14 may 2012

Canal 13 y nanas: ¿por qué yo no?

Dentro de un marco de respeto y admiración por varios de los colegios que fueron mencionados en el reciente programa de Contacto de Canal 13, a propósito de la eventual segregación social que se daría en sectores y actores de nuestro país, me ha parecido preocupante la “reacción en cadena” que se ha suscitado para neutralizar, cuando no descalificar dicho programa.

Me queda la sensación de que la solidaridad transversal que suelen mostrar las élites de la sociedad chilena frente a “ciertas amenazas”, se puso nuevamente en evidencia.

Se activaron las alarmas y surgieron diferentes voceros y medios que, mitad espontáneamente mitad coordinadamente, lograron desdibujar y eclipsar un hecho que, independientemente de cualquier otra consideración, debería llevarnos a una sincera y más profunda reflexión.

¿Por qué no debe oírse y acogerse con más humildad una queja o crítica; por qué debe ser contestada con ninguneos y objeciones preferentemente procedimentales y/o de ceñirse más o menos a tales o cuales normas editoriales?

¿En cuántos otros casos se han constatado que programas similares del mismo canal han permitido efectivamente tomar consciencia y/o corregir determinados hechos en beneficio de la comunidad?

¿Por qué alguno de los medios, columnistas y opinólogos que han reaccionado estos días tan elocuentemente en contra de dicho programa, no lo han hecho de igual forma ante otros contenidos y emisiones de la TV chilena que sí lindan con una verdadera deformación ético-ciudadana?

¿Hasta qué punto parece un despropósito la renuncia “por propia iniciativa” del Director de Prensa y de la Editora de Reportajes de Canal 13 como resultado del discutido programa?

¿Las autoridades de dicho medio de comunicación pueden pretender asumir un rol tan inocente frente a la emisión (autorización) del programa y a la vez constituirse en evaluadores y jueces tan omniscientes y categóricos de dicha transmisión y de sus autores?

Parece ser que, de pronto y extrañamente, un programa de TV que lleva años haciendo reportajes análogos, en su enfoque y metodología, se “demonizó” y todos sus autores y productores carecen de ética, idoneidad profesional y objetividad comunicacional.

Es cierto que un profesor de metodología de la investigación social podría analizar con sus alumnos en qué medida tales o cuales técnicas de recogida de información se aplicaron en este caso con mayor o menor rigor metodológico, no obstante, los datos y la realidad mostrada por el reportaje no dejan de tener valor para una reflexión que se detenga, preferentemente, en el fondo del problema y en que lo esencial esté por sobre lo más accidental.

Por lo demás, en la actual visión de las ciencias sociales, gracias a la herencia de Husserl y su fenomenología, uno puede describir una experiencia y/o tomar consciencia de una situación, sin necesariamente reducirla a la exigencia de datos científicos obtenidos sólo a través de los reduccionistas procedimientos de las mal llamadas ciencias exactas (físico-naturales). Es decir, hay experiencias cotidianas que, de suyo, permiten tomar consciencia de una determinada situación en un lugar específico.

En este sentido, el programa de canal 13 en comento, indiscutiblemente constituye un significativo aporte.

El imperativo, actúa de tal manera que no contraríes a algunos, piensa al gusto de ellos y no siembres dudas a sus alrededores, no sólo contraría el sentir de la mayoría de la ciudadanía del s. XXI, sino que olvida que son precisamente aquellos temas en los que hay en juego algo serio, los que muchas veces dan pie a las polémicas más apasionadas.

Por último, recordar que la segregación social refuerza y está vinculada a la agresiva desigualdad social existente en nuestro país que diferentes organismos han comentado una y otra vez.

Por lo tanto, dar a conocer una nueva experiencia e información acerca de tan importante componente y fisura de la sociedad chilena, aunque sea en una puntual expresión, es siempre algo justo y necesario.

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  • http://pulse.yahoo.com/_HC6BDOGHV46LBTQ7A2VOIM4V2E Shil

    Está claro que el “brazo armado de los poderes fácticos” en Chile está presente en estas instancias.  Lo visto en el programa del 13 es discriminación aquí y en la quebrada del ají. Pero como a esta gente no le interesa cambiar esta situación, lo mejor es taparlo con “diario”, descalificar. Habitualmente la derecha hace eso, ningunea o hace lo imposible por desprestigiar una causa, para así decir, “…ven que nosotros tenemos la razón?.., esto sólo es un complot con fines políticos (dirigido por los comunistas o mapuches)..”. Son tan idiotas que no se dan cuenta que nadie compra sus discursos ochenteros. La primavera árabe llegó para quedarse. La sociedad en su conjunto ya sabe que juntos se pueden derrotar muchos “Goliats” que andan por ahí. Se viene bueno.

  • http://pulse.yahoo.com/_HC6BDOGHV46LBTQ7A2VOIM4V2E Shil

    Está claro que el “brazo armado de los poderes fácticos” en Chile está presente en estas instancias.  Lo visto en el programa del 13 es discriminación aquí y en la quebrada del ají. Pero como a esta gente no le interesa cambiar esta situación, lo mejor es taparlo con “diario”, descalificar. Habitualmente la derecha hace eso, ningunea o hace lo imposible por desprestigiar una causa, para así decir, “…ven que nosotros tenemos la razón?.., esto sólo es un complot con fines políticos (dirigido por los comunistas o mapuches)..”. Son tan idiotas que no se dan cuenta que nadie compra sus discursos ochenteros. La primavera árabe llegó para quedarse. La sociedad en su conjunto ya sabe que juntos se pueden derrotar muchos “Goliats” que andan por ahí. Se viene bueno.

