Si hay algo que debe tener claro un ciudadano cuando desempeña el cargo de ministro de Estado es que no debe hablar en borrador. La palabra de un funcionario de tan alto rango con dependencia directa del Presidente de la Republica compromete no solo a su persona sino a la totalidad del gobierno, y de ello dependerá la credibilidad que la ciudadanía le otorgue a tal o cual administración.
Los ministros de Estado deben saber que cuando hablan públicamente introducen elementos que generan impacto, sensaciones y cambios relevantes en los sectores a los cuales se refieren y estos pueden ser de tipo económico, social, judicial, o como ha ocurrido en el reciente caso del ministro de Salud, afectar gravemente la honra de las instituciones.
Por ejemplo, cuando un ministro de Hacienda, Economía o Minería señala públicamente que su sector o el mercado sufrirá un impacto, ya sea positivo o negativo, producto del evento tal o cual, introduce sin lugar a dudas cambios en la percepción que el país pueda tener sobre ese hecho, influyendo en la reacción de la opinión pública y afectando las expectativas racionales de las personas que deben tomar decisiones en ese ámbito, tanto en el sector público como en el privado.
Es por esto que los ministros de Estado deben siempre, previo a realizar alguna declaración pública, verificar con absoluta certeza que, lo que trasmitirán a la ciudadanía corresponde a un hecho objetivo, de clara verificación y señalando en lo posible las fuentes de la información, y nunca sobre la base de información parcial o conjeturas.
También deben tener presente el impacto que causaran sus declaraciones, ya sea en el perjuicio o beneficio que ellas generaran para algún determinado sector. Ello no implica que no deban hablar, solo que deben hacerlo en la convicción de lo que están diciendo.
En resumen aquí va la recomendación: los señores ministros, que son esclavos de sus palabras y ellos bien lo saben, jamás deben hablar públicamente en borrador solo hacerlo en limpio y no se verán expuestos a tener que pedir disculpas.