La elección del 28 de octubre no sólo servirá para renovar los municipios, sino para medir el movimiento de las mareas políticas que ha tenido lugar en el país durante la presidencia de Sebastián Piñera. Todo indica que será el inicio de una larga competencia electoral que, casi sin respiro, culminará dentro de 13 meses con la elección de Presidente de la República y parlamentarios.
Se suele decir que la elección de alcaldes y concejales carece de significado político nacional debido a que está muy condicionada por los problemas locales. Tal afirmación tiene validez relativa. Basta con ver la actividad del gobierno y de la oposición para darse cuenta de que todas las fuerzas políticas saben que es mucho lo que está en juego. De partida, será un pronunciamiento ciudadano sobre la gestión del gobierno de Piñera, y además un indicador respecto de las definiciones del próximo año.
La Moneda no tiene dudas sobre la trascendencia de la elección municipal. Ya el 27 de julio Piñera arengó a sus ministros y los llamó a endurecer el tono, a no tener contemplaciones frente a los adversarios políticos y a entender que se abría una etapa de mayor conflictividad.
El gobierno sabe que los resultados de la elección municipal gravitarán decisivamente en la posibilidad de que haya un segundo gobierno de la Alianza o, por el contrario, que el actual sólo sea un paréntesis entre dos gobiernos de centroizquierda.
En cuanto a la elección de alcaldes, el pacto de la Concertación, el PC y otros grupos opositores abre reales posibilidades de arrebatar varias alcaldías a la derecha, incluso en algunas capitales regionales.
Hace poco, el presidente de RN, Carlos Larraín se puso el parche antes de la herida al reconocer que la Concertación podía superar a la Alianza en la elección de alcaldes. Se han inscrito varios postulantes “descolgados” del oficialismo que pueden complicar la chance de los candidatos apoyados por RN y la UDI
¿Cómo se comportarán los 5 millones de nuevos electores incorporados a los registros electorales por la inscripción automática? Una proyección del ministerio del Interior estima que votarán unos 2 millones de esos nuevos electores, pero que dejarán de hacerlo unos 700 mil antiguos debido al hecho de que el voto ahora será voluntario. Es hora de decirlo: fue un grave error eliminar la obligatoriedad del sufragio, que debería concebirse como un deber ciudadano.
La elección municipal estará muy vinculada con la elección parlamentaria, lo que salta a la vista con la actividad de los parlamentarios en ejercicio y los nuevos postulantes a la Cámara y el Senado, quienes están desplegando una intensa actividad para apoyar a los candidatos a alcaldes y concejales y, de paso, abonar el terreno para sus propias candidaturas el próximo año.
No hace falta demostrar que la competencia presidencial será el telón de fondo de estos comicios. Allí están los carteles de propaganda de numerosos candidatos opositores que se presentan junto a la imagen de Michelle Bachelet.
Por cierto que la elección de alcaldes tendrá gran notoriedad en Santiago, Valparaíso, Concepción, Temuco, etc., y en aquellas comunas que aportan un atractivo especial, como Providencia, donde el alcalde Cristián Labbé enfrenta a una fuerte competidora, Josefa Errázuriz.
Pero, el porcentaje de cada partido estará dado por los resultados de la votación de concejales, los cuales tendrán claro impacto en los alineamientos del 2013. Por ejemplo, RN necesita acortar la distancia con la UDI para que Andrés Allamand dispute en mejores condiciones la candidatura presidencial a Laurence Golborne. Una primaria de la derecha podría ser muy competitiva, y esa es la oportunidad que busca Allamand, que confía en su condición de político experimentado.
No pocas candidaturas al Senado y la Cámara se afianzarán o se hundirán cuando se conozcan los resultados de la elección municipal.Ossandón en Puente Alto y Undurraga en Maipú, por ejemplo, saben que sus planes para saltar al Senado dependen en buena medida de que sus “herederos” ganen la alcaldía.
La Concertación se presenta dividida a la elección de concejales, tal como en 2008.Política y electoralmente, lo mejor hubiera sido que presentara una sola lista, pero las pugnas de intereses no lo permitieron. Por ello, la DC y el PS inscribieron una lista llamada “Concertación Democrática”, mientras que el PPD, el PR y el PC, una denominada “Por un Chile justo”.
El año pasado, el PPD y el PR se ilusionaron con la idea de armar una lista con el PRO, de Enríquez-Ominami, lo que establecería las bases de un “frente de izquierda”, pero ese plan fracasó porque el proyecto personal de ME-O no deja espacio para nada que no sea su estrellato. Así, debieron conformarse con un acuerdo con el PC.
La elección municipal será una prueba de fuego para el partido de ME-O, quien se apresta a lanzar su candidatura presidencial en los próximos días. Parece apurado, y probablemente inquieto ante el riesgo de que Parisi lo desplace. Veremos cuántos alcaldes y concejales elige su partido.El único antecedente es que en 2009, cuando él se encontraba en el pináculo de la fama, no consiguió elegir ni un solo diputado.
No sabemos si los resultados municipales acentuarán o no las tendencias centrífugas en la Concertación, o estimularán los augurios fúnebres que han hecho dirigentes como Jaime Quintana.
Entre los enterradores, se ha mencionado la posibilidad de presentar dos listas a la elección parlamentaria. ¡Eso sería el descalabro completo para la centroizquierda! En los hechos, significaría regalarle a la Alianza la mayoría en ambas ramas del Congreso. Es decir, si Michelle Bachelet vuelve a La Moneda, no tendría respaldo parlamentario suficiente para sus proyectos.
Esperemos que no se concrete el anuncio de algunos dirigentes estudiantiles secundarios en cuanto a “funar” la elección municipal, lo que podría entenderse más que como un llamado a abstenerse, como una incitación a boicotear el proceso por las vías de hecho, lo que podría estimular a los grupos anarquistas, partidarios de las emociones fuertes. Es mejor no jugar con fuego. De acuerdo a lo dispuesto por la ley, los recintos de votación permanecen bajo la custodia de las FF.AA.
Debemos defender la normalidad de la elección. Hay que votar el 28 de octubre.Es un derecho y también un deber.