  • http://www.facebook.com/people/Jorge-Fernández-Correa/1273027794 Jorge Fernández Correa

     Concuerdo con Ernesto: ” la segregación social refuerza y está
    vinculada a la agresiva desigualdad social existente en nuestro país”. Por lo mismo creo como él que “dar a conocer una nueva experiencia e información
    acerca de tan importante componente y fisura de la sociedad chilena,
    aunque sea en una puntual expresión, es siempre algo justo y necesario”.
    Nuestra televisión dedicada más a lo comercial que a aportar contenidos; más chabacana y sensiblera que sobria y sensible, perdió el rumbo hace rato y poco aporta al desarrollo cultural del país. Unos pocos programas, que por suerte aún existen, son esos espacios que nos permiten, de vez en cuando, no olvidarnos de nuestra televisión abierta. Cada vez que esos oasis denuncian nuestra cruda realidad surgen voces censoras. Preferimos ser sordos y ciegos frente a males sociales que se perpetúan en el tiempo y lo peor es que también preferimos como sociedad ser mudos. En el mundo actual es imposible seguir siendo esa isla del pasado. El mundo ya repulsa la discriminación, la desigualdad odiosa, la sobre explotación de los recursos básicos, la produicción indiscriminada que no protege la naturaleza. Más pronto de lo que pensamos nuestras elites deberán adaptarse a esta realidad. Al respecto recuerdo que en mi última novela, aún no publicada, cuento cuando algunas mujeres de la clase alta chilena descubrieron que otras de grupos sociales medios y bajos se educaban, leían escribían e incluso comenzaban a ir a la universidad, como en otros países de América laltina donde incluso ya tenían derecho a voto. Entonces hicieron grupos de lectura y comenzaron a luchar por sus derechos civiles.Tarde, pero, coherentes con los nuevos tiempos.  

  • http://www.facebook.com/people/Jorge-Fernández-Correa/1273027794 Jorge Fernández Correa

     Concuerdo con Ernesto: ” la segregación social refuerza y está
    vinculada a la agresiva desigualdad social existente en nuestro país”. Por lo mismo creo como él que “dar a conocer una nueva experiencia e información
    acerca de tan importante componente y fisura de la sociedad chilena,
    aunque sea en una puntual expresión, es siempre algo justo y necesario”.
    Nuestra televisión dedicada más a lo comercial que a aportar contenidos; más chabacana y sensiblera que sobria y sensible, perdió el rumbo hace rato y poco aporta al desarrollo cultural del país. Unos pocos programas, que por suerte aún existen, son esos espacios que nos permiten, de vez en cuando, no olvidarnos de nuestra televisión abierta. Cada vez que esos oasis denuncian nuestra cruda realidad surgen voces censoras. Preferimos ser sordos y ciegos frente a males sociales que se perpetúan en el tiempo y lo peor es que también preferimos como sociedad ser mudos. En el mundo actual es imposible seguir siendo esa isla del pasado. El mundo ya repulsa la discriminación, la desigualdad odiosa, la sobre explotación de los recursos básicos, la produicción indiscriminada que no protege la naturaleza. Más pronto de lo que pensamos nuestras elites deberán adaptarse a esta realidad. Al respecto recuerdo que en mi última novela, aún no publicada, cuento cuando algunas mujeres de la clase alta chilena descubrieron que otras de grupos sociales medios y bajos se educaban, leían escribían e incluso comenzaban a ir a la universidad, como en otros países de América laltina donde incluso ya tenían derecho a voto. Entonces hicieron grupos de lectura y comenzaron a luchar por sus derechos civiles.Tarde, pero, coherentes con los nuevos tiempos.  

  • Miguel Ossandón Durán

    La verdad es que el reportaje era malo, más que malo, irreal y mentiroso… la negaciòn del buen periodismo….

    Lo que debió suceder es  control de calidad antes de emitirlo, las cámaras ocultas están prohibidas por ley

    No confundamos la censura con la calificación previa del ” producto periodístico”.

    En dos palabras, el mentado reportaje censurado nunca debió ser emitido por ridículo… Hay que pensar no más. El periodismo , el buen periodismo es veraz, inteligente, valiente, lo demás ni siquiera merece un comentario

  • Miguel Ossandón Durán

    La verdad es que el reportaje era malo, más que malo, irreal y mentiroso… la negaciòn del buen periodismo….

    Lo que debió suceder es  control de calidad antes de emitirlo, las cámaras ocultas están prohibidas por ley

    No confundamos la censura con la calificación previa del ” producto periodístico”.

    En dos palabras, el mentado reportaje censurado nunca debió ser emitido por ridículo… Hay que pensar no más. El periodismo , el buen periodismo es veraz, inteligente, valiente, lo demás ni siquiera merece un comentario