02 nov 2011

Seamos realistas

El Presidente le ha pedido a los estudiantes que sean realistas, que no es posible lograr todo de una vez.

Curiosamente, de quienes primero escuchamos esa misma propuesta pero hace ya largos meses ha sido de los propios dirigentes estudiantiles y han sido los ministros del Presidente, quienes han tergiversado reiteradamente ese discurso y ha sido el Ministerio de Hacienda quien al presentar el presupuesto para el 2012 ha dejado establecido que de aprobarse su presupuesto no habrá avances significativos en Educación.

El Presidente se transforma cuando se encuentra sobre un podio o frente a una cámara y dice y promete cosas que olvida inmediatamente cuando se baja del escenario, ¿a qué se debe este “efecto suelo” que aqueja al Presidente?

En este caso una vez más se podría estar de acuerdo con su solicitud de realismo, sólo que un leve análisis nos llevará a concluir que tenemos todas las herramientas disponibles para conseguir grandes y muy realistas objetivos.

Bastaría una no muy profunda reforma tributaria que allegara ingresos no sólo de las empresas por la vía de aumentar un poco más allá del 20% el impuesto de primera categoría, sino que pusiera punto final a la elusión de las sociedades de profesionales, vía por la cual estas personas naturales no pagan el impuesto que les corresponde de acuerdo a sus ingresos, protegiéndose con una sociedad por la cual tributan entre un 20 y un 25% de lo que efectivamente debieran si lo hicieran en calidad de personas.

Seamos realistas pidamos que no haya profesionales privilegiados y destinemos esos recursos adicionales a mejorar la calidad de la educación.

El sistema financiero no se vería menoscabado en lo más mínimo si el crédito para estudiar con aval del Estado tuviera una tasa de UF +0% de interés.

Seamos realistas, apliquemos mínimas regulaciones e impidamos que las familias chilenas de clase media traspasen su riqueza a las instituciones financieras por la vía de intereses usureros y comisiones exageradas.

Es evidente que existen municipios que no tienen capacidad para administrar los colegios de su comuna, no perdamos más tiempo y pongamos en práctica un sistema alternativo que recupere la calidad para esos establecimientos y sus alumnos y aprovechamos de inyectar un poco de equidad en el sistema.

Seamos realistas ha sido el grito de los estudiantes, para un gobierno que todavía no sabe como dialogar, sin imponer y conversar sin usar la fuerza y la amenaza.

El Presidente víctima de este “efecto suelo” plantea una cosa en sus discursos y luego sus ministros bajan esas ideas con el más alto grado de ideologismo que hayamos conocido en los últimos veinte años. Así no se puede.

Acojamos el llamado del Presidente y aprovechemos de hacer las cosas pensando en el futuro y no sólo en nuestros bolsillos.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • http://www.facebook.com/giacomo.marasso1 Giacomo Marasso

    “Seamos realistas, pidamos lo imposible” era el llamado de los estudiantes del 68 en Francia. Otro mal uso de Piñera de una máxima histórica. Se comió la mitad.

    • http://www.facebook.com/sergioluisarenas Sergio Luis Arenas Benavides

      Esa frase es claramente de tono irónico. Es una forma de hacer ver a la gente que por ser “responsables” terminaban siendo muy moderados en sus peticiones, por no usar una palabra más fuerte de 7 letras que empieza con “c”.

  • http://www.facebook.com/giacomo.marasso1 Giacomo Marasso

    “Seamos realistas, pidamos lo imposible” era el llamado de los estudiantes del 68 en Francia. Otro mal uso de Piñera de una máxima histórica. Se comió la mitad.

    • http://www.facebook.com/sergioluisarenas Sergio Luis Arenas Benavides

      Esa frase es claramente de tono irónico. Es una forma de hacer ver a la gente que por ser “responsables” terminaban siendo muy moderados en sus peticiones, por no usar una palabra más fuerte de 7 letras que empieza con “c”.

