05 ago 2011

Chile en crisis

De vuelta en Chile (he andado de viaje), uno se encuentra con un país exasperado, crispado, en el que por muchos lados surgen conflictos en los que no se ve de dónde podría venir la solución.

Cada cual tira para su lado y es sordo frente a las posturas del otro. El tema de la educación es quizás lo más significativo en este sentido.

Los políticos dan bote, el gobierno no sabe muy bien lo que tiene que hacer, de la sociedad surgen todo tipo de propuestas, algunas sensatas, otras que parecieran exageradas: estas van desde reformular el sistema de educación pública, hasta llamar a una Asamblea Constituyente.

Da la impresión de un barco a la deriva, en el que lo más positivo parece ser el despertar de la sociedad civil, que ante el avasallamiento de sus derechos, ahora comienza a mostrar los dientes.

Así como espontáneamente la gente ha salido a las calles a protestar por la falta de una responsabilidad pública en el dominio educacional, ahora muestra su indignación ante el retardo de las medidas de reconstrucción en el sur, ante la falta de solución del problema indígena o ante el incumplimiento del servicio de los buses del Transantiago, que pasan cuando les conviene, desconociendo sus obligaciones con los usuarios.

Pareciera que por fin “la gente” – como se la definió en algún momento en que abundaban los eufemismos – ha despertado de su letargo y no quiere más engañiflas ni evasiones politiqueras.

¿Qué podría ser mejor que esto?

Nada, por cierto, porque no hay nada mejor que un pueblo consciente de sus derechos y dispuesto a hacerlos respetar con fuerza y decisión.

Lo preocupante es que todo esto se da en este clima de exasperación en el que nadie se escucha. Lo más significativo en este aspecto es lo que pasa en el mundo de los políticos. De un lado y de otro solo hay muestras de desconcierto.

Ninguno de los movimientos ciudadanos que están generando los hechos verdaderamente interesantes hoy día es liderado por las fuerzas políticas. Estas van a la zaga, ofreciendo soluciones tardíamente, cuando los verdaderos protagonistas de estas luchas ya han avanzado propuestas concretas que los interpretan sin desviaciones causadas por intereses de poder ajenos a sus conflictos.

Lo que significa que en este momento en Chile se vive una peligrosa situación, en la cual los que debieran liderar los cambios, para que estos se institucionalicen y se asienten en la sociedad, andan despistados y enfrentándose en rencillas inútiles que no interesan a nadie fuera de ellos mismos.

La democracia requiere de un buen funcionamiento de los partidos, pero especialmente de una sólida representatividad de estos, cosa que en la actualidad han perdido. Y lo más preocupante es que los políticos chilenos no parecen darse cuenta del gran vacío que se ha abierto entre ellos y sus votantes.

Digámoslo honestamente, ya no solo somos espectadores de “piñericosas”.

A estas se han agregado las “politicosas”, de las cuales la última ha sido la inasistencia de los líderes de la Concertación a la Moneda. Pero no es todo, por el lado de las fuerzas de Gobierno, nunca falta la barbaridad expresada con toda soltura por Carlos Larraín o por algún otro anacrónico personaje, o la afirmación sorprendente de Longueira, cuya aspiración presidencial no parece ser nada “corteira”.

Por el lado de la oposición, tampoco faltan los sarcasmos de Osvaldo Andrade, que compite en decir pesadeces como su antecesor, o los imposibles alegatos de Ignacio Walker siempre intentando ordenar un naipe que hace rato se desbarajustó.

Es un asunto sin pies ni cabeza y uno ya no sabe por donde empezar para encontrarle un sentido. Pareciera que en Chile solo hay fuerzas dislocadas, por ningún lado aparece lo que une, el “relato” o la misión del país, para parangonear lo que se decía hace algunas semanas del gobierno.

Piñera alcanza cifras record de desaprobación y sus Ministros se contradicen públicamente unos con otros sobre problemas en los que deberían estar de acuerdo.

¿Hacia dónde va todo esto? Ojalá tuviéramos una respuesta.

Restablecer las confianzas una vez que se han perdido es cosa extremadamente difícil.

Seguramente en las próximas elecciones habrá muchas sorpresas. El peligro supremo es que en este río revuelto, aparezcan los nunca bienvenidos pescadores profetas del populismo, que con tres o cuatro consignas bien presentadas se transformen en los “salvadores” de la crisis, discursos y personajes que siempre en la historia han conducido a los pueblos hacia el desastre.

¿Saldremos ilesos de este berenjenal? Respuesta en el próximo capítulo.

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  • pinkifloyd77

    Muy buena opinión. Creo que nos falta a todos como personas y en particular a nuestros políticos les comprender que para poder crecer como sociedad y país, es fundamental aprender a escuchar, y escucharnos. Para los escolares y sus dirigentes también es importante que lo comprendan..

