Se ha escuchado y leído del lamentable accidente que han protagonizado unos carabineros en la mañana del 19 de mayo de 2011. El titular de la noticia decía “Carabinero falleció y otro quedó con muerte cerebral tras protagonizar accidente de tránsito”.
La muerte cerebral es la forma de muerte que ha sido constatada desde que existen las técnicas de soporte vital. Éstas han permitido que algunos pacientes sigan respirando a través de una máquina que lo hace por ellos, pero que están verdaderamente muertos.
En Chile el Tribunal Constitucional se pronunció con respecto a este tema a propósito del problema generado por los trasplantesde órganos señalando que “De acuerdo al consenso unánime de la ciencia médica actual, aceptado en la casi totalidad de las legislaciones del mundo y plenamente reconocido por teólogos y moralistas, el concepto de muerte encefálica permite constatarla muerte unívoca e inequívocamente del ser humano, por lo que resulta imposible considerar, para cualquier efecto, como “vivo” o “cuerpo con vida”, la anatomía de quien ha experimentado el cese total e irreversible de sus funciones encefálicas”.
La ley Nº 18.173del año 1982 en el Artículo 149.- (…) Sólo podrá otorgarse la certificación (de muerte) cuando se haya comprobado la abolición total e irreversible de todas las funciones encefálicas, lo que se acreditará mediante la certeza diagnóstica de la causa del mal y, a lo menos, dos evidencias electroencefalográficas (…)
Técnicamente hablando, la muerte cerebral es uno de los criterios de muerte y por ello se entiende que esa persona está fallecida. En el caso que se menciona, el problema surge cuando se habla con un lenguaje técnico que aparentemente no confirma la muerte como un hecho definitivo.
Así es posible que se haga referencia a la persona muerta pero se comprenda y asuma que aún no lo está. Esta situación es, en parte, causa de problemas con la donación de órganos, pues se sabe que la persona está muerta pero se ve como si estuviera viva con temperatura y color.
“Carabinero en muerte cerebral”, es desde lo técnico, lo mismo que decir “carabinero muerto”, sin embargo en una comprensión emocional de la situación se entiende como que aún no ha muerto porque sigue respirando.
Quizás una salida al problema se pueda dar prescindiendo del lenguaje técnico. Se podría decir “el paciente está en proceso de muerte”, con ello se asume que la situación es inminente y no se cae en una expresión contradictoria que evidencia la imposibilidad emocional de ver a un muerto en una persona que aún respira. Y de paso se evita incrementar la confusión evidente que el tema genera en la población.