20 ago 2011

Política y Ética (II)

El poder –especialmente el poder político- avanza hasta allí dónde encuentra un límite.  Ello me parece que puede constatarse, empíricamente,  de la experiencia humana relativa al fenómeno del poder.

Y además, como es sabido, el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente (la frase corresponde al afamado historiador británico Lord Acton la que, en inglés, literalmente expresa “Power tends to corrupt and absolute power corrupts absolutely”).

Es tanta la tendencia del poder a avanzar y corromper que puede volverse un fin en sí mismo, en que todos los medios valen para obtenerlo y una vez obtenido se quiere más de él, porque es como un manjar exquisito, del cual los poderosos jamás se sacian.

Si todo lo anterior es así -y yo pienso que así es- parece clave diseñar instituciones y procesos que pongan límites al poder político, que eviten su tendencia a la corrupción y absolutización y que permitan que el siempre  pertenezca y vuelva periódicamente a cada uno y todos nosotros, sus únicos legítimos dueños.

Eso es esencialmente lo que busca hacer el régimen político democrático.

Pienso que además de las instituciones y procesos aludidos, el régimen político democrático requiere del sustento de ciertos valores ético-culturales, ciertas orientaciones básicas compartidas que señalan lo que debe ser y que nos permiten distinguir en política lo que está bien de lo que está mal, lo que es correcto de lo que es incorrecto.

En la primera parte de esta reflexión sobre Política y Ética me he referido a tres de tales orientaciones: el valor esencial de la vida humana y de su integridad; la dignidad y derechos de las personas y la fraternidad en las relaciones políticas.

Continuando, me parece que también es de la esencia de los valores políticos democráticos convertir el poder político en autoridad.

Esto es, hacer que quien tenga el poder lo haya obtenido y lo ejerza sin recurrir a la coacción más allá de aquella que le esté permitida por la propia sociedad organizada políticamente y sin arbitrariedades (tanto los gobernantes como los gobernados están sujetos a la Constitución y la ley, en lo que se denomina un Estado de Derecho).

Un poder político sujeto a la ley, aceptado voluntariamente y que se ejerce con respeto a la vida, la dignidad y derechos de las personas, sufre una especie de alquimia virtuosa y se transforma en autoridad.

Y, desde un punto de vista ético, a eso aspira o debe aspirar todo régimen político democrático.

Un quinto aspecto dice relación con el sentido que tiene obtener y ejercer el poder o el para qué se ejerce.

Y, éticamente, en un régimen político democrático el poder se ejerce, o debe ejercerse para el bien de todos, sin exclusión, buscando lograr que todos y cada uno de nosotros –y especialmente, aunque no exclusivamente, los más pobres y vulnerables- estemos en condiciones de alcanzar el máximo de nuestro bien, tanto en los aspectos económico-materiales como los del espíritu.

Un sexto aspecto dice relación con que el régimen político democrático valora y estimula la participación de todos en las instituciones y procesos democráticos.

Tal participación puede ejercerse individual u organizadamente en los partidos políticos, otros grupos organizados de la sociedad, a través del sufragio en elecciones periódicas, la proposición de proyectos de ley, los plebiscitos sean locales o nacionales, y todas las demás instituciones y procesos que hacen viable, efectiva y eficaz esa participación en algún nivel e intensidad, según las libres opciones de los ciudadanos.

Esto es, habida consideración que no todos ellos quieren participar en política y que los que desean hacerlo pueden optar por distintos niveles de intensidad.

Por último, séptimo, me parece que debe destacarse que la ética democrática incluye el respeto irrestricto a las minorías –que no son Gobierno ni gobiernan, pero deben ser respetadas en sus derechos.

Tal respeto incluye el derecho a la objeción de conciencia de quiénes consideren que una orden, mandato o  ley de la mayoría es contraria a su deber y a sus derechos fundamentales, según se lo indique y exija su propia conciencia.

Finalmente, permítanme anotar que reconozco que lo expuesto en estos dos artículos sobre Política y Ética puede parecer algo abstracto.

