En el primer alto del seminario y mientras los asistentes salían al café, Manuel se acercó a Fernando, que vestía un elegante terno príncipe de Gales que combinaba con una corbata azul con pequeños dibujos. Caminaba cojeando ligeramente, con sus tradicionales jeans, camisa sport y chaqueta azul.
Se saludaron afectuosamente y Fernando, con su característica caballerosidad, le preguntó por la familia. Manuel respondió mecánicamente, interesado más en el tema que lo llevaba hasta su amigo y que lo tenía atragantado.
Era un comercial que dieron por televisión justo antes del partido de Chile con Venezuela en la Copa América, llamado “la bofetada”. El se sentía avergonzado, recordando cómo el pueblo venezolano acogió a tantos chilenos exiliados, y consideraba el comercial una ofensa gratuita e injusta.
Mientras sorbían el aromático café Manuel arremetió:
Dime, Fernando, tú qué crees en eso de la responsabilidad social empresarial ¿consideras que la publicidad de la empresa debe responder a esos valores?
Por cierto, Manuel- respondió seriamente su interlocutor, con su voz de barítono- todo lo que hace la empresa por sus clientes y su compromiso con la comunidad y la cultura debe ser coherente. Las comunicaciones, el marketing y la publicidad influyen en la creación de la reputación corporativa. No puedes borrar con el codo lo que escribes con la mano.
Está bien, aunque yo creo que la RSE es un nuevo invento marketero.
Entonces desconoces todo lo que hacen estas empresas, su disposición a escuchar, comprender y satisfacer las expectativas e intereses legítimos de sus diversos interlocutores.
Suena muy bonito pero ¿qué pasa en la práctica? Mira, yo no dudo de que están comprometidos con el mejoramiento de la calidad de sus servicios y productos, mi tema tiene que ver con entregar información veraz y responsable.
Parece que te estás refiriendo a un caso específico.
Sí, me refiero a ese comercial “la bofetada”.
Fernando movió la cabeza en signo de desaprobación.
En este caso el departamento de marketing se la puso difícil a los responsables de RSE.
¿Entonces concuerdas conmigo que no es posible reírse de un pueblo para parecer patriotas frente a sus clientes locales?
Absolutamente. Las comunicaciones de una empresa son integrales. En este caso parece que la creatividad les jugó una mala pasada. Querían mostrar algo liviano, intrascendente.
Qué bueno que estemos de acuerdo. Yo creo que nada de lo que se emite por un medio de comunicación es intrascendente. Es más, los mensajes xenófobos, clasistas y sexistas fomentan esas expresiones en la cultura popular.
Lamento lo que deben estar pasando los ejecutivos serios, que no fueron capaces de parar ese “gustito” antes de ser emitido- concluyó Fernando, mientras caminaban de regreso a la sala. Manuel cerró el tema:
Olvídate, a muy pocos les importa.