Hace unos años el actual presidente de la República fue víctima de espionaje electrónico que dejó al descubierto el trato vejatorio y lesivo que le daba a quien en ese tiempo era la diputada Evelyn Matthei.Hoy por conveniencia mutua ella es ministra del Trabajo y él su jefe directo: Presidente de la República.
Es imaginable la crisis que se habrá producido en el ministerio de Desarrollo Social cuando la CEPAL entregó el resultado de la CASEN 2011 que reflejaba ningún avance en el combate a la pobreza.
Se caían todos los dioses, cómo era posible que habiendo hecho en 20 días lo que no se había hecho en 20 años los pobres fueran los mismos, y cómo se iba a poder seguir sosteniendo que el crecimiento bastaba para sacar a la gente de la pobreza y el aumento en el empleo cómo no se traducía en disminución de los pobres: ¡llamen a Friedman! Está muerto. Entonces a Harberger! Ya está muy viejo.
Imposible comunicar a Piñera este resultado, los pobres tienen que ser menos que con Bachelet esa es la obsesión. Hay que revisarlo todo y entonces alguien descubrió por ahí un ingreso no considerado, normalmente no considerado y un bono especial sacó números y ¡aleluya! La pobreza bajaba, no mucho pero bajaba.
Ahora sí se puede comunicar al Presidente, demos la noticia en forma anticipada y celebramos en grande aunque el motivo sea chico.Total después la gente se olvida.
¿El escándalo que han puesto en evidencia un ex funcionario del Ministerio y un ex funcionario de la CEPAL está fuera de contexto? ¿No es real? ¿Se trata de un análisis parcial y malintencionado para perjudicar al gobierno? Nada de eso. Se inscribe más bien en la tradicional línea de prudencia y moderación que tenían las autoridades públicas del país.
Una vez más se han superado todos los límites, al candidato disfrazado de indígena o al presidente cargando colchones, a la entrega de paquetes a cambio de votos o al ajuste tributario que se le denomina reforma, para ganar todo es válido y para mantenerse también,
Cuidado que el límite siempre se puede correr y se inicia un proceso de elecciones que termina en definitiva en la presidencial del próximo año, candidatos-ministros y ministros-candidatos, dineros hay y los bonos si no sacan a la gente de la pobreza por lo menos la hacen superar la indigencia y eso ya es para celebrarlo.
Se ha puesto en duda la fe pública y se ha vulnerado una de las más caras obligaciones que tienen quienes detentan autoridad, ser responsables en el ejercicio de sus cargos.
Parece que para la derecha, en el episodio Casen, como en el caso del espionaje electrónico todo vale.
Para ser respetado, querido creíble y confiable hay que actuar en consecuencia con esos valores. ¡Qué duda cabe que para este gobierno ahí está su tendón de Aquiles!