  • http://www.facebook.com/sergioluisarenas Sergio Luis Arenas Benavides

    Si es por ser realistas entonces:
    1. Reconozcamos que a 5 meses del inicio de las movilizaciones estamos en un “punto muerto”, que no hay avances reales en el conflicto y no se ve una salida porque la intransigencia se ha apoderado de las partes, o al menos de sus elementos más radicales. Si fuera esto un juego de ajedrez, estaríamos “en tablas”, y que un mal movimiento de piezas de uno u otro lado puede dar la oportunidad al otro para hacer el “jaque mate” de esta partida. Por tanto, la tan aclamada “radicalización” de las protestas no son sino más de lo mismo. Y el Gobierno también: no avanza más allá de la típica represión policial de agua y gases, teniendo un poder omnímodo para anular a sus oponentes.
    2. Reconozcamos que los movilizados no son un cuerpo monolítico en que proliferen un pensamiento único e ideas fijas e invariables. No: es un arcoíris de opiniones, de propuestas y demandas. Por lo mismo, hay diversas concepciones acerca de la solución a sus problemas, a los plazos, a los modos, a la posibilidad o no de negociar (y con ello transigir o ceder), a las fórmulas de presión, y eso representa un problema a la hora de que el gobierno, las instituciones, logren la ansiada salida a la crisis. Porque habrá presiones dentro del movimiento para que se impongan tales o cuales ideas, y también habrá desacuerdos, algunos mínimos pero otros muy grandes, que no permiten a los líderes una maniobrabilidad de su actuar que sea lo más efectivo posible.
    3. Asimismo, debemos ser realistas en el sentido de que esto no es ideología pura, por más que de un lado o del otro lo quieran ver así. Los movilizados pueden tener alma, corazón, cerebro para luchar por sus ideales, pero también tienen estómago. Esta crisis, además de larga, está resultando costosa porque se está perdiendo tiempo y recursos sin que se vea un resultado óptimo en el corto plazo. Y digamos que para muchos que supuestamente se verán beneficiados con los logros de esta revolución estudiantil los recursos (tiempo, dinero) apremian. Los actuales mecanismos de protesta están volviéndose obsoletos, es hora de que piensen en cambiarlos por otros más efectivos aunque sean más riesgosos.
    4. No puede pretenderse que se mantengan los movilizados “en sus trece” apelando al apoyo popular que tienen sus demandas. Por lo mismo que pasa con la estructura del movimiento, la gente, la ciudadanía, no es un cuerpo unitario, sino un conjunto de pensamientos, de ideas, de opiniones, que varían entre sí y a veces se contradicen. Pensamientos que por cierto se condicionan por las circunstancias de vida y por los intereses que se tengan. Por tanto, no está de más hacer un examen interno de cómo estamos y si lo que hacemos está correcto, sin condicionarse por las fuerzas foráneas.
    5. Está claro que la derecha está “pagando el noviciado”. Tal parece que los 20 años de gobiernos concertacionistas no fueron suficiente escuela para su gestión, y por eso pareciera no estar respondiendo a la altura de su función. Pero tampoco la oposición concertacionista ha respondido a lo que se espera en ese rol. Es que hay muchos intereses cruzados, que condicionan el actuar de los grupos políticos. ¿Cuánto de “buenas intenciones” hay, y cuánto de aprovechamiento? No es que quiera ver maldad o algo parecido, sólo que no hay que ser tan cándidos y creer que todo apoyo hay que recibirlo sin más. Pero tampoco es para aislarse y tratar de hacerlo todo por uno mismo cuando sabemos que no tenemos el poder suficiente para ello. Se pueden establecer alianzas, pero hay que ser cautos en ello.
    6. Seamos realistas también en reconocer que este movimiento, pese a las simpatías que genera, no tiene la convocatoria ni la potencia suficiente para pretender hacer los cambios necesarios en un tiempo breve, porque las instituciones en Chile funcionan (mal, pero lo hacen) y son la principal contención contra este ímpetu informe que es el movimiento estudiantil. O a lo mejor, será necesario reconocer que se ha obrado con cierta cobardía, con miedo al poder establecido, miedo que puede ser justificado o no. Pero que vean que llevan mucho tiempo sin avanzar y busquen el modo de ir más rápido. Si no, todo lo que han obrado no va a servir para nada, y habrán sepultado las esperanzas de muchos jóvenes y no tan jóvenes que esperaban no sólo una educación mejor, sino un país mejor.

