La búsqueda mística de la optimización del lucro monetario, de poder, propiedad y de libidinosidad (que ya son búsquedas humano-satánica) impuesta por el régimen neoliberal-militar impide ver como la sociedad chilena se impregna con cultos, ahora directamente, satánicos.
Somos testigos como una parte de Chile practicó la tortura, asesinato, exoneraciones, exilios, desapariciones, “fondeos”, degüellos y muchas otras prácticas contradictorias con el respeto a la persona, a su dignidad y con la doctrina cristiana, que dice profesar el 90% de los chilenos.
Prácticas con las cuales sigue estando de acuerdo la derecha económica y política de Chile, preferentemente representada por la UDI, que insiste (y con toda propiedad) que un paladín de la defensa y exaltación de esas prácticas satánicas es su mejor candidato para una alcaldía de Santiago.
Chile debe agradecer al alcalde Labbé su sinceridad de expresar y presentar públicamente, sin ninguna hipocresía, su ideología del terror de la que está convencido totalmente. Eso le hace falta a nuestro país.
Que todos nos presentemos a dialogar sin esconder nuestras ideologías, es decir, nuestras concepciones y valoraciones de mundo y el núcleo firme de creencias o posesiones que no estamos dispuestos a transar.
Los pacatos de la Alianza (incluido el Gobierno), más hipócritas que Labbé, buscando el poder y los votos, le dicen que ha cometido un error (se callan que consideran error no de fondo, sino que de procedimiento) al convocar a un homenaje a Krassnoff (ya condenado por violación infinita a los derechos humanos). Me recuerdan a un humorista trasandino ¡calláte Labbé, que se te entiende todo!
El núcleo firme ideológico de la oligarquía chilena y de la derecha económica-política es que el poder, la propiedad y el dinero o capitales que poseen y que han obtenido mayormente del trabajo de todos los chilenos (un poquito de trabajo han aportado ellos) no los van a compartir con el resto de los chilenos por ningún motivo.
Lo único que esperan de la Constitución y las leyes y de todos que los sigan enriqueciendo y dándoles más poder.
La UDI y Labbé con sus intervenciones en educación y en filosofía política recuerdan a Pinochet con su ¡Cuidadito!, es decir, estamos dispuestos, si nosotros o nuestras propiedades se ven amenazadas a utilizar los mismos métodos, a los cuales nunca hemos renunciado, y de los cuales nunca nos hemos arrepentido y nunca pediremos perdón por haberlos utilizado.
Ni Chile, ni la Historia los absolverá porque son irredimibles, simplemente porque no quieren ser absueltos, reconociendo la impregnación satánica-funeraria de su ideología.
Desde un punto de vista religioso-litúrgico ritual la situación es más lamentable.
Nos escandalizamos cuando vemos los cultos paganos, amerindios o satánicos con sacrificios humanos o con ritos de torturas, violaciones y muertes; pero hemos perdido la capacidad de ver el sufrimiento humano, la crueldad y sadismo de los victimarios, en torturas exquisitamente programadas, en asesinatos y desapariciones de cadáveres o restos humanos, en la burla a y humillación de los familiares, en los altares de la DINA o de la CNI, bajo el silencio de los participantes y de los políticos que sabían y que nunca han querido reconocer su participación aunque sólo como cómplices.
Son los secretos guardados por esas sectas siniestras juramentadas en su decisión ideológica. Se homenajea al sacerdote excelso o gran maestro de ceremonia que oficia ofreciendo a las víctimas capturadas por los escuadrones de la muerte, mientras el coro repite la antífona ¡viva la muerte (de esos humanoides)! ¡Viva la muerte! No hay diferencia con un rito Satánico.
No menos satánico-apocalíptica es la existencia neoliberal en Chile. Toda ética u objetivo religioso o espiritual se ha reemplazado por optimizar la ganancia monetaria.
Ud. tiene que pensar y actuar sólo con ese fin si quiere vivir. Si pretende trabajar sea en un oficio o profesión con una ética habitual no podrá hacerlo.
Un contador con ética profesional no podría trabajar en La Polar o en una AFP o en una Isapre; ningún profesional podría hacerlo.
Nadie puede trabajar con ética judeo-cristiana en Chile, sin contradicción. Hay que rendirle culto al satánico neoliberalismo. El pensar (la mente) y proceder (la mano) están siendo controlados sin posibilidad de escape por el lucro monetario.
Es una condición de la Bestia demoníaca apocalíptica: “Ha logrado (la Bestia), asimismo que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente: ya nadie podrá comprar ni vender si no está marcado con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre” (Ap. 13: 16-17).