Mucho se especuló sobre qué sucedería con uno de los dirigentes sindicales más legitimados por distintos actores sociales, pero por sobre todo, por los y las trabajadores(as) en Chile.
Pareciera ser algo insólita e inexplicable la disputa por llegar a ocupar la presidencia de la CUT. Una organización debilitada por quienes la han conducido y la han vuelto un brazo más del empresariado en Chile.Pero quienes comprendemos que luchar por otro Chile Posible y por el derecho básico a tener derechos, pasa por fortalecer a su multisindical, la disputa se justifica claramente y no da lo mismo quién conduzca a esta organización.
Según datos de la Fundación Sol, en Chile sólo un 40% (3.049.259) de las personas registradas como ocupadas en la NENE –Nueva Encuesta Nacional de Empleo-, correspondientes al trimestre febrero-abril 2012, presentan un empleo protegido, vale decir, con contrato escrito, indefinido, liquidación de sueldo y cotizaciones para pensión, salud y seguro de desempleo.
Si además se observa el ingreso, se obtiene que el 76.8% del empleo asalariado no está protegido y/o no supera un ingreso mensual de 300.000 (Fundación Sol, Febrero 2012)
Cristián Cuevas representa a un poco más de 30.000 trabajadores(as) afiliados a la Confederación de Trabajadores(as) del Cobre. Desde su constitución en el 2007, la CTC ha luchado por igualdad de derechos para trabajadores(as) tercerizados de la minería, estableciendo alianzas con otros sindicatos, confederaciones y federaciones que viven la precariedad en el mundo del trabajo remunerado.
Es decir, representa por mandato y él mismo se reconoce, por su quehacer sindical cotidiano, en la fuerza laboral desprotegida, subempleada, subordinada independiente y con sueldos indignos del país.
Pareciera una obviedad que quien debiera estar a la cabeza de la multisindical chilena debiera ser quien representa a las nuevas contradicciones del mundo del trabajo y quien se reconoce entre las y los precarizados. Al contrario, el partido de los trabajadores define a otra persona para liderar la lista y conducir a la CUT.
Resulta evidente a todas luces, que quienes dicen celebrar 100 años al lado de los que luchan, no ven lo que las y los chilenos vemos en Cristián Cuevas: un dirigente social que ha dado muestras concretas que la lucha no es sólo por más derechos, sino que impulsa con otros actores y actrices –de manera transversal- la construcción de un proyecto político para la transformación social y política donde las y los trabajadores recuperen su vocación de poder y le digan al mundo que la soberanía de los recursos naturales es del pueblo de Chile.
Algunos dirán que ya es tarde para provocar cambios en las instancias partidarias y sociales que permitan que Cuevas llegue a la presidencia de la CUT en agosto de este año.Personalmente creo que no.
Pienso que las malas decisiones que hoy están a la vista, son expresión de una derrota estratégica que la izquierda vivió en 1973 y que no le permiten abordar la historia y la contingencia con más arrojo.
Nuestra tarea es de largo aliento, apostamos por fortalecer la democracia desde abajo y territorialmente; muy lejos de aquellos que facilitan acuerdos tácticos que fortalecen a fuerzas específicas y en términos numéricos.
Yo al menos estoy entre las y los que creen que si no es hoy, tendrá que ser mañana, porque finalmente serán los procesos sociales los que determinarán el fin de las decisiones a puertas cerradas.