  • http://www.facebook.com/sergioluisarenas Sergio Luis Arenas Benavides

    Si es por ser realistas entonces:
    1. Reconozcamos que a 5 meses del inicio de las movilizaciones estamos en un “punto muerto”, que no hay avances reales en el conflicto y no se ve una salida porque la intransigencia se ha apoderado de las partes, o al menos de sus elementos más radicales. Si fuera esto un juego de ajedrez, estaríamos “en tablas”, y que un mal movimiento de piezas de uno u otro lado puede dar la oportunidad al otro para hacer el “jaque mate” de esta partida. Por tanto, la tan aclamada “radicalización” de las protestas no son sino más de lo mismo. Y el Gobierno también: no avanza más allá de la típica represión policial de agua y gases, teniendo un poder omnímodo para anular a sus oponentes.
    2. Reconozcamos que los movilizados no son un cuerpo monolítico en que proliferen un pensamiento único e ideas fijas e invariables. No: es un arcoíris de opiniones, de propuestas y demandas. Por lo mismo, hay diversas concepciones acerca de la solución a sus problemas, a los plazos, a los modos, a la posibilidad o no de negociar (y con ello transigir o ceder), a las fórmulas de presión, y eso representa un problema a la hora de que el gobierno, las instituciones, logren la ansiada salida a la crisis. Porque habrá presiones dentro del movimiento para que se impongan tales o cuales ideas, y también habrá desacuerdos, algunos mínimos pero otros muy grandes, que no permiten a los líderes una maniobrabilidad de su actuar que sea lo más efectivo posible.
    3. Asimismo, debemos ser realistas en el sentido de que esto no es ideología pura, por más que de un lado o del otro lo quieran ver así. Los movilizados pueden tener alma, corazón, cerebro para luchar por sus ideales, pero también tienen estómago. Esta crisis, además de larga, está resultando costosa porque se está perdiendo tiempo y recursos sin que se vea un resultado óptimo en el corto plazo. Y digamos que para muchos que supuestamente se verán beneficiados con los logros de esta revolución estudiantil los recursos (tiempo, dinero) apremian. Los actuales mecanismos de protesta están volviéndose obsoletos, es hora de que piensen en cambiarlos por otros más efectivos aunque sean más riesgosos.
    4. No puede pretenderse que se mantengan los movilizados “en sus trece” apelando al apoyo popular que tienen sus demandas. Por lo mismo que pasa con la estructura del movimiento, la gente, la ciudadanía, no es un cuerpo unitario, sino un conjunto de pensamientos, de ideas, de opiniones, que varían entre sí y a veces se contradicen. Pensamientos que por cierto se condicionan por las circunstancias de vida y por los intereses que se tengan. Por tanto, no está de más hacer un examen interno de cómo estamos y si lo que hacemos está correcto, sin condicionarse por las fuerzas foráneas.
    5. Está claro que la derecha está “pagando el noviciado”. Tal parece que los 20 años de gobiernos concertacionistas no fueron suficiente escuela para su gestión, y por eso pareciera no estar respondiendo a la altura de su función. Pero tampoco la oposición concertacionista ha respondido a lo que se espera en ese rol. Es que hay muchos intereses cruzados, que condicionan el actuar de los grupos políticos. ¿Cuánto de “buenas intenciones” hay, y cuánto de aprovechamiento? No es que quiera ver maldad o algo parecido, sólo que no hay que ser tan cándidos y creer que todo apoyo hay que recibirlo sin más. Pero tampoco es para aislarse y tratar de hacerlo todo por uno mismo cuando sabemos que no tenemos el poder suficiente para ello. Se pueden establecer alianzas, pero hay que ser cautos en ello.
    6. Seamos realistas también en reconocer que este movimiento, pese a las simpatías que genera, no tiene la convocatoria ni la potencia suficiente para pretender hacer los cambios necesarios en un tiempo breve, porque las instituciones en Chile funcionan (mal, pero lo hacen) y son la principal contención contra este ímpetu informe que es el movimiento estudiantil. O a lo mejor, será necesario reconocer que se ha obrado con cierta cobardía, con miedo al poder establecido, miedo que puede ser justificado o no. Pero que vean que llevan mucho tiempo sin avanzar y busquen el modo de ir más rápido. Si no, todo lo que han obrado no va a servir para nada, y habrán sepultado las esperanzas de muchos jóvenes y no tan jóvenes que esperaban no sólo una educación mejor, sino un país mejor.

  • http://twitter.com/ANIKIRRA ANA MARÍA CARRIÓN

    Señor Lara, nuevamente usted ha dado en el clavo. Mis más sinceras felicitaciones por su columna.

  • http://twitter.com/ANIKIRRA ANA MARÍA CARRIÓN

    Señor Lara, nuevamente usted ha dado en el clavo. Mis más sinceras felicitaciones por su columna.

  • http://pulse.yahoo.com/_7GBZM5LPYZ7HA3DDUWQJ443OCY augusto

    Mientras las decisiones trascendentales que necesita este paìs se sigan tomando  entre cuatro paredes, dífícil será, seamos realistas…
    Desde Rancagua

  • http://pulse.yahoo.com/_7GBZM5LPYZ7HA3DDUWQJ443OCY augusto

    Mientras las decisiones trascendentales que necesita este paìs se sigan tomando  entre cuatro paredes, dífícil será, seamos realistas…
    Desde Rancagua