Sin embargo me ha parecido que convenía aportar esta reflexión en medio de la intensidad de la vida política chilena, tan exigente -a veces tan dramáticamente exigente- que no nos permite mirar desde un ángulo menos contingente aquello que sucede día a día.

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  • Anónimo

    Estimado Don Patricio Chaparro.

    He leido su comentario cuyo titulo es “Poltica y Etica II”. Mi pegunta es: a quien o quienes esta dirigida su columna?. Esta dirigido a los hombres que hoy dia gobiernan Chile (UDI-RN) o es una ameno coloquio entre buenas personas?. Porque la ley dice que un hombre o grupo de ellos que comete una FELONIA es (son) inocente(s) hasta que se le (les)compruebe su delito.

    Chile esta plagado de hombres de negocios y dirigentes politicos de todos los colores que existen y todos son inocentes porque nuestras LEYES han fallado en encontrarlos culpables.

    Sabemos que en una cena no podemos mezclar el vino que nos sirven, si es tinto terminaremos con vino tinto y viceversa si es blanco. Menciono esto porque la mezcla  de  POLITICA  con  ETICA no pueden mezclarse entre si porque tendremos un coctel muy peligroso para la salud de Chile.

    Este coctel esta siendo usado y abusado desde que el hombre esta viviendo en este planeta y hoy dia es una moda de nuestra  nacion.

    En 1973 algunos chilenos quisieron arreglar politicamente hablando este pais llamado Chile, nos hablaron de corrupcion politica y que habia que aplicar la ETICA para solucionar nuestro problema politico apareciendo ese coctel peligroso para el pais, heredando nuestro nietos un pais donde la CORRUPCION y el afan de LUCRO ha invadido todas las esferas del quehacer nacional.

    Atte.

    Raul Fernando.

    • patricio chaparro navarrete

      Estimado don Raúl Fernando:

      La pregunta que plantea es una buena pregunta.  Además, pienso que es una pregunta que valdría la pena hacérsela a todos los columnista de este sitio web y de otros.  
      La respondo: escribo para todos y especialmente para quienes, como usted, se interesan en la política.  Más importante aún ¿para qué?  Para todos quienes estén dispuestos a leer mis columnas, entender sus argumentos, tengan disposición a reflexionar sobre las mismas y a concordar o discrepar, con argumentos, sobre ellas.
      Aclarado lo anterior, no comparto su criterio de que no se deben tener orientaciones éticas en la política (o en la economía, o en la actividad empesarial, o en las actividades intelectuales, etcétera).  Los abusos a que usted se refiere surgen precisamente desde conductas que se realizan sin o contra la ética.
      Un ejemplo, cuando usted se refiere a “corrupción” y “lucro”, ¿con qué criterios juzga que tales fenómenos existen y que son malos o incorrectos? 
      Por último, vuelvo a su pregunta inicial. Escribo para todos los que lean, por ende escribo para usted, que la ha leído, reflexionado y discrepado, lo cual aprecio, porque me indica que quizás existan también algunos otros lectores de esta columnas.
      Atentos saludos,

      • Anónimo

        Estimado Don Patricio.

        Agradezco que Ud. haya tenido la deferencia de contestarme.
        Gracias por no compartir mi punto de vista relacionado con politica y etica.

        Desde tiempos inmemoriales la politica y la etica anduvieron por distintos caminos, sin juntarse jamas y lo seguimos viendo hoy dia.

        Si el concepto de que es lo que significa Etica no lo conocemos, sera muy dificil entenderlo y llevarlo a la arena de la politica, porque estariamos en prescencia de algo llamado ” el arte de hacer politica incorrecta con etica” y esto se da en Chile y en muchos lugares del mundo.

        Los abusos de la politica (y la clase politica que los comete) a los que Ud. y yo nos referimos surgen precisamente por la falta de etica en la politica.

        Cuando me refiero a corrupcion y lucro me estoy refiriendo a todo lo que Ud. yo y los ciudadanos que viven en Chile conocemos.

        Valdria la pena que Ud. se refiriera a ellos(corrupcion y lucro) en sus futuras columas y tendria mas lectores que podrian atreverse a responderle sin llegar a pensar en lo insulso de ellas.

