No estamos hablando de cualquier sistema, sino de aquél que resguarda nuestros ahorros como chilenos y chilenas y el que, se supone, permitirá otorgar las pensiones necesarias para nuestra vejez. Un sistema que no todos saben cómo funciona, donde escasea la información y abunda la incertidumbre.
La verdad es que a estas alturas, para nadie es un misterio que la crisis económica mundial está generando inestabilidad y, obviamente, no estamos ajenos, y me refiero con especial preocupación a lo que ocurre con los fondos que cada ciudadano ahorra mensualmente en su cuenta.
El último año, todos quienes cotizamos en las administradoras de fondos de pensiones hemos perdido a lo menos el 10% de los ahorros acumulados; una situación dramática, particularmente cuando se está a punto de jubilar. Los expertos, para referirse a la situación de los fondos de pensión en Chile, han explicado que especialmente quienes tienen sus recursos en el fondo A, aún no han logrado recuperar las pérdidas.
Las pérdidas en el sistema este año superan los 3.200 millones de dólares, cifra que contrasta y que incomoda, que molesta y que duele al constatar las cifras de utilidades de las administradoras de fondos de pensiones; miles de millones de dólares a cuenta de los miles de millones de dólares de pérdidas de todos los chilenos.
Lo dramático es que las utilidades de las administradoras de los fondos de pensiones no están asociadas a la rentabilidad de los fondos y esto es francamente inmoral.
No se trata de generar pánico en el sistema pero lo que va a ocurrir, si no se adoptan medidas en el corto plazo, es que los cotizantes en edad de jubilar van a tener sólo dos opciones: o reciben por el resto de sus vidas pensiones miserables o lisa y llanamente no van a poder jubilar.
Esto marca y define la inmoralidad del sistema creado y concebido para generar rentabilidad para las empresas y miseria para los jubilados.
El estado, a través del ejecutivo, promueve políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones de vida de los adultos mayores; pero, no se adopta ninguna medida y se guarda silencio ante las pérdidas de los fondos de pensiones, hecho que sin duda afectará la calidad de vida de quienes jubilen.
Muchos son los expertos que han señalado que las administradoras de fondos de pensiones en Chile debieran aumentar la información que entregan a sus clientes con respecto a sus inversiones durante determinados períodos, especialmente, en momentos de turbulencia de los mercados que es lo que sostienen analistas y economistas destacados en el mundo entero.
Por lo anterior, el superintendente de Pensiones debiera informar, con precisión, de qué manera está cumpliendo con la norma del articulo 94 Nº 12 y que lo obliga a informar a los afiliados respecto de sus derechos y obligaciones en relación con el sistema de pensiones, utilizando medios propios o a través de otras entidades con el objeto de dar cobertura nacional a este servicio.
Informar, además, cómo se afecta el actual sistema con las turbulencias internacionales y qué medidas se adoptarán para resguardar los recursos de todos los chilenos.
A todas luces estamos frente a un sistema inmoral, pero lo peor que podemos hacer es guardar silencio.
¿Cuentas claras, mayor fiscalización, cambios al sistema? Por supuesto, y, con urgencia.