos que el árbol nos impida ver el bosque; el camino que traza el libro es más amplio y robusto que una suma de partes”.
La recomendación de Golborne pareciera ser muy conveniente para sus aspiraciones. Sugiere que el lector más que evaluar el libro de Novoa por la identidad de las ideas que proyecta (los árboles), se quede en el intento de plasmar lo que los impresionistas llamaban la impresión visual de un instante efímero (el bosque), sin reparar en la esencia de aquello que este libro busca sustentar que se encuentra en las sustantivas distinciones que sus partes cobijan.
Obviamente que para Golborne fue necesario recurrir a una hermenéutica impresionista de este libro, ya que de otra forma no hubiese sido presentable escribir un prólogo para el mismo.
Las contradicciones e incoherencias en las que incurre al hacerlo son demasiado obvias y ya parecen un patrón de su acción política y precandidatura. Vamos por partes.
Primero, presenta un libro del político de centro derecha que más ha criticado al gobierno de Sebastián Piñera del cual él fue parte y al cual le debe en gran medida su capital político.
Segundo, presenta un libro de uno de los políticos más conservadores de la centro derecha, cuando todos sabemos que él está a favor del AVP y del aborto terapéutico. Esto acentúa también su falta de conexión con la UDI en temas valóricos.
Tercero, presenta un libro de uno de los políticos más pinochetistas de la UDI, cuando ha representado en innumerables oportunidades que él votó por el No y que nunca fue partidario de la dictadura y por ende de Jaime Guzmán.
Cuarto, presenta un libro sobre un político tradicional con amplio oficio que representa justamente la antítesis del llamado que él hace cotidianamente a oxigenar la política con caras nuevas e independientes sin mácula partidaria, ni mochilas del pasado.
Quinto, presenta un libro sobre ideas y convicciones respecto de las cuales él nunca ha tenido mayor preocupación, ya que es un hombre pragmático que siempre le ha preocupado mucho más la lógica de la eficiencia gerencial neo-cosista que las cavilaciones sobre un proyecto colectivo de centro derecha.
Sexto, presenta un libro que desprecia todo tipo de igualdad y reivindica una noción restrictiva de libertad, que no fue aquella que le permitió salir de Maipú para liderar una transnacional del retail y después ser ministro de estado.
En definitiva, el candidato de la UDI con sus incoherencias e indefiniciones básicamente nos invita ahora a vislumbrar una imagen de un bosque cuyos árboles se desvanecen en contornos luminosos livianos, y que con lo cuales lamentablemente no se gana una elección ni menos se construye un proyecto político.