  • http://www.facebook.com/people/Pepe-Bobadilla-Cruz/639671138 Pepe Bobadilla Cruz

    Excelente artículo, Eduardo.

    Le cuento que la “politicosa”, “sociocosa” y “economicosa” no es distinta acá en mi Colombia, que más bien, debería llamarse “Locombia”, pues los problemas en este “barrio loco” no cesan y, de hecho, cada vez vemos que aumentan alarmantemente y, como ha sucedido con el gobierno anterior (Uribe) y el presente (Santos (que de santo no tiene nada)), la solución es realizar un truco “Houdinista”, desapareciendo elefantes en frente de millones de “locombianos” con distracción y con maquillaje.

    Por ejemplo, el circo mediático que tienen los mandatarios mencionados -como decimos en Colombia- “dándose palo” frente a cámaras para despertar todo tipo de comentarios por parte de la miope ciudadanía, mientras que se lanzan como proyectos de ley un montón de agravios contra el pueblo, como privatizar la poca educación pública que nos queda, criminalizar las protestas en vías públicas, la prohibición del acceso y compartimiento de información vía web y -más risible aún- fumar y beber en vía pública. O, por otra parte, esa distracción la utilizan para tapar los crímenes de estado que se presentan día a día, pero ahora a menor escala, pues los ataques tiene como objetivo ciudadanos conscientes, activistas y opositores de bajos rangos. También, el abuso de autoridad de las fuerzas armadas y policiales (legales y no legales (como las Autodefensas o Paramilitares)) al pueblo.

    Y, en el otro sentido, el “maquillaje gubernamental” que realiza, por ejemplo, el DANE, afirmando que el desempleo ha disminuido en el presente mandato, cuando la realidad es otra: que éste va en crecimiento (debido a políticas y reformas del anterior mandato que hicieron del “buen trabajo” un sueño difícil de alcanzar, una utopía) y lo que hacen es engañar con estadística (algo, realmente, no muy difícil de hacer).

    Como conclusión, a diferencia de lo que sucede en Chile, aquí en Colombia el pueblo, lamentablemente, aún no es consciente, a pesar de que existen medios alternativos que participan en la ofrenda de información real, buena información (ni parecida a la que se presenta en los medios convencionales, tradicionales y pro-gobierno, como: Canal Caracol, Canal RCN y CityTV, en los que hay que creer sólo un 25% de información que nos presentan, porque el resto, o bien es basura farandulera, o bien contecimientos conmovedores, los cuales se utilizan como distractores (como lo mencioné “actos houdinistas”)).

    Bueno, ésto es tan solo un poco de lo que pasa en la “Patria Boba”.

    De nuevo, felicidades por el artículo.

  • http://www.facebook.com/people/Pepe-Bobadilla-Cruz/639671138 Pepe Bobadilla Cruz

    Excelente artículo, Eduardo.

    Le cuento que la “politicosa”, “sociocosa” y “economicosa” no es distinta acá en mi Colombia, que más bien, debería llamarse “Locombia”, pues los problemas en este “barrio loco” no cesan y, de hecho, cada vez vemos que aumentan alarmantemente y, como ha sucedido con el gobierno anterior (Uribe) y el presente (Santos (que de santo no tiene nada)), la solución es realizar un truco “Houdinista”, desapareciendo elefantes en frente de millones de “locombianos” con distracción y con maquillaje.

    Por ejemplo, el circo mediático que tienen los mandatarios mencionados -como decimos en Colombia- “dándose palo” frente a cámaras para despertar todo tipo de comentarios por parte de la miope ciudadanía, mientras que se lanzan como proyectos de ley un montón de agravios contra el pueblo, como privatizar la poca educación pública que nos queda, criminalizar las protestas en vías públicas, la prohibición del acceso y compartimiento de información vía web y -más risible aún- fumar y beber en vía pública. O, por otra parte, esa distracción la utilizan para tapar los crímenes de estado que se presentan día a día, pero ahora a menor escala, pues los ataques tiene como objetivo ciudadanos conscientes, activistas y opositores de bajos rangos. También, el abuso de autoridad de las fuerzas armadas y policiales (legales y no legales (como las Autodefensas o Paramilitares)) al pueblo.

    Y, en el otro sentido, el “maquillaje gubernamental” que realiza, por ejemplo, el DANE, afirmando que el desempleo ha disminuido en el presente mandato, cuando la realidad es otra: que éste va en crecimiento (debido a políticas y reformas del anterior mandato que hicieron del “buen trabajo” un sueño difícil de alcanzar, una utopía) y lo que hacen es engañar con estadística (algo, realmente, no muy difícil de hacer).

