Queremos entrar al debate de las ideas y hacerlo desde lo que somos, de cara al país, como siempre se debe actuar. Que duda cabe, que nuestra nación vive nuevos tiempos, que los chilenos y chilenas manifiestan disposición y energía para enfrentar los desafíos.
Las mentes están puestas en el futuro que anhelan y la forma de transformarlo en un mejor presente.
Ahí esta el objetivo primordial de la propuesta que hacemos en de “cara al futuro”.
Sí, hemos ofrecido una discusión de ideas y propuestas es nuestro lenguaje. Los críticos nos han respondido con descalificaciones centradas en el reproche, por cierto injusto, de algunos de los firmantes.
Luego nos dicen que somos el pasado acaso como si fuera creíble un proyecto de futuro sin identidad, es la identidad el elemento más básico para generar confianza.
Sí, tenemos identidad, no somos unas veletas al viento que buscan borrar con el codo lo que hace tan poco escribieron.
Somos autocríticos, el documento lo dice, pero no oportunistas, esos al final son muy poco creíbles.
Sabemos por qué perdimos, y lo más probable es que merecíamos perder, y justamente por ello es hora de pasar de la autocrítica a la proposición.
Ahí esta nuestro documento identitario y propositivo, discutamos sobre el y otras visiones, al final nadie sobra, salvo por cierto que se busque la derrota.
Todo nos habla de nuevos tiempos. El gobierno no ha logrado y difícilmente lo logrará, dibujar una promesa de futuro para el país. Está en nosotros ganar la próxima elección presidencial.
Tal como en las vísperas del año 90 la Concertación bulló en trabajo intelectual para enfrentar responsablemente los desafíos de aquella época, hoy es necesario ponerse en la tarea con renovado entusiasmo, con responsabilidad política y sentido de urgencia.
Para aquello ideas, más ideas, jamás meras descalificaciones, en esta lógica nadie se interesará en votarnos y con toda razón.