Violencia de las Fuerzas Especiales de Carabineros, -que el gobernador niega haber autorizado culpando a la Jefatura de Carabineros por llamarlas a actuar- contra el campamento más grande de Chile, El Molino de Dichato.
Los pobladores, junto con denunciar las agresiones y exigir castigo, reclaman por el atraso de la reconstrucción, al grado, que aún no les entregan ninguna casa.
Como lo mostró TVN, Dichato fue una de las zonas más dañadas por el terremoto.
Los vecinos llevan semanas movilizados para que el Gobierno agilice la reconstrucción.
Ellos continúan hacinados en mediaguas estrechas, sin baños ni duchas, sin alcantarillado, soportando allí un segundo invierno, más frío que nunca.
Especialmente crítica es la situación de aquellos vecinos a quienes solo les prestaron las mediaguas hasta el mes de septiembre de este año, fecha en que deberán devolverlas, sin saber aún adonde se irán.
El Gobierno le entregó la reconstrucción a privados y se encontró con la respuesta que no todas estas empresas privadas estaban dispuestas a construir viviendas sociales por el monto de los subsidios.
Frente a esa negativa, los vecinos se movilizan y exigen que sea el Gobierno quien les construya, pero han encontrado que el Gobierno prefiere imponer sus soluciones y no construirlas con los damnificados.
En las comunidades afectadas, tras la catástrofe creció la unidad, solidaridad, cooperación y organización para buscar soluciones y beneficios comunes. Esta unidad ha sido la principal ayuda y sostén para enfrentar las dificultades.
Además de los problemas psicológicos, personales, familiares, comunitarios, la falta de infraestructura, servicios básicos, hacinamiento, trabajo agrava su condición de damnificados.
Por lo mismo, que claman y reclaman que la recuperación sea material y psicológica, planteando que el Estado y el gobierno están obligados a otorgársela oportuna, eficiente y directamente.
La reconstrucción era una oportunidad de integración y participación. La gente no tiene recursos para reconstruir sus viviendas sin ayuda, requieren el apoyo del Estado.
En la región del Maule pasa lo mismo “(…)… puedo decir con certeza que el manejo hecho por el Gobierno en la reconstrucción ha sido hermético y entre cuatro paredes, (…)…el gobierno sigue creyendo que el país se debe manejar como una empresa. Las decisiones las toman unos pocos, encerrados en sus oficinas y donde el resto debe acatarlas a ojos cerrados”, ha dicho el diputado Pablo Lorenzini.
El alcalde de Constitución, Hugo Tillería, declaró: “El Presidente Piñera estuvo aquí el 10 de diciembre de 2010 y ofreció 1.500 departamentos para fines de 2011.
Estamos en julio y solo existe un proyecto en construcción de 220 viviendas, que tiene un 20% de avance. Entonces, es imposible que a fines de diciembre se cumpla ese ofrecimiento”.
Los reprimidos vecinos de Dichato denuncian: lenta reconstrucción; trato vejatorio e indigno a los adultos mayores enfermos; graves problemas sanitarios; desorden del SERVIU en la recopilación de antecedentes. El Molino ha entregado siete veces los mismos documentos.
Con su movilización, exigen: viviendas dignas para todos; compra de los terrenos de los campamentos; eliminar la ficha de protección social; reconstrucción del colegio público; reconstrucción del Cuerpo de Bomberos; políticas de autoconstrucción; canalización del estero de Dichato; subsidio de luz; bono de invierno; fin a las expropiaciones para desplazar a los vecinos; trabajo para todos, (“nos endeudamos para comprar nuestras escasos bienes y muchos no tenemos trabajo”, dicen).
“Llevamos 17 meses de engaños. Nosotros necesitamos reconstruir vidas, no solo casas” ha declarado, Macarena Vergara, dirigenta del campamento El Molino de Dichato.
¿Será mucho lo que piden?