    Como conclusión, a diferencia de lo que sucede en Chile, aquí en Colombia el pueblo, lamentablemente, aún no es consciente, a pesar de que existen medios alternativos que participan en la ofrenda de información real, buena información (ni parecida a la que se presenta en los medios convencionales, tradicionales y pro-gobierno, como: Canal Caracol, Canal RCN y CityTV, en los que hay que creer sólo un 25% de información que nos presentan, porque el resto, o bien es basura farandulera, o bien contecimientos conmovedores, los cuales se utilizan como distractores (como lo mencioné “actos houdinistas”)).

    Bueno, ésto es tan solo un poco de lo que pasa en la “Patria Boba”.

    De nuevo, felicidades por el artículo.

  • http://twitter.com/divinaviviana viviana soto

    palabras con sentido… espero segunda parte 

  • http://twitter.com/divinaviviana viviana soto

    palabras con sentido… espero segunda parte 

  • http://www.facebook.com/people/Héctor-Tito-Delgado/1265746879 Héctor Tito Delgado

    Bienvenido Eduardo

  • http://www.facebook.com/people/Héctor-Tito-Delgado/1265746879 Héctor Tito Delgado

    Bienvenido Eduardo

  • Anónimo

    Algo pesimista la visión. Una cosa es que en Chile se estén dando situaciones y ordenamientos nuevos, y otra, de que se trate de “un barco a la deriva”, “un asunto sin pies ni cabeza”, “un diálogo de sordos”, etc. En este sentido convendría más bien distinguir dos puntos que la columna de algún modo confunde.

    En primer lugar, es preciso reconocer que efectivamente ha habido un debate en torno a la eduación. Los estudiantes hicieron una propuesta al gobierno (propuesta en la que se venía trabajando hace mucho tiempo), el gobierno respondio con 2 documentos que, a su vez, fueron considerados insuficientes por los estudiantes. La discusión que se ha generado a partir de este diálogo ha sido de las más fructiferas de este último tiempo. Basta dar un vistazo a la calidad de publicaciones que han surgio al respecto, defendiendo diversos puntos de vistas. En este sentido, lo positivo no sólo ha sido, como plantea la columna, la reacción que ha generado la sociedad civil frente “al avasallamiento de sus derechos”, sino además las propuestas que han surgido de esto, asumiendo, así, esta misma sociedad civil un rol activo y maduro. El problema de las manifestaciones y la represión del día 4 de agosto pertenece a un plano de consideración distinto.

    Una segunda cuestión es el problema de representatividad que afecta a la clase política hoy  (y que es en lo que se centra especialmente la columna). En eso no creo que nadie esté en desacuerdo, aunque, nuevamente, cargar esta cuestión con cierto tono desalentador y desorientador es un poco injusto. Por mi parte apostaría, más bien, a ver qué sucede con la clase política de hoy, ahora  que 4 millones de nuevos votantes serán incluidos en el padrón electoral y, al parecer, se estaría por aprobar el voto de chilenos residentes en el extranjero. Sin duda esto, a corto plazo, tendría que recomponer el panorama en términos generales.

  • CarlosR32

    Algo pesimista la visión. Una cosa es que en Chile se estén dando situaciones y ordenamientos nuevos, y otra, que se trate de “un barco a la deriva”, “un asunto sin pies ni cabeza”, “un diálogo de sordos”, etc. En este sentido convendría más bien distinguir dos puntos que la columna de algún modo confunde.

    En primer lugar, es preciso reconocer que efectivamente ha habido un debate, por lo menos, en torno a la educación. Los estudiantes hicieron una propuesta al gobierno (propuesta en la que se venía trabajando hace mucho tiempo), el gobierno respondio con 2 documentos que, a su vez, fueron considerados insuficientes por los estudiantes. La discusión que se ha generado a partir de este diálogo ha sido de las más fructiferas de este último tiempo. Basta dar un vistazo a la calidad de publicaciones que han surgio al respecto, defendiendo diversos puntos de vistas. En este sentido, lo positivo no sólo ha sido, como plantea la columna, la reacción que ha generado la sociedad civil frente “al avasallamiento de sus derechos”, sino además las propuestas que han surgido de esto, asumiendo, así, esta misma sociedad civil un rol activo y maduro. El problema de las manifestaciones y la represión del día 4 de agosto pertenece a un plano de consideración distinto.

    Una segunda cuestión es el problema de representatividad que afecta a la clase política hoy  (y que es en lo que se centra especialmente la columna). En eso no creo que nadie esté en desacuerdo, aunque, nuevamente, cargar esta cuestión con cierto tono desalentador y desorientador es un poco injusto. Por mi parte apostaría, más bien, a ver qué sucede con la clase política de hoy, ahora  que 4 millones de nuevos votantes serán incluidos en el padrón electoral y, al parecer, se estaría por aprobar el voto de chilenos residentes en el extranjero. Sin duda esto, a corto plazo, tendría que recomponer el panorama en términos generales.