Me comprometí con Manola Robles a ser parte del conjunto de columnistas del espacio de opinión en Cooperativa.cl. Me costó parir la primera columna, y en el intento de escribir la segunda…ahí me quedé, en el intento…
Es que entre leer la prensa escrita (leo 2), escuchar las radios (escucho 3), ver las noticias en la tele (zapping entre 4), revisar la prensa on-line (5 ó 6 medios más), y revisar el twitter (sí, abrí cuenta en twitter y es bastante adictivo), es tanta la información y son tantas las opiniones que me quedo semiparalizada, porque me parece que ya está todo dicho y, si no, alguien lo dirá al día siguiente.
Así es que preferí usar esta columna para dar mi opinión sobre las opiniones que he leído.
En relación con el caso de La Polar por ejemplo, me parece que las opiniones de Paul Fontaine ponen siempre las cosas bien claras: los responsables de las decisiones de inversión en acciones y bonos de La Polar deben responder por el manejo de los Fondos de Pensiones y de los ahorros de los inversionistas que confiaron en ellos.
Esto es, que no pierdan los Fondos de Pensiones (¡¡¡nuestros fondos!!!), sino que asuman la pérdida las administradoras, que debieron leer mejor la información disponible sobre la empresa.
Y Fontaine no sólo opina, actúa en consecuencia y presenta un requerimiento a la super de AFP para que se pronuncie.
Gracias Paul Fontaine porque, quieras o no, asumes la defensa de los cotizantes en las AFP, que corremos el riesgo de salir trasquilados sin siquiera darnos cuenta.
Porque pasa algo bastante raro a mi parecer: en la cotidianeidad, cuando se habla de los Fondos de Pensiones, pareciera que se hablara de algo que no tiene que ver con cada uno de nosotros. De hecho, cuando partió el tema, yo no tenía nada que ver con La Polar… ¡¡ingenua!!
Somos 8,8 millones de trabajadores chilenos que mes a mes cotizamos en la AFP y esas platas son los Fondos de Pensiones, y algunas de ellas fueron invertidas en La Polar. Si pues, el episodio La Polar se traducirá en una menor jubilación para cada uno de nosotros.
Entonces ¿porqué estamos callados y no reclamamos?
¿No nos da rabia la situación? Parece que no la suficiente para hacer nuestra propia marcha…
Porque si bien es cierto que hay riesgos en el negocio de las inversiones, esto que ha ocurrido no tiene que ver con riesgo; tiene que ver con fraude y con que los encargados de manejar nuestras platas cayeron “redondos” en la máquina de La Polar.
Entonces ¿Quién se hace responsable? ¿Nosotros, que no tenemos nada que ver?
¡No pues! Nosotros, los trabajadores confiamos (obligados, pero igual), en que nuestras platas están siendo invertidas por expertos… ¿Y qué pasó?…
Así es que, señores representantes de las AFP, aquí nos quedamos, esperando sus explicaciones y reparaciones.