El 29 de junio pasado, publicamos en este medio la columna “Consulta en Las Condes : trucha o legítima”, en la cual informábamos acerca del deseo del alcalde de esa comuna de modificar radicalmente la tipología del área verde denominada Parque Los Dominicos, terreno protegido además como Zona Típica por el Consejo de Monumentos Nacionales.
El sábado 30 de julio, se publica en El Mercurio la carta “Plan Parque Los Dominicos”, suscrita por el Presidente del Colegio de Arquitectos de Chile, en la cual esa orden profesional objeta la consulta prevista para el 7 de agosto próximo, tal como está configurada, proponiendo su cancelación hasta que se den las condiciones para que la ciudadanía se pronuncie informadamente.
También el sábado 30 de julio, se publica en La Tercera la carta “Parque Los Dominicos” firmada por los presidentes de las Juntas de Vecinos Portal de Los Dominicos, Plaza Valenzuela Llanos, Bilbao Alto y San Carlos de Apoquindo, en iguales términos.
Estos legítimos cuatro representantes de los ciudadanos le dicen al alcalde De la Maza que estiman improcedente, tanto en la forma como en el fondo, el actuar que ha tenido la municipalidad en este caso, llamándolo a recapacitar sobre la inconveniencia de proceder al margen de la verdadera participación social y del bien común, los que están siendo vulnerados.
Dos destacados profesionales, ambos Premios Nacionales de Arquitectura, Héctor Valdés y Christian De Groote, en un foro efectuado recientemente en la sede del Colegio de Arquitectos, manifestaron que el proyecto de Plan Maestro propuesto por la Municipalidad de Las Condes para esta zona protegida era un despropósito, lo que fue convalidado en esa oportunidad por el arquitecto y urbanista Julio Alegría, director y secretario general de esa orden profesional.
Este parque le fue donado a la municipalidad de Las Condes hace unos 45 años atrás por una sociedad controlada por el bien recordado padre Antonio Valech para uso exclusivo de área verde de esparcimiento y recreación de los vecinos.
Ahora, contraviniendo la explícita voluntad del donante, se desean generar en sus sub suelos actividades mercantiles, como un supermercado gourmet y oficinas, las que, por lo demás, no están admitidas allí en la regulación urbana vigente.
Todos estamos de acuerdo en que se puede mejorar esa zona patrimonial y en tal sentido, sería lógico que la futura consulta contemple dos opciones: la del alcalde, aunque debiera ser más depurada versus la de los vecinos, representados por sus organizaciones formales.
Si se llegara a dar este escenario, el resultado de la misma sería vinculante por la legitimidad del proceso.