Interesantes comentarios e intercambio de opiniones con lectores de mis últimas columnas en este medio informático me llevaron a pensar en una famosa frase de un estratega político –James Carville- asesor del ex presidente estadounidense Bill Clinton.
El slogan, poderoso analíticamente, rezaba “It´s the economy, stupid”. Fue tremendamente exitoso y se convirtió en uno de usos multivariados: “It´s the deficit, stupid! o “It´s the Corporation, stupid! o “It´s the voters, stupid!, en que se reemplaza la economía por el déficit o la empresa o los votantes.
Excluyo de la frase el insulto, que en español incluso es más duro y despectivo que en inglés, y planteo que, en Chile, “¡Es la política!”.
A mi juicio, obviamente que es la política porque desde ella deben provenir las soluciones a la crisis societal que enfrentamos. Porque la política, central aunque no exclusivamente, responde a la pregunta acerca de qué hacer.
La crisis es severa. Más de lo que muchos pensaron o evaluaron en sus inicios.
Es tan severa, entre otras razones, porque ha incorporado un elemento de intensa pérdida de confianza en la política y en los políticos, todos ellos.
Los políticos para hacer su trabajo requieren de interlocutores sociales que confíen en ellos. Sus proposiciones acerca de qué hacer deben encontrar referentes en la sociedad que convengan que la o las propuestas que los políticos diseñan son justas, razonables, factibles y deben llevarse a cabo.
Es obvio que ello no está ocurriendo hoy en Chile. No ocurre respecto de las propuestas del Gobierno pero tampoco respecto de aquellas de la Oposición. Y que así ocurra no es ningún consuelo, para nadie, o quizás casi nadie – conviene anotar.
¿Entonces qué? ¿Qué hacemos? Eso era en cierto modo lo que se preguntaban los lectores/as en sus comentarios (“salir de este atolladero”, expresa literalmente don José Gutiérrez).
No tengo ni pretendo tener “la” respuesta, sino solamente una sugerencia para los políticos.
Sugiero que un grupo de Senadores, de todo el espectro político, constituyan un equipo de trabajo, pequeño, de no más de seis o siete Senadores, para enfrentar la crisis y cambiar el escenario político en que ella se despliega actualmente, y aquel en se desplegará en el futuro.
Ese grupo, en una primera etapa, debiera hacer su trabajo político sin publicidad, sin cámaras de televisión, sin twitter, entrevistas, trascendidos, ni declaraciones públicas hasta que llegue a formular una proposición de salida de la crisis provocada por los indignados y movilizados con bajos niveles de organización y acompañados –ellos alegan en contra de su voluntad- por la violencia.
Sugiero nombres de senadores: Carlos Bianchi Ch., Hernán Larraín F., Juan P. Letelier M., Lily Pérez SM., Jaime Quintana L., Andrés Zaldívar L. Pero es solamente una sugerencia, de un simple ciudadano.
Un grupo así, pienso, podría avanzar en una proposición consensuada de reformas de mayor profundidad y alcance en el tiempo en materias tales como el sistema electoral, la carga tributaria, el sistema educacional y presentarlas a los diversos grupos organizados del movimiento social y, en general, al pueblo de Chile.
Incluso proponiendo a su respecto, por ejemplo, un plebiscito vinculante. ¿Por qué no?
Estoy plenamente consciente de la baja probabilidad de aceptación de esta sugerencia y que, de aprobarse, ella favorecería al Gobierno actual, pues le ayudaría a salir de una crisis socio-política que ha sido notablemente incapaz de reconocer, enfrentar y resolver.
Pero considero que la crisis tenderá a permanecer y continuará en el próximo Gobierno, que probablemente será de la actual Oposición, encabezada por la ex Presidenta Michelle Bachelet.
De tal modo que un intento exitoso por lograr los aludidos consensos favorecería no solamente al Gobierno, sino también a la Oposición en el mediano y largo plazo.
Además, a mi juicio, la crisis es del país, y entonces es cuando se requiere que los políticos piensen más allá de sus legítimas conveniencias inmediatas en la lucha por el poder y consideren el bien político, común, el de todos, el de Chile.