Los asesinatos de periodistas y las amenazas a la libertad de expresión fue uno de los temas en que los que participamos en el V Encuentro de Comunicación de la Compañía de Jesús de América Latina y el Caribe, acordamos pronunciarnos, junto a los Coordinadores Provinciales de Comunicación, de Obras y Redes de Comunicación, y otros participantes en este evento. Se realizó en Guadalajara, México, entre el 1 y el 6 de agosto.
Quiero compartir con ustedes nuestro sentir.
1. Como hombres y mujeres creyentes en el evangelio de Jesús, condenamos con firmeza los asesinatos a periodistas y comunicadores sociales ocurridos en los últimos años en varios países de nuestra región.
Asimismo, condenamos las amenazas de muerte y el hostigamiento que están sufriendo actualmente muchos periodistas y comunicadores, entre los que se cuentan algunos que integran la nómina de varios de nuestros medios de comunicación.
2. Somos firmes promotores de la dignidad y de la igualdad entre las personas y por tanto elevamos nuestra voz de protesta puesto que muchos de los comunicadores sociales y periodistas de este lado del mundo, se están viendo forzados a abandonar su función como generadores de opinión pública para salvaguardar su integridad física, o están siendo llevados a ejercer la autocensura sobre ciertos temas políticos o sociales para evitar represalias, con frecuencia mortales, que están en contra del principio mismo de libre expresión.
3. Estamos convencidos que las democracias se construyen a partir de la participación y la libre expresión de las ideas.
Por tanto, rechazamos todo medio que sea usado para impedirlo o restringirlo directa e indirectamente, y que se atente en contra de la vida, honra, bienes, estabilidad laboral, derecho al buen nombre y seguridad personal de sus difusores como está sucediendo en varios países de la región, puesto que con dichos actos se socavan las bases mismas de la democracia y del Estado de Derecho.
Quienes actualmente promueven, avalan o encubren dichas violaciones están abonando el terreno político para la impunidad, los autoritarismos y las dictaduras, condenando así a la ciudadanía a vivir sometida al miedo continuo y la desconfianza.
4. Creemos en la institucionalidad del Estado y en la obligación que tiene de garantizar los derechos de sus ciudadanos.
Por tanto consideramos que no basta que en los textos constitucionales de nuestros países rece el precepto de la libertad de expresión como uno de los derechos ciudadanos fundamentales, si en los hechos priman las leyes secundarias que otorgan ventajas a quienes tienen mayor capacidad para comprar, promoviendo la concentración monopólica u oligopólica de medios de difusión masiva, dejando a las organizaciones locales, sociales y no gubernamentales sin opción para adquirir y administrar medios de difusión locales, comunitarios con alcance nacional.
5. Abogamos por la independencia de los poderes públicos del Estado y la transparencia de la justicia de nuestros países.
En consecuencia, exigimos a los Estados en donde han ocurrido asesinatos de periodistas o comunicadores sociales a impulsar procesos de investigación imparciales que lleven a identificar, enjuiciar y a sancionar a los responsables materiales e intelectuales de los crímenes, así como a implementar medidas y mecanismos de protección para todas aquellas personas actualmente amenazadas por ejercer su oficio como periodistas o comunicadores sociales.
6. Exhortamos a la comunidad internacional, y particularmente a las instancias y organismos defensores de los derechos humanos, a defender con especial atención y esmero y exigir el respeto de la vida de los periodistas y comunicadores sociales, y proteger su oficio de ejercer su derecho a la libertad de expresión y a la libre emisión de pensamiento.
7. Animados por nuestra misión de fe y justicia, nos unimos en solidaridad con todas las personas que arriesgan su vida por ejercer el oficio de difundir una información basada en la verdad, la objetividad y la ética.
Junto a ellas y a los diversos sectores de la sociedad comprometidos con el derecho a ejercer la libertad de expresión, ofrecemos nuestros trabajos y redes de comunicación al servicio de la vida plena y digna, la promoción de la democracia, la construcción de la paz y la educación en la justicia siempre con el firme propósito de generar sociedades incluyentes y con igualdad de oportunidades para todas las personas.
Comparto también con ustedes los nombres de los firmantes de esta declaración, que no hace sino reflejar una realidad insostenible.
1.-José A. Victoriano Reyes, Antillas.
2.-Ignacio García Mata, Argentina
3.-Humberto González, Argentina
4.-Sergio Raczko, Argentina
5.-Orlando Rivero Guzmán, Bolivia
6.-Geraldo Américo Lacerdine, Brasil
7.-Attilio Hartmann, Brasil
8.-Ismael Moreno, Centroamérica
9.-Antonio Delfau, Chile
10.- César Casas, Colombia.
11.-Amador Hevia, Cuba
12.-Diego A. Jiménez B, Ecuador
13.-Luis García Orso, México
14.-Eugenio Gómez Díaz Barriga, México
15.-Felipe Espinosa Torres, México
16.-Juan Carlos Henríquez, México
17.-Salvador Ramírez Peña, México
18.-Arturo Estrada, México
19.-Homero Apodaca, México
20.-David Ortiz, México
21.-Luis Orlando Pérez Jiménez, México
22.-Eduardo Anaya Sanromán, México
23.-Ismael Bárcenas, México
24.-Adán Jacquet, Paraguay
25.-Solbella Pérez, Venezuela.
26.-Juan Miguel Zaldua, Venezuela
27.-Álvaro Quiroz, México
28.-José Martínez de Toda, Venezuela
29.-Guillermo Ortiz, Argentina