        Atte

        Raul Fernando.

  • RaulFernandoAceitonAguilar

    Estimado Don Patricio Chaparro.

    He leido su comentario cuyo titulo es “Poltica y Etica II”. Mi pegunta es: a quien o quienes esta dirigida su columna?. Esta dirigido a los hombres que hoy dia gobiernan Chile (UDI-RN) o es una ameno coloquio entre buenas personas?. Porque la ley dice que un hombre o grupo de ellos que comete una FELONIA es (son) inocente(s) hasta que se le (les)compruebe su delito.

    Chile esta plagado de hombres de negocios y dirigentes politicos de todos los colores que existen y todos son inocentes porque nuestras LEYES han fallado en encontrarlos culpables.

    Sabemos que en una cena no podemos mezclar el vino que nos sirven, si es tinto terminaremos con vino tinto y viceversa si es blanco. Menciono esto porque la mezcla  de  POLITICA  con  ETICA no pueden mezclarse entre si porque tendremos un coctel muy peligroso para la salud de Chile.

    Este coctel esta siendo usado y abusado desde que el hombre esta viviendo en este planeta y hoy dia es una moda de nuestra  nacion.

    En 1973 algunos chilenos quisieron arreglar politicamente hablando este pais llamado Chile, nos hablaron de corrupcion politica y que habia que aplicar la ETICA para solucionar nuestro problema politico apareciendo ese coctel peligroso para el pais, heredando nuestro nietos un pais donde la CORRUPCION y el afan de LUCRO ha invadido todas las esferas del quehacer nacional.

    Atte.

    Raul Fernando.

    • patricio chaparro navarrete

      Estimado don Raúl Fernando:

      La pregunta que plantea es una buena pregunta.  Además, pienso que es una pregunta que valdría la pena hacérsela a todos los columnista de este sitio web y de otros.  
      La respondo: escribo para todos y especialmente para quienes, como usted, se interesan en la política.  Más importante aún ¿para qué?  Para todos quienes estén dispuestos a leer mis columnas, entender sus argumentos, tengan disposición a reflexionar sobre las mismas y a concordar o discrepar, con argumentos, sobre ellas.
      Aclarado lo anterior, no comparto su criterio de que no se deben tener orientaciones éticas en la política (o en la economía, o en la actividad empresarial, o en las actividades intelectuales, etcétera).  Los abusos a que usted se refiere surgen precisamente desde conductas que se realizan sin o contra la ética.
      Un ejemplo, cuando usted se refiere a “corrupción” y “lucro”, ¿con qué criterios juzga que tales fenómenos existen y que son malos o incorrectos? 
      Por último, vuelvo a su pregunta inicial. Escribo para todos los que lean, por ende escribo para usted, que la ha leído, reflexionado y discrepado, lo cual aprecio, porque me indica que quizás existan también algunos otros lectores de estas columnas.
      Atentos saludos,

      • RaulFernandoAceitonAguilar

        Estimado Don Patricio.

        Agradezco que Ud. haya tenido la deferencia de contestarme.
        Gracias por no compartir mi punto de vista relacionado con politica y etica.

        Desde tiempos inmemoriales la politica y la etica anduvieron por distintos caminos, sin juntarse jamas y lo seguimos viendo hoy dia.

        Si el concepto de que es lo que significa Etica no lo conocemos, sera muy dificil entenderlo y llevarlo a la arena de la politica, porque estariamos en prescencia de algo llamado ” el arte de hacer politica incorrecta con etica” y esto se da en Chile y en muchos lugares del mundo.

        Los abusos de la politica (y la clase politica que los comete) a los que Ud. y yo nos referimos surgen precisamente por la falta de etica en la politica.

        Cuando me refiero a corrupcion y lucro me estoy refiriendo a todo lo que Ud. yo y los ciudadanos que viven en Chile conocemos.

        Valdria la pena que Ud. se refiriera a ellos(corrupcion y lucro) en sus futuras columas y tendria mas lectores que podrian atreverse a responderle sin llegar a pensar en lo insulso de ellas.

        Atte

        Raul Fernando.