A días de la elección municipal, todos los partidos políticos sacan cuentas alegres.Incluso aquellos que fueron derrotados en comunas “emblemáticas”, “madres de todas las batallas” entre aliancistas y oposición.
Esto ha tenido como consecuencia inmediata que los partidos políticos, sin exclusión, han comenzado la carrera presidencial y han volcado la discusión a nombres e ideas para un posible programa. Ideas por cierto, que poco tienen que ver con un trabajo territorial, comunitario, necesario hoy en día para conocer las necesidades de las y los ciudadanos.
A quienes nos ocupa y preocupa mejorar la calidad de la política, por ende de nuestra democracia nos incomoda… más bien nos indigna la tozudez de la clase política. Pocos, por no decir ni uno, de quienes conducen estos partidos, se ha hecho cargo de cuál es el sentido que movilizó a millones de chilenos y chilenas a no votar.
Queda claro en este comportamiento, que a la clase política no le interesa genuinamente recomponer el necesario vínculo que debe existir entre lo social y lo político. Su reflexión es: independientemente de las marchas, del llamado a no votar, de las tomas, etc., ¡igual ganamos!
En este aire triunfalista no se ve por ningún lado la apuesta por co-construir con la ciudadanía el proyecto de transformación social y política que lo social –diverso y con cuerpos distintos- ha pedido a gritos estos últimos dos años. Esta diversidad que exige un nuevo marco institucional que permita refundar nuestra democracia.
¿Es tanta la ceguera cognitiva de los partidos políticos que los hace incapaz de ponerse en el lugar de quienes decidieron no votar? ¿Es tanta la ceguera cognitiva de los partidos de oposición que son incapaces de ponerse en el lugar de quienes sí votamos?
Espero que esa ceguera cognitiva dure poco, porque quienes votamos este domingo no permitiremos que disciplinen, en especial a las mujeres, que optaron por campañas ciudadanas y prometieron gobiernos locales de carácter social y ciudadano
Nos han pasado varios goles, tiraron a la basura el proyecto de Gobierno ciudadano de la primera mujer presidenta de Chile. Ello les significó perder las elecciones presidenciales. Volvieron un trasto el proceso de construcción que las y los trabajadores habían comenzado para democratizar la CUT, con acuerdos políticos que los tiene co-gobernando la central, veremos qué consecuencias tendrá esto.
Mi madre, una dueña de casa, de esas despreciadas no sólo por el Coronel, me dijo:¿Tienes claro que si Maya, Josefa y Carolina no hacen el gobierno ciudadano que prometieron en sus candidaturas, no tendremos a Bachelet de vuelta?
En breves palabras mi querida madre me dijo dos cuestiones que me dejaron “arriba de la lámpara” como diría un viejo amigo: ¿tienes claro que si estas mujeres que prometieron recomponer el vínculo entre lo social y lo político y mostrar que la democracia también es participativa, las mujeres no podremos conducir el proyecto de transformación social y política sea Bachelet o cualquiera otra que lo intente? ¿Tienes claro que estos aires triunfalistas serán el argumento para disciplinar a estas mujeres?
Mi único consuelo es que al menos las mujeres organizadas estaremos atentas, alertas y vigilantes frente a cualquier dispositivo de disciplinamiento que vuelva a las alcaldesas a las prácticas fracasadas y añejas de hacer gobierno. Junto con ello decirles que tienen en nosotras aliadas críticas, que frente a tanta complacencia, es fundamental.