Una democracia se construye todos los días y se alimenta de la existencia y la persistencia de voces libertarias que proclaman y defienden sus valores esenciales: respeto a los derechos humanos, pluralismo, solidaridad y participación ciudadana activa, y que nos ayudan a diseñar el país que soñamos.
Voces libertarias que adquieren mayor impacto y mayor significación cuando se trata de los medios de comunicación que deben reflejar la opinión ciudadana y no intentar manipularla construyendo eso que llaman como justificación “la opinión pública”.
Por supuesto en periodos de oscuridad democrática, es decir en periodos de dictadura como el que vivimos en Chile durante 17 años, la importancia y el coraje de las voces libertarias se hacen más necesarias aunque puedan tener consecuencias más dolorosas.
Una trayectoria de 80 años permite valorar y reconocer el aporte al desarrollo y a la recuperación democrática de la voz libertaria de Radio Cooperativa. Y, por supuesto, de acuerdo con la época en que nos ha tocado vivir, esta voz libertaria tiene nombre y rostro de periodistas, hombres y mujeres, y de funcionarios y personal técnico y administrativo a quienes admiramos y expresamos reconocimiento.
Los universitarios del país debemos gratitud a Radio Cooperativa por su aporte y su trabajo profesional y arriesgado para informar de la intervención militar de las universidades chilenas que aplastó toda autonomía académica y que exoneró centenares de académicos, funcionarios y estudiantes.
La voz libertaria de las comunidades académicas que se propuso recuperar la Democracia y reconstruir la Universidad Chilena encontró eco en la voz libertaria de esta Radio
Quienes fundamos y presidimos las Asociaciones de Académicos de las universidades chilenas y luego el Comité Coordinador de Asociaciones de Académicos del país, tuvimos en la voz libertaria de Radio Cooperativa no sólo un espacio para dar a conocer nuestra lucha sino que una garantía de que nuestra actividad era transparente, pública y pacífica lo que, paradojalmente, para nosotros era un elemento de seguridad que aseguraba el conocimiento público si algo nos llegaba a ocurrir.
Así ocurrió por ejemplo cuando el Rector Delegado de la Universidad de Concepción, en el verano de 1986, firmó mi exoneración y al día siguiente la de otros 5 académicos junto a la expulsión de más de 260 dirigentes estudiantiles.
Cooperativa estuvo con nosotros cuando a los pocos días, asistimos a una impresionante manifestación de solidaridad organizada en Santiago, en el Estadio Italiano, por la Asociación de Académicos de la Universidad de Chile que presidía Patricio Basso, que convocó a centenares de académicos, líderes sociales y agregados culturales de numerosas Embajadas amigas.
Nos acompañó en esa lucha pionera que permitió, por primera vez, revertir completamente y detener los periodos habituales y regulares de exoneración “veraniega” de académicos y estudiantes. Téngase presente que la dictadura debió retirar a su Rector Delegado y que todos los exonerados, académicos y estudiantes, fuimos reincorporados sin condiciones.
He estimado conveniente darle concreción a este reconocimiento en hechos indesmentibles para que el homenaje, casi sorprendente de todos los sectores al testimonio de esta Radio, no sea solamente una gentileza ni constituya un mero acto protocolar.
Las voces libertarias de las comunidades universitarias – académicos, estudiantes y funcionarios – encontraron en la Voz Libertaria de esta Radio amiga el eco necesario y valeroso, para que las demandas de la sociedad civil y del propio medio de comunicación se hicieran una y se fortalecieran mutuamente para hacer posible el tránsito a una democracia que debemos cuidar y hacer cada día mejor.
Para ello, voces libertarias como la de Cooperativa seguirán siendo necesarias.