El Presidente le ha pedido a los estudiantes que sean realistas, que no es posible lograr todo de una vez.
Curiosamente, de quienes primero escuchamos esa misma propuesta pero hace ya largos meses ha sido de los propios dirigentes estudiantiles y han sido los ministros del Presidente, quienes han tergiversado reiteradamente ese discurso y ha sido el Ministerio de Hacienda quien al presentar el presupuesto para el 2012 ha dejado establecido que de aprobarse su presupuesto no habrá avances significativos en Educación.
El Presidente se transforma cuando se encuentra sobre un podio o frente a una cámara y dice y promete cosas que olvida inmediatamente cuando se baja del escenario, ¿a qué se debe este “efecto suelo” que aqueja al Presidente?
En este caso una vez más se podría estar de acuerdo con su solicitud de realismo, sólo que un leve análisis nos llevará a concluir que tenemos todas las herramientas disponibles para conseguir grandes y muy realistas objetivos.
Bastaría una no muy profunda reforma tributaria que allegara ingresos no sólo de las empresas por la vía de aumentar un poco más allá del 20% el impuesto de primera categoría, sino que pusiera punto final a la elusión de las sociedades de profesionales, vía por la cual estas personas naturales no pagan el impuesto que les corresponde de acuerdo a sus ingresos, protegiéndose con una sociedad por la cual tributan entre un 20 y un 25% de lo que efectivamente debieran si lo hicieran en calidad de personas.
Seamos realistas pidamos que no haya profesionales privilegiados y destinemos esos recursos adicionales a mejorar la calidad de la educación.
El sistema financiero no se vería menoscabado en lo más mínimo si el crédito para estudiar con aval del Estado tuviera una tasa de UF +0% de interés.
Seamos realistas, apliquemos mínimas regulaciones e impidamos que las familias chilenas de clase media traspasen su riqueza a las instituciones financieras por la vía de intereses usureros y comisiones exageradas.
Es evidente que existen municipios que no tienen capacidad para administrar los colegios de su comuna, no perdamos más tiempo y pongamos en práctica un sistema alternativo que recupere la calidad para esos establecimientos y sus alumnos y aprovechamos de inyectar un poco de equidad en el sistema.
Seamos realistas ha sido el grito de los estudiantes, para un gobierno que todavía no sabe como dialogar, sin imponer y conversar sin usar la fuerza y la amenaza.
El Presidente víctima de este “efecto suelo” plantea una cosa en sus discursos y luego sus ministros bajan esas ideas con el más alto grado de ideologismo que hayamos conocido en los últimos veinte años. Así no se puede.
Acojamos el llamado del Presidente y aprovechemos de hacer las cosas pensando en el futuro y no sólo en nuestros bolsillos.