A cada minuto queda más claro que hubo errores monumentales que agravaron lo ocurrido la noche del domingo pasado en el sector céntrico de Punta Arenas.
Hemos conocido, con indignación, que a través de un correo electrónico, el servicio de meteorología informó, el día viernes, a autoridades regionales y directores de servicio, vinculados a la red de emergencia, que se avecinaba un frente de mal tiempo anómalo que generaría precipitaciones muy abundantes.
Más aún, la comunicación de alerta habría sido reiterada el día sábado y el mismo domingo, en horas de la mañana y fue retransmitida, también, a la sede central de la ONEMI en la capital.
Eso daba tiempo no sólo para advertir a la población y comerciantes para que pusieran a salvo sus bienes y evitaran desgracias personales, sino para adoptar algunas acciones urgentes en el lecho del río como limpieza de escombros y profundización del cauce y no se hizo absolutamente nada. El Gobierno y la nueva ONEMI fracasaron rotundamente.
A la luz de estos antecedentes, exigimos al ministerio del Interior una profunda investigación sobre lo ocurrido.
No basta con que se vaya una funcionaria que no dio una alerta, cuando el río ya estaba desbordándose, sino que acá hay muchos funcionarios, incluso en Santiago, que tenían información suficiente y precisa desde mucho antes, que pudieron hacer bastante más, tanto en la prevención como en la alarma y no hicieron absolutamente nada.
Esto explica, además, las duras declaraciones de la ministra Evelyn Matthei para culpar a la administración anterior. Se busca instalar una cortina de humo para tapar la incapacidad absoluta de las actuales autoridades para anticiparse y atender esta emergencia.
¿Por qué fracasa la ONEMI en la zona? Desde luego, porque, en general, los cambios introducidos han tenido más de efectismo que de efectividad. Además, porque tal como lo señalé ya con ocasión del incendio ocurrido durante el mes de enero en las Torres del Payne, ésta tiene capacidad operativa sólo hasta Puerto Montt.
Es necesario equipar a la zona austral de recursos técnicos y humanos adecuados y suficientes para enfrentar las emergencias. No hay capacidad de respuesta local y debe esperarse que llegue ayuda, maquinaria, puentes mecano y equipamiento desde Santiago.
Por tratarse de una zona aislada, necesitamos una ONEMI autosuficiente que no dependa del centralismo y la burocracia.