Así como en 2011 no había que caer en posiciones ultras – (y ustedes, Giorgio Jackson, no cayeron) – en 2012 no hay que caer en posiciones de derecha.
Una posición de derecha sería la de “capar” el movimiento de masas, confundiéndolo en el análisis con las movilizaciones estudiantiles más agudas y disociadoras del año pasado.
Con esas que cansaron y pueden cansar de tanto repetirse y que al final pueden llegar a distanciar a sectores intermedios y perjudicar a algunos estudiantes.
Esas movilizaciones pueden repensarse, reformularse.
Pero las marchas de cientos de miles, algunas veces de medio millón, no eran marchas sólo de estudiantes –que es bueno se expresen de otras maneras en 2012- sino que eran marchas de todo el pueblo, de los estudiantes universitarios y secundarios, de la Cut, de la Anef, de los ecologistas, de las llamadas minorías, de los mapuches de las grandes ciudades, de los apoderados, de los profesores, de artistas e intelectuales, de los deudores, de cesantes, de jubilados, de gente en fin que quiere de verdad, cambios de verdad.
No vaya usted a creerle, Giorgio, a los que han inventado que eran movilizaciones de “la clase media”. A no ser que se entienda por “movilizaciones de la clase media” las del NO de 1988. O las de Punta Arenas, porque tenían que ver con el gas. O las de Aysén porque tienen que ver con pescadores y pequeños empresarios sureños y con los precios de los combustibles.
Hay que buscar la forma en que la gente vuelva a encontrarse en las calles de Santiago, de Valparaíso, de Concepción, vuelva a impactar con su masividad y su creatividad. Y esas pueden ser marchas y concentraciones masivas en parques y grandes avenidas.
Otra posición de derecha del movimiento sería dejarles la cancha abierta a “la alianza”, a “la concertación” y al “pro” en las elecciones municipales que habrá a fin de año, que tienen importancia y en las que podrán votar muchos millones más de electores. Casi cinco millones más podrán hacerlo.
Las viejas alianzas, una más que otras, han demostrado incapacidad y falta de voluntad para cambiar las injustas condiciones en que vive hoy la mayoría de los chilenos.
Todas además son hoy minoritarias pero, en cancha abierta y conocida, pueden encajonar a la ciudadanía y “guiarla”, arrinconarla, senderearla, por caminos y estructuras anquilosadas pero existentes. Por ejemplo, alianza UDI-RN, alianza DC-PS, alianza PPD-PR, alianza PRO-Humanistas, para concejales o algún alcalde. Tienen recursos para hacerlo.
Las elecciones municipales no afectan directamente el poder legislativo o el ejecutivo, pero, junto con importar a las comunas, donde la gente vive, fortalecen o debilitan las condiciones de quienes postularán en 2013 e impactan en la conciencia política de todo el país. Y pueden afectar, sin duda, la calidad de vida de la gente.
Conviva y postule, en cualquier comuna, en cualquier lugar, pero hágalo, y ya veremos cómo será la reacción del pueblo.
Usted puede hacerlo apoyado en un nuevo partido o movimiento, y puede hacerlo como independiente.
Hay que arriesgarse y hay que mojarse para pasar el río.
En casi todas las comunas se “vivieron” las movilizaciones de 2011. En ellas se apoyó mayoritariamente las manifestaciones de Uds. el año pasado.
Usted tiene todo el derecho a analizar más la cosa pero no tiene el derecho a defraudar.
¡Nomínese candidato y transforme el liderazgo sectorial en candidatura nacional!¡No espere un acuerdo total de cúpulas para irrumpir!¡Eso es propio de anodinos!En los sesenta eso no lo hizo Miguel Enríquez ni lo hizo Rodrigo Ambrosio.
En los treinta no lo hizo Allende ni Frei Montalva. Todos ellos fueron rupturistas.
¿Por qué no postula en Santiago, donde se nos está obligando a elegir entre el actual alcalde de derecha y dos ex ministras?
¿Por qué no en Valparaíso, donde deberíamos elegir entre un UDI y una anquilosada oposición y donde la concertación nos ofrece “la novedad” de Pinto?
¿Por qué no en Viña donde las fuerzas tradicionales de oposición no son capaces de levantar un opositor a la alcaldesa UDI y le temen a las repercusiones del festival de la canción?
Para estas elecciones NO hay sistema binominal que valga. El que saca más votos será Alcalde, y punto. Y los candidatos a concejales serán elegidos con un sistema proporcional. La cancha no está pareja pero nunca lo estará.
No caigamos en el “terror inmovilista” al binominal. Tendremos muchas cuestiones en contra, pero menos que en una elección parlamentaria, que –así como están las cosas- obligará a un acuerdo con la concertación, empujado por el PC.
En 2011 se fracturó el peso de la noche. Se puso en cuestión la hegemonía. Resurgió la esperanza. No dejemos que nos apaguen la llama.
Y siempre habrá, Giorgio, graves problemas que superar para cambiar a Chile.