Dolor e incredulidad causa el asesinato de Facundo Cabral un pacifista que no merecía morir por error, asesinado a tiros por unos sicarios, víctima de la violencia que recorre nuestra América.
Desde pequeño tuvo una vida de abandono, pobreza y dolor que superó con un optimismo a toda prueba.
La música fue el principal instrumento que eligió este seguidor de Jesús, Gandhi y la Madre Teresa de Calcuta, para desarrollar su mensaje de Paz, Amor, Libertad y Justicia.
Él y sus hermanos fueron abandonados por su padre. Mudo hasta los 6 y analfabeto hasta los 14 años, a los 8 se arrancó de su casa de Tandil a hablar con el Presidente para pedirle trabajo.
La oportunidad la tuvo en un Te Deum en la catedral de La Plata donde se abalanzó sobre el auto presidencial, y fue la propia Eva Duarte de Perón quien acogió su petición y lo devolvió a Tandil con una carta donde le ofrecía trabajo a su madre.
Aprendió a leer en una correccional gracias a un jesuita y, desde ese momento, nunca más paró de leer, escribir y estudiar.
Facundo Cabral que no era de aquí ni de allá, sino del mundo, se fue un 9 de julio.
Nunca tuvo militancia política de ningún signo, pero como amaba la Libertad fue opositor a la Dictadura Militar y estuvo exiliado en México entre 1976 y 1984.
Su fortaleza espiritual era admirable, tanto que se fue a acompañar a la Madre Teresa de Calcuta a cuidar leprosos.
Siempre argumentaba sus respuestas. Una vez le preguntaron que era el Amor. Respondió diciendo: “Una periodista al ver a la Madre Teresa de Calcuta atendiendo a los leprosos le dijo que ella no haría eso ni por un millón de dólares. La Madre Teresa de Calcuta le respondió: Yo tampoco”, entonces Cabral remataba: ¡Eso es el Amor!
Decía Cabral: “Cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos” o, “Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera” o, “Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?” o, “Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante”.
Ahora, los Pueblos y jefes de gobierno del mundo lamentan su muerte.
Con sus conciertos llenó teatros y estadios, en muchos países.
Fue nombrado ciudadano ilustre en Buenos Aires en reconocimiento a sus esfuerzos por lograr la paz y propagar el amor.
También en 1996 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo declarara “Mensajero Mundial de la Paz”.
Admirador de Atahualpa Yupanqui cantó junto a numerosos cantantes pero su gran amigo fue Alberto Cortéz. Hasta Homero Simpson cantó sus canciones.
Facundo Cabral un pacifista que se fue, con la violencia del crimen. Qué ironía.
Se fue desde Centroamérica, porque también era de allá.
Era de todas partes y siempre estará en sus canciones:
Una esperanza infinita // Una canción inconclusa // Amores en todo el mundo // Y nada preso en la mano // Un maestro en la montaña // La libertad más hermosa // Esas cosas dejaré // El día que yo me vaya. (Facundo Cabral, El